Desde el 2017 en México se publica anualmente el Índice de Transparencia del Gasto en Salud de las Entidades Federativas -ITGSEF- en este se califica la información financiera que estas entidades hacen pública del gasto que tienen en salud, en una escala de 0 a 100 donde el cero es “transparencia nula” y cien es “altamente transparente”.
Este año el índice a penas superó la mitad del puntaje y se posicionó en 51.78 puntos, disminuyendo en 0.58 en comparación con el 2021, lo que demuestra el estancamiento que ha tenido la tasa en los últimos años, la variación podría deberse a la crisis sanitaria, sumado al desgaste del gasto provocado por la extensión de la emergencia sanitaria.
Artículo relacionado: 35 millones de trabajadores en México no cuentan con acceso a seguridad social
“El promedio reprobatorio de 51.78 puntos, refleja la precariedad en la información presentada en los portales oficiales del sector salud de las entidades federativas, en materia del manejo de los recursos públicos. Es decir, en los ingresos que reciben y el presupuesto que ejercen, las compras que realizan o las obras públicas financiadas con su presupuesto, los reportes financieros de avances, sobre los mecanismos de evaluación de resultados y la información histórica disponible para la consulta de cualquier interesado” cita el documento.
Es preciso mencionar, que este índice permite dar un seguimiento continuo a las acciones realizadas por las dependencias del sector salud en materia de transparencia y observar el progreso o retroceso de los gobiernos locales en la posición que obtienen en dicho Indicador.
También puede leer: EE.UU. reporta más de 100.000 fallecimientos por diabetes
Transparencia por estado
La clasificación según el estado más transparente da como ganador por cuarto año consecutivo al estado de Guanajuato con una calificación estatal de transparencia de 98.15 puntos, seguido de Hidalgo con 97.85, Sinaloa con 94.30, Quintana Roo con 86.90 y Jalisco con 86.34.
Los cinco primeros estados listados en este índice se caracterizan por mantener altos estándares en la presentación de información fiscal y financiera, cumplen efectivamente el ejercicio de la transparencia proactiva a través de la presentación de documentos ordenados y limpios, así como la presentación de información estadística referente a los recursos del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud.
Se evidencia que estos estados priorizan la presentación de datos abiertos de su gasto en salud, que además de estar disponibles para cualquier público se encuentran en un formato amigable para cualquier usuario. Además, la mayoría de estos cuenta con la certificación de calidad de la unidades médicas, mientras que las unidades administrativas que laboran en los diferentes centros asistenciales están certificadas en calidad.
Como se evidencia en el gráfico la gran mayoría de estados mexicanos (25) están calificados con transparencia deficiente, posicionándose incluso por debajo del promedio nacional. Los últimos lugares los ocupan Chiapas y San Luis Potosí con 25.38 y 22.95 puntos, respectivamente.
De nuestra editorial: los secretos de la UPC
Los 25 estados con calificaciones menores de 60 puntos, evidencian un descuido generalizado en los sitios de transparencia. Se observó la falta de actualización de la información, situación que pudiera ser explicada por el cambio de prioridades de atención, provocada por la emergencia sanitaria, sin embargo, en algunos casos la falta de actualización trascendía el año 2020. Así mismo, en su mayoría no cuentan con información histórica de al menos 6 años.
Sin embargo, algunos estados iniciaron acciones para mejorar sus posiciones en la tabla y lo lograron. Por el contrario otras entidades federativas cayeron en la tabla:
También puede leer: Colombia propone crear Fondo para Atención de Desastres y Salud
Los estados mejor puntuados no están adheridos al Insabi
Según cifras del el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria -CIEP- los estados mejor posicionados en el ITGSEF, son los que decidieron no adherirse al Insabi, es decir que tuvieron una variación menor en el gasto de bolsillo y además implementaron acciones más exitosas para contener mejor el gasto catastrófico que impactó de forma directa a los hogares más pobres del país.
Un ejemplo de ello, es Guanajuato, cabeza de lista, una de las entidades que desde el principio de la actual administración federal no aceptó adherirse al Insabi y tampoco se atuvo a los recursos federales sobretodo ante la pandemia. La estrategia de este estado fue certera, concisa y evidentemente efectiva: canalizar la inversión hacia el sector salud.
Artículo exclusivo: EE.UU. en alerta por sobredosis con parafluorofentanilo y metonitazeno
Daniel Díaz, secretario de salud de este estado informó (para un medio del país) que en el estado se invierten anualmente $6.000 millones de pesos. A los que se suman $3.500 millones enviados desde el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud -Fassa- y otros $3.700 del Insabi (recursos que le corresponden por ley).
En total son cerca de $14.000 millones de pesos que cubren el acceso a salud de 6.2 millones de habitantes en 635 centros asistenciales: 51 del IMSS, 42 del ISSSTE, 1 de Pemex, 1 de Sedena, complementados con los hospitales privados.
La diferencia con los demás estados adheridos al Insabi, es que Guanajuato tiene la libertad de administrar su sistema de salud, hace sus propias adquisiciones y paga la nómina del personal de salud. Los otros estados no adheridos hoy son, aparte de Guanajuato: Aguascalientes, Nuevo León, Jalisco, Chihuahua y Tamaulipas.
Además en cuanto a compras de fármacos e insumos médicos tienen la ventaja de no tener que estar dentro de la compra consolidada que hace el instituto y que hasta el momento no ha dado los resultados esperados. Ni siquiera teniendo a una organización de la ONU como intermediaria.
Finalmente, Guanajuato ha podido planificar y organizarse mejor logrando 95% de abasto y surtido de recetas, evitando que el paciente tenga que comprar de su bolsillo en farmacias. Los estados adheridos al Insabi tendrán acaso del 30 a 40% de abasto, conforme estima el secretario Díaz.
Consulte el bigdata sobre trastorno mixto de ansiedad y depresión en Colombia
