La rinitis es una afección común que afecta a personas de todas las edades. Existen dos tipos principales: la rinitis alérgica, enfermedad de las membranas mucosas nasales que se produce por una respuesta inflamatoria mediada por inmunoglobulina E (IgE) después de la exposición a alérgenos inhalados, como la caspa de los animales, el polen, ácaros o el polvo entre otros, y que se caracteriza por síntomas como congestión nasal, rinorrea (descarga de moco nasal), estornudos, y/o prurito nasal
La rinitis no alérgica se caracteriza por síntomas como estornudos crónicos, congestión y goteo nasal sin una causa alérgica aparente. Aunque los síntomas son similares a los de la rinitis alérgica, no se presentan las típicas reacciones alérgicas. Esta condición puede afectar tanto a niños como a adultos.
Incidencia y prevalencia de la rinitis
Es la enfermedad crónica más común en los niños y la quinta enfermedad crónica más común en general, de acuerdo con el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud (IETS), se estima que llega a afectar a 1 de cada 6 personas, generando así de 2 a 5 mil millones de dólares en gastos directos de la salud anualmente, afectando muchas veces la calidad de vida y llegando a causar la pérdida del trabajo y la inasistencia escolar.
Según el ISAAC (Estudio Internacional de Asma y Alergias), se encontró una gran variación en la prevalencia de rinitis entre países, con la proporción más baja reportada en 1,5% en Irán y el más alto con 39,7% en Nigeria. La prevalencia varía con la genética, la epigenética y el medio ambiente.
Esta es una condición heterogénea en diferentes aspectos, lo que hace que en su epidemiología a variación no es inesperada. Gran parte de los estudios se encontraron con una prevalencia creciente en los niños. En Colombia un estudio publicado en 2004 indica que la prevalencia en la población general es de 22,6%, con la prevalencia más alta en niños entre los 12 y 18 años, Bucaramanga con 31,2% y Medellín con 28,2%, fueron las ciudades con la prevalecía más alta.
Causas y factores desencadenantes
La causa exacta de la rinitis no alérgica aún se desconoce, pero se cree que está relacionada con la expansión de los vasos sanguíneos en la nariz, lo que provoca la inflamación del tejido nasal. Diversos factores pueden desencadenar esta afección, como la exposición a irritantes ambientales u ocupacionales, cambios climáticos, infecciones virales, ciertos alimentos y medicamentos, cambios hormonales, y condiciones como la apnea del sueño y el reflujo de ácido.
Síntomas y complicaciones
Los síntomas más comunes de la rinitis no alérgica incluyen congestión nasal, goteo nasal, estornudos y mucosidad en la garganta. A diferencia de la rinitis alérgica, esta afección no suele causar picazón en la nariz, los ojos o la garganta. En casos más graves, la rinitis no alérgica puede estar relacionada con complicaciones como la formación de pólipos nasales y sinusitis, lo que puede dificultar la respiración y aumentar el riesgo de infecciones sinusales.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico de la rinitis no alérgica se realiza descartando otras posibles causas alérgicas a través de pruebas de sangre o pruebas cutáneas para alergias. Una vez confirmado el diagnóstico, el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir los brotes. Esto puede incluir el uso de descongestionantes, antihistamínicos, corticosteroides nasales, y cambios en el estilo de vida, como evitar los desencadenantes conocidos y mantener una buena higiene nasal.
Por su parte en la rinitis alérgica se puede realizar clínicamente a través de la presencia de síntomas característicos, como estornudos paroxísticos, secreción nasal, obstrucción nasal, picazón nasal, goteo posnasal, tos, irritabilidad y fatiga. También se tiene en cuenta la historia clínica del paciente, que incluye factores de riesgo, y los hallazgos en el examen físico.
Aunque las pruebas cutáneas de alergia confirman la sensibilización a los alérgenos del aire, no son necesarias para el diagnóstico inicial. La congestión nasal varía frecuentemente entre ambos lados de la nariz según el ciclo nasal fisiológico. Durante el sueño, es común que el lado de la nariz que está en posición inferior se obstruya más. Si la obstrucción nasal es persistente en un solo lado, puede indicar la presencia de un defecto anatómico, como una desviación del tabique nasal, la presencia de pólipos nasales o un tumor inflamatorio.
Los estornudos pueden ser muy variables, pero en las enfermedades alérgicas suelen presentarse en paroxismos explosivos de cinco a diez estornudos o más. En la mayoría de los casos de rinitis, la secreción nasal es clara o blanca, y la presencia de secreciones purulentas indica la posibilidad de una rinosinusitis crónica o rinitis atrófica. Los síntomas y signos oculares, como enrojecimiento, picazón y lagrimeo, son comunes y constituyen una importante comorbilidad en al menos la mitad de los pacientes con rinitis alérgica.”
La clasificación de la rinitis puede ser estacional o permanente, intermitente o persistente y clasificada según su gravedad.
En cuanto al tratamiento, la terapia para la rinitis alérgica puede ser considerada como un enfoque de 3 frentes. Este enfoque incluye la evitación, los medicamentos y la inmunoterapia. Se han desarrollado numerosos medicamentos para tratarla, pero generalmente solo tratan los síntomas y no abordan la inflamación alérgica subyacente. Sin embargo, el tratamiento médico puede ser bastante efectivo para mitigar los efectos negativos de la enfermedad.
Los antihistamínicos orales se utilizan en la para atacar el receptor H1 y reducir efectivamente los síntomas de rinorrea, estornudos y prurito nasal. Los antihistamínicos H1 de primera generación, como la difenhidramina, pueden causar sedación debido a su acción anticolinérgica. En cambio, los antihistamínicos orales de segunda generación parecen tener una eficacia similar sin los efectos sedantes. Estos medicamentos son aprobados para niños mayores de 6 meses y son una herramienta importante en el tratamiento de la RA en niños.
Los corticoesteroides nasales también son efectivos en el tratamiento de la RA, ya que reducen la rinorrea, el prurito, los estornudos y la obstrucción nasal. Además, pueden reducir los síntomas oculares asociados. Los aerosoles nasales de mometasona, están indicados para niños mayores de 2 años.
Los antihistamínicos intranasales actúan sobre el receptor H1 y muestran efectos similares a los antihistamínicos orales. Sin embargo, logran niveles más altos del fármaco en los tejidos nasales y tienen un verdadero efecto antiinflamatorio. El aerosol nasal también está aprobado para niños mayores de 5 años.
Los modificadores de leucotrienos bloquean el receptor de cisteinil leucotrienos, mediadores inflamatorios relacionados con la patogenia de la RA. Montelukast ha sido utilizado en niños a partir de los 6 meses y es eficaz para aliviar los síntomas.
Es importante tener en cuenta que algunos medicamentos pueden tener efectos secundarios, como sedación o sabor amargo, y la adherencia al tratamiento puede ser un desafío, especialmente en niños. Sin embargo, con el asesoramiento y supervisión médica adecuada y pertinente, se puede lograr un manejo efectivo para la rinitis.
Número de usuarios prescritos para el tratamiento de rinitis alérgica según cubos de información SISPRO del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia durante 2017 – 2021
Prevención y cuidado de la rinitis
Si sufres de rinitis no alérgica, hay medidas que puedes tomar para reducir los síntomas y prevenir los brotes. Esto incluye evitar los factores desencadenantes conocidos, no abusar de los descongestionantes nasales, y buscar un tratamiento eficaz en caso de que los síntomas persistan o empeoren. Además, mantener una buena higiene nasal y adoptar hábitos saludables, como dormir boca abajo y evitar la exposición a irritantes, puede ayudar a controlar la condición.