Desafíos y soluciones en la vacunación universal: la alerta roja en la salud infantil

Desafíos y soluciones en la vacunación universal: la alerta roja en la salud infantil
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El informe del Estado Mundial de la Infancia 2023 examina las medidas necesarias para garantizar la protección universal de los niños contra enfermedades prevenibles mediante la vacunación. Lamentablemente, la pandemia de COVID-19 ha provocado un retroceso grave en la cobertura de vacunas, generando una alerta roja en la salud infantil a nivel mundial.

La pandemia de COVID-19 ha tenido consecuencias nefastas en la inmunización infantil y representa una amenaza para la salud de los niños. Según el informe del Estado Mundial de la Infancia, en tan solo tres años se ha perdido más de una década de avances en este campo.

Actualmente, estamos presenciando un resurgimiento de enfermedades prevenibles en áreas donde habíamos logrado un control efectivo. Si no abordamos esta situación, los niños más vulnerables enfrentarán un futuro incierto debido a la imposibilidad de acceder a centros de atención médica y participar en campañas de vacunación.

Es evidente que muchos niños en todo el mundo continúan desprotegidos frente a enfermedades graves y fatales debido a las dificultades que implica implementar programas de vacunación en el contexto post COVID-19. Durante el período 2019-2021, más de 67 millones de niños no recibieron una o varias dosis de vacunas preventivas, lo que los expone a diversas enfermedades prevenibles.

A nivel mundial, se estima que aproximadamente uno de cada cinco niños no ha recibido la vacunación necesaria, lo que implica que no han sido completamente inmunizados. Estos niveles de cobertura no se habían observado desde 2008.

El grupo denominado “cero dosis” hace referencia a aquellos niños que no han recibido su primera dosis de vacunación contra la difteria, la tos ferina y el tétano (DTP1). Por otro lado, los niños subvacunados son aquellos que han recibido una dosis, pero no han completado el esquema de vacunación con la tercera dosis protectora.

El resurgimiento de enfermedades prevenibles y el futuro incierto de los niños vulnerables.

La reaparición de brotes epidémicos de enfermedades prevenibles, como el cólera, el sarampión y la poliomielitis, es motivo de alarma. Estas enfermedades están resurgiendo en países donde anteriormente habían sido controladas y también están aumentando los casos en países que aún no las habían erradicado.

El cólera se propaga principalmente debido a la falta de acceso a agua potable y sistemas de saneamiento adecuados. Esta enfermedad puede tener un desenlace fatal en un corto período de tiempo si no se trata oportunamente. Durante el año 2022, se registró un aumento en la incidencia de casos y fallecimientos por cólera a nivel mundial, después de años de disminución en los índices.

La falta de acceso a vacunas y la desprotección de muchos niños en todo el mundo.

El sarampión es altamente contagioso y presenta una alta mortalidad a nivel global. Los casos de sarampión pueden tener complicaciones graves, como neumonía, diarrea severa, ceguera y encefalitis. Lamentablemente, en 2021, aproximadamente 40 millones de niños no recibieron la vacuna contra el sarampión, lo que llevó a múltiples brotes masivos con consecuencias devastadoras en todo el mundo al año siguiente.

Afganistán, Etiopía, Nigeria, Somalia y Yemen fueron algunos de los países más afectados por estos brotes de sarampión.

La poliomielitis es una enfermedad altamente infecciosa que afecta principalmente a niños no vacunados. En casos graves, puede causar parálisis permanente. Aunque se han logrado avances significativos en la erradicación de esta enfermedad, en los últimos dos años hemos observado un aumento en los brotes, lo que pone en peligro los avances logrados hasta ahora.

Los niños de Chad, Nigeria, la República Democrática del Congo y Yemen han sido especialmente afectados por la poliomielitis. Además, durante el año 2022, se reportaron casos de esta enfermedad en Malawi y Mozambique, dos países que habían estado libres del virus durante décadas. Esta situación está estrechamente relacionada con desigualdades socioeconómicas, pobreza y falta de acceso a servicios de salud en estas comunidades.

