El Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE– publicó un breve informe sobre la situación de la salud mental en Colombia, antes y durante la pandemia. El mejoramiento de la atención la salud mental hace parte de uno de los Objetivos del Desarrollo Sostenible -ODS- que también se vio afectado por la aparición del Covid-19.
Para realizar este análisis el DANE se basó en los resultados de la Encuesta de Pulso Social, una operación estadística en 2020 que surgió como respuesta a las necesidades de información en el país, relacionado con el impacto de la pandemia y que ha permitido obtener indicadores del bienestar subjetivo de las personas jefas de hogar y cónyuges.
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“Con la adopción de la Agenda 2030 y sus ODS en el año 2015, la salud mental adquirió mayor relevancia dentro de las discusiones de política pública, como un canal para mejorar la educación y, reducir la desigualdad y los conflictos. La salud mental es transversal dentro de los ODS y está relacionada con diferentes temas de la Agenda 2030 como la pobreza, la salud y el trabajo. Específicamente en el ODS 3 “Salud y Bienestar” se encuentra la meta 3.4 que establece: “De aquí a 2030, reducir en un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante su prevención y tratamiento, y promover la salud mental y el bienestar” señala el informe del DANE.
Salud mental antes de la pandemia
Recordemos que en Colombia la Salud mental es definida como “estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del comportamiento y la interacción de manera tal que permite a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y mentales para transitar, para trabajar, para establecer relaciones significativas y para contribuir a la comunidad”, pero se entiende como un estado de bienestar en el que la persona a pesar de experimentar estrés cumple con sus tareas de forma tranquila.
En la salud mental influyen distintos factores de tipo social, biológico y psicológico como por ejemplo el nivel de pobreza y el educativo, la discriminación y la discapacidad, entre otros.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud – OMS ha resaltado en múltiples informes que en el mundo hay alrededor de mil millones de personas que viven con un trastorno mental, en donde la depresión es una de las principales causas de enfermedades y discapacidad en los niños, niñas y adolescentes, así como que aproximadamente cada 40 segundos en el mundo alguien muere por suicidio. Por lo tanto, la organización a instado a los gobiernos a hacer de la salud mental un foco para desarrollar políticas públicas peri esta dinámica de desarrollo se hace compleja especialmente en países de ingresos bajos y medios.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas -ONU 2020- en los países de ingresos bajos y medios el 75% de las personas con problemas de salud mental no reciben ningún tratamiento. La pandemia exacerbó estas brechas de acceso y empeoró el estado de la salud mental de muchas personas debido al aislamiento y la gran cantidad de fallecidos.
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En el caso específico de Colombia la Encuesta de Salud Mental del Ministerio de Salud y Protección Social evidenció que alrededor del 52,2% de los jóvenes encuestados presentaba entre uno o dos síntomas de ansiedad, así como se identificaba que, alrededor del 36,6% de la población encuestada entre 12 y 17 años consideraba que su estado de salud era excelente; por su parte alrededor del 47,6% la población de 60 años y más consideraba que su estado de salud era bueno, mientras que el 23,8% de la población encuestada perteneciente a este grupo consideraba que su estado de salud era excelente.
Principales hallazgos de salud mental en Colombia durante la pandemia
La crisis ocasionada por el Covid-19 trajo nuevos retos para la salud mental de las personas, medidas como el distanciamiento físico, las cuarentenas obligatorias, el cierre de instituciones educativas y los cambios en las tareas de los hogares, son factores que afectan la salud mental, llegando a provocar incrementos en el número de casos de estrés, ansiedad y depresión.
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En las 23 ciudades encuestadas en la Encuesta de Pulso Social, el sentimiento mayormente reportado es el de preocupación o nerviosismo, el cual reporta una disminución de 1,3% entre julio 2020 y junio 2021, seguido por “cansancio” con una disminución de 2,2%., para el mismo periodo de tiempo. Las mujeres jefas de hogar presentaron un aumento en el sentimiento de preocupación o nerviosismo 49,5%, aunque se cree que este comportamiento que puede estar relacionado con el aumento en los casos de contagio del Covid-19.
Adicionalmente, esta misma encuesta demuestra que la población de 10 a 24 años es quien más se ha visto afectada por Covid-19 al presentar el mayor porcentaje (41,2%) sobre haber sentido preocupación o nerviosismo. De otro lado, de acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares y haciendo un análisis por grupos poblacionales, las mujeres son quienes más han se han presentado sentimientos de soledad, estrés, preocupación o depresión como consecuencia de la pandemia.
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Siguiendo esta tendencia, en 2021 para los meses de enero y marzo las mujeres reportaron un mayor porcentaje de sobrecarga en tareas domésticas y de cuidado, comportamiento que puede estar explicado por las nuevas medidas
de restricción y aislamiento preventivo que se establecieron en el país a causa del aumento de contagios por Covid-19, aplicadas en esos dos meses.
Un dato realmente preocupante es que en junio solo un 0.9% reportaron haber buscado ayuda de un profesional (psicológo o terapeuta), las mujeres tienen más tendencia a buscar ayuda pero no en un porcentaje muy alto, mientras que las personas de 25 a 54 años son quienes más buscan apoyo profesional.
Finalmente, entre julio 2020 y junio 2021 se evidenció que la percepción de jefes/as de hogar sobre la situación económica del hogar se concentra en que es peor que la de hace 12 meses, siendo agosto el mes en que se presentó un mayor porcentaje (60,2%), así mismo, para el mes de junio de 2021, el 29,0% de los/as jefes/as de hogar considera que la situación económica del hogar en 12 meses será peor que la actual. Lo que también ha impactado en la percepción sobre la capacidad de ahorro.