La Organización Mundial de la Salud -OMS- informó que la violencia en contra de la mujer continúa siendo un problema generalizado que se ha empezado a sufrir desde edades cada vez más tempranas. Los datos de la organización muestran que aproximadamente 736 millones de mujeres en el mundo sufren de violencia física o sexual ya sea por una persona cercana o un desconocido, sin embargo, las cifras se han mantenido estables durante la última década.
La OMS denuncia que una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 24 años que han mantenido una relación íntima han sido víctimas de conductas violentas por parte de su compañero, lo que sugiere que la violencia está comenzando en etapas cada vez más tempranas de la vida la mujer.
Al respecto, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, explicó que la violencia contra la mujer es endémica en todos los países del mundo, pero esta se ha visto impulsada por la pandemia de Covid-19.
“No disponemos de vacunas para ponerle freno (a la violencia contra la mujer) y solo podremos hacerle frente si los gobiernos, las comunidades y las personas adoptan medidas y las integran plenamente con el fin de cambiar actitudes perjudiciales, mejorar el acceso a las oportunidades y los servicios para las mujeres y las niñas y fomentar las relaciones saludables y de respeto mutuo” aseveró el Dr. Tedros.
Las cifras indican que casi 641 millones de mujeres sufren violencia física por parte de su compañero íntimo. Esta es la forma de violencia más frecuente en el mundo, sin embargo el 6% de las mujeres refieren haber sido agredidas sexualmente por personas que no son sus compañeros. No obstante, si se tiene en cuenta la estigmatización que aún genera el abuso sexual, es probable que las cifras sean mucho mayores.
Es preciso recordar, que los datos que publica la OMS son extraídos del mayor estudio realizado hasta la fecha sobre la prevalencia de la violencia contra las mujeres dirigido por la misma OMS y la ONU. Las cifras se recogieron entre el año 2000 y el 2018.
Cabe señalar que, si bien las cifras publicadas revelan tasas alarmantemente altas de violencia contra las mujeres y las niñas, no reflejan el impacto que la pandemia de COVID-19 está teniendo en la actualidad.
“Resulta muy preocupante que las tasas de esta violencia generalizada de los hombres contra las mujeres no solo no disminuye, sino que quienes más la sufren son las mujeres de 15 a 24 años que, en muchos casos, ya son madres. No olvidemos, además, que estamos hablando de la situación previa a la imposición de medidas para hacer frente a la pandemia, como la permanencia en los domicilios. Sabemos que las numerosas repercusiones de la COVID-19 han dado lugar a una “pandemia oculta” de todos los tipos de violencia contra las mujeres y las niñas, como demuestra el incremento de los casos notificados. ” destaca Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres.
De otro lado, la organización sostiene que muchos países no han registrado el aumento de casos de violencia de pareja durante la pandemia por lo que solo se determinará el impacto real del confinamiento cuando se realicen nuevamente las encuestas.
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Países de ingresos bajos, los primeros en violencia contra la mujeres
Las mujeres que viven en países de ingresos bajos son quienes más se ven sometidas a una violencia desproporcionada. Según la información reportada en el estudio, el 37% de las mujeres residentes de países pobres han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su compañero sentimental en algún momento de su vida, en algunos casos la prevalencia llega a ser de una por cada dos mujeres.
Las regiones con tasas más altas de prevalencia en violencia de pareja, con mujeres de entre 15 a 49 años son las de Oceanía, Asia meridional y África subsahariana, con unos índices que oscilan entre el 33% y el 51%.
De acuerdo con las clasificaciones regionales y subregionales de los ODS de las Naciones Unidas, las tasas de prevalencia durante la vida de la violencia de pareja entre las mujeres de 15 a 49 años, fueron las siguientes:
- Oceanía: Melanesia 51% – Micronesia 41% – Polinesia 39%
- Asia meridional: 35%
- África subsahariana: 33%
- África septentrional: 30%
- Asia occidental: 29%
- América del Norte: 25%
- Australia y Nueva Zelandia: 23%
- América Latina y el Caribe: 25%
- Europa septentrional: 23%
- Asia sudoriental: 21%
- Europa occidental: 21%
- Asia oriental: 20%
- Europa oriental: 20%
- Asia central: 18%
- Europa meridional: 16%
La mujeres más jóvenes son las que presentan mayores tasas de violencia sufrida. Entre las mujeres que han tenido un compañero íntimo en el último año presentan una tasa de violencia de 16%, especialmente mujeres de entre 15 y 24 años.
Prevención de la violencia contra la mujer
El estudio finaliza afirmando que las mujeres que son objeto de violencia tiene mayor riesgo de tener lesiones, depresión, ansiedad, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual entre otros problemas de salud. El no atender esta emergencia supone además grandes costes en el presupuesto de los países.
Para mejorar estos índices es necesario mejorar la desigualdad entre géneros, impulsar el acceso a la educación y al trabajo seguros y fomentar el cambio en la reglamentaciones de instituciones privadas que discriminan por razones de género. A esto debe sumarse la atención integral a las mujeres que han sobrevivido a actos violentos ayudando a las organizaciones de apoyo a las mujeres.
“Para luchar contra la violencia contra la mujer es imprescindible actuar urgentemente para reducir la estigmatización en torno a este problema, formar a los profesionales de la salud para que aprendan a interrogar a las víctimas mostrando compasión y luchar contra las estructuras que perpetúan la desigualdad entre los géneros. Además, es fundamental dirigir las intervenciones a los adolescentes y los jóvenes con el fin de promover la igualdad de género y las actitudes que la fomenten” sentenció Claudia García Moreno psicóloga de la OMS.
En conclusión, la OMS insta a los países a cumplir con los compromisos y fortalecer el liderazgo político para enfrentar la violencia que sufre la mujeres a través de la adopción de medidas como:
- Políticas sólidas que transformen las relaciones de género y abarquen desde el cuidado de los niños hasta la igualdad salarial, y leyes a favor de la igualdad de género.
- Fortalecimiento del sistema sanitario para garantizar que las víctimas que sobreviven a la violencia contra la mujer tengan acceso a servicios dedicados específicamente a este fin y para que se las derive a otros servicios cuando sea necesario.
- Intervenciones en las escuelas y los centros de enseñanza que cuestionen las actitudes y creencias discriminatorias, incluida la educación sexual integral.
- Inversiones específicas en estrategias de prevención sostenibles y eficaces basadas en datos probatorios a nivel local, nacional, regional y mundial.
- Recopilación de datos e inversiones para efectuar encuestas de calidad sobre la violencia contra la mujer y obtener mejores mediciones de las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres, entre ellas las más marginadas.
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