Los fallecimientos por diabetes en Estados Unidos sobrepasan las 100.000 personas por segundo año consecutivo, según un informe elaborado por la Comisión Nacional de Cuidados Clínicos creada por el Congreso de ese país. Con estos datos, ha surgido un llamado urgente para modificar las estrategias en salud adoptadas para reducir el número de personas afectadas por la enfermedad en ese país y prevenir casos nuevos.
La información de la Comisión Nacional de Cuidados Clínicos indica que cerca de 37 millones de estadounidenses (11% de la población) tiene diabetes. De este total, 1 de cada 3 desarrollará la enfermedad de manera crónica, si las tendencias de salud públical del país no se modifican. Esto está respaldado por un análisis exclusivo de Reuters, elaborado con cifras provisionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y que revela que las muertes asociadas a la diabetes incrementaron un 15% en 2021 y un 17% en 2020, excluyendo los fallecimientos por covid-19 con la diabetes como factor de riesgo.; principalmente diabetes tipo 2.
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En 2019, por ejemplo, la diabetes era la séptima causa de muerte en EE.UU., año en el que se contabilizaron 87.000 muertes por la enfermedad; cifras que para el Congreso solo son el reflejo del fracaso en el tratamiento de esta patología, sin mencionar los estragos sufridos por los pacientes cuando inició la crisis sanitaria por el coronavirus.
“La diabetes en Estados Unidos no puede considerarse simplemente un problema médico o sanitario, sino que debe abordarse también como un problema social que afecta a muchos sectores, como la alimentación, la vivienda, el comercio, el transporte y el medio ambiente”, escribió la comisión en su informe del 5 de enero al Congreso y al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de Estados Unidos.
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Este es el primer informe federal sobre la diabetes en décadas
Según la información oficial, el reporte del Congreso ha sido el primer informe federal orientado exclusivamente a la diabetes desde 1975; es decir, pasaron más de cuatro décadas para obtener información actualizada sobre el negativo alcance de la patología en el país. Durante ese tiempo, la prevalencia de la diabetes entre los adultos estadounidenses ha aumentado del 5,3% a finales de la década de 1970 al 14,3% en 2018.
En relación con los costos médicos asociados con la enfermedad (de manera directa), para 2017 se calcularon en US$ 237.000 millones, cifra que hoy en día seguramente son mayores. Adicionalmente, se estimó una pérdida de US$ 90.000 millones por una menor productividad en EE.UU.
Más allá de la pandemia, otros factores que inciden en el aumento de la diabetes son el elevado costo de medicamentos, suministros y visitas médicas rutinarias. Al respecto, en los últimos meses varios legisladores y pacientes se han manifestado en contra del alza de precios a la insulina, esencial en el tratamiento de los pacientes con diabetes tipo 1 y necesaria para mantener la enfermedad de los pacientes de tipo 2 bajo control.
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Se requieren acciones inmediatas para la detección y tratamiento de la diabetes
Tras conocerse esta preocupante información, el mismo informe subraya la urgente necesidad de modificar los enfoques y abordajes de la diabetes. En el documento se propone la creación de la Oficina de Política Nacional sobre la Diabetes, institución que coordine esfuerzos y supervise los cambios fuera de la política sanitaria. Ésta tendría un sistema de funcionamiento parecido a la Oficina de Política Nacional sobre el SIDA de la Casa Blanca y sería independiente al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
También se recomendó la creación de impuestos a las bebidas azucaradas, para que aumenten sus precios entre un 10% y 20%, utilizando los recursos obtenidos en la ampliación del acceso al agua potable y financiar programas similares en salud pública. Pero, quizás, una de las propuestas base es el diseño de iniciativas que fomenten la compra de frutas y verduras en los programas de asistencia alimentaria, garanticen permisos pagados para las mujeres durante la lactancia materna, ya que puede ayudar a reducir el riesgo en las madres y niños.
El grupo de expertos pidió a las autoridades sanitarias federales que hicieran un seguimiento del sobretratamiento entre los pacientes de Medicare para “reducir la incidencia de la hipoglucemia grave y mejorar la seguridad de los pacientes”.
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