Más de tres cuartas partes de los niños no vacunados a nivel mundial se encuentran en tan solo 20 países. Estos niños viven en áreas rurales extremadamente remotas, en sectores marginales de las ciudades, en regiones afectadas por conflictos o en comunidades de migrantes y refugiados. Es de vital importancia brindarles urgentemente las vacunas que necesitan.

Las deficiencias crónicas en los sistemas de salud a nivel mundial, exacerbadas por la pandemia de COVID-19, han sido un factor determinante en el retroceso en la cobertura de vacunación. Es crucial tomar medidas inmediatas para garantizar la vacunación universal de todos los niños, sin importar su lugar de nacimiento o ubicación geográfica. Esto brindará a la infancia actual y a los futuros adultos la oportunidad de alcanzar su pleno desarrollo.

Para superar los desafíos actuales, se deben implementar medidas clave y estrategias colaborativas. Se recomienda la ejecución de programas de inmunización eficaces y campañas para actualizar el calendario de vacunaciones para los niños que no fueron vacunados durante la pandemia. Es fundamental identificar a los niños no vacunados o con dosis insuficientes y establecer un diálogo colaborativo con las comunidades para desarrollar estrategias que satisfagan sus necesidades.

Es importante abordar las dificultades que enfrentan tanto las zonas urbanas como las rurales, fortaleciendo la participación comunitaria y recuperando los recursos humanos perdidos durante la pandemia. En situaciones de emergencia o conflicto, es necesario centrarse en la recuperación del personal sanitario y las infraestructuras en esos contextos frágiles para garantizar que los niños tengan acceso a las vacunas.

 El papel de la financiación, el personal sanitario y la rendición de cuentas en la vacunación efectiva.

La inversión en atención primaria de salud es fundamental para el éxito de las campañas de vacunación eficaces. Es esencial contar con sistemas de salud sólidos y recursos adecuados. La financiación debe favorecer el acceso equitativo a los servicios de salud, incluso en momentos de presupuestos ajustados, ya que la inmunización ha demostrado tener un alto rendimiento.

Es necesario aumentar el número y las competencias del personal sanitario, especialmente las mujeres, y mejorar sus condiciones laborales y remuneración. También se debe promover la rendición de cuentas y fortalecer la capacidad de liderazgo para supervisar el gasto en atención sanitaria, especialmente en países con sistemas de salud frágiles y fondos limitados.

Se debe adaptar la financiación de los donantes para fortalecer los sistemas de salud integrales en lugar de centrarse únicamente en iniciativas y campañas específicas de enfermedades. La inversión en tecnologías novedosas es necesaria para aumentar la accesibilidad y asequibilidad de las vacunas, especialmente en países de bajos y medianos ingresos. La innovación, como el ARN mensajero, ha demostrado su eficacia durante la pandemia de COVID-19 y es importante seguir financiando la investigación en este campo.

A lo largo del tiempo, hemos logrado proteger a millones de niños mediante la vacunación. Sin embargo, es necesario mejorar la cobertura de vacunación. Hace más de tres décadas, las Naciones Unidas ratificaron la Convención sobre los Derechos del Niño, que garantiza la protección de la salud infantil y el acceso a la atención sanitaria de calidad.

La inmunización sistemática es fundamental para garantizar la protección de la salud infantil, y es necesario un cambio significativo en la voluntad política para cumplir con este compromiso. La inversión en la salud de los niños a través de la vacunación no solo es una cuestión de salud, sino también una inversión económica a largo plazo, ya que permite el desarrollo pleno de la infancia y su contribución a la sociedad.

Aunque alcanzar una cobertura global y efectiva de vacunación puede ser complejo, no debemos perder la esperanza. Con medidas significativas y priorizando la inmunización sistemática, es posible llegar a los niños que viven en zonas remotas o en situaciones de vulnerabilidad, como los conflictos bélicos.

Palabras clave: vacunación universal, salud infantil, cobertura de vacunas, retroceso debido a la pandemia, enfermedades prevenibles, pandemia de COVID-19, inmunización infantil, programas de vacunación, brotes epidémicos, cólera, sarampión, poliomielitis, salud pública.

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