Este 17 de octubre se conmemora el ‘Día mundial del dolor’, también denominado ‘Día mundial contra el dolor crónico’. A través de esta iniciativa, la Organización Mundial de la Salud -OMS- apoyada por entidades y organizaciones, busca sensibilizar a la población sobre el impacto de esta enfermedad.
Desde 2019, cuando la OMS actualizó la clasificación internacional de enfermedades (CIE-11) se define al dolor crónico como a la sensación o el indicador corporal de que algo no se encuentra bien, persistente durante más de tres meses o que se repite con una frecuencia relativa (meses, semanas o años).
¿Cuáles son las clasificaciones de dolor crónico que existen?
Este ajuste también reclasificó al dolor crónico en siete grupos:
1- Dolor crónico primario: dolor difuso que afecta a un mínimo de 4 de las 5 regiones del cuerpo y que se asocia con bastante malestar emocional (ansiedad, ira o frustración, o estado depresivo) o discapacidad funcional (interferencia con las actividades de la vida diaria y menos participación social). El dolor generalizado crónico es multifactorial: diversos factores biológicos, psicológicos y sociales contribuyen al síndrome de dolor. El diagnóstico es apropiado cuando el dolor no se puede atribuir directamente a un proceso nocisensible en estas regiones y cuando hay características compatibles con un dolor nociplástico y se identifican factores contribuyentes psicológicos y sociales.
2- Dolor crónico por cáncer: dolor de larga duración cuya causa es un cáncer primario o sus metástasis.
3- Dolor crónico postquirúrgico o postraumático: dolor que se desarrolla o aumenta en intensidad después de un procedimiento quirúrgico o una lesión tisular (que implica cualquier trauma, incluidas las quemaduras) y que persiste más allá del proceso de curación, es decir, al menos 3 meses después de la cirugía o el trauma tisular.
El dolor se localiza en el campo quirúrgico o en el área de la lesión, se proyecta al territorio de inervación de un nervio situado en esta área o se hace referencia a un dermatoma (después de una cirugía / lesión de los tejidos somáticos o viscerales profundos). Deben excluirse otras causas de dolor, como infección, malignidad, etc., así como el dolor que continúa por un problema de dolor preexistente.
4- Dolor crónico neuropático: dolor de larga duración provocado por una lesión o enfermedad del sistema nervioso somatosensitivo. Éste puede ser espontáneo o provocado y representa una reacción exagerada a un estímulo doloroso (hiperalgesia), o bien una reacción dolorosa ante un estímulo que normalmente no causa dolor (alodinia).
El diagnóstico de dolor neuropático crónico requiere la presencia de antecedentes de lesión o enfermedad del sistema nervioso y una distribución del dolor que parezca plausible desde el punto de vista neuroanatómico. Los síntomas y signos sensitivos negativos (por ejemplo, la disminución o pérdida de la sensibilidad) y positivos (por ejemplo, la alodinia o la hiperalgesia) que apuntan a una afectación del sistema nervioso somatosensitivo deben ser compatibles con el territorio de inervación de la estructura nerviosa afectada.
5- Dolor orofacial y cefalea: es el dolor de cabeza secundario crónico y el dolor orofacial comprenden todos los trastornos de dolor de cabeza y dolor orofacial que tienen causas subyacentes y ocurren al menos el 50% de los días durante al menos tres meses. La duración del dolor por día es de al menos 2 horas.
6- Dolor visceral crónico: se define como el dolor de larga duración localizado en la región torácica, abdominal o pélvica y asociado a bastante malestar emocional o discapacidad funcional. La ubicación anatómica específica del dolor es compatible con los cuadros típicos de dolor irradiado desde órganos internos específicos. Los síntomas no tienen una mejor explicación en un diagnóstico de dolor visceral secundario crónico.
El dolor visceral crónico primario es multifactorial: diversos factores biológicos, psicológicos y sociales contribuyen al síndrome de dolor. El diagnóstico es apropiado independientemente de los factores contribuyentes biológicos o psicológicos detectados, a no ser que otro diagnóstico explique los síntomas mejor.
7- Dolor crónico musculoesquelético: denomina al dolor crónico en los músculos, huesos, articulaciones o tendones que se caracteriza por angustia emocional significativa (ansiedad, enojo / frustración o estado depresivo) o discapacidad funcional (interferencia en actividades de la vida diaria y participación reducida en roles sociales).
El dolor musculoesquelético primario crónico es multifactorial: los factores biológicos, psicológicos y sociales contribuyen al síndrome del dolor. El diagnóstico es apropiado independientemente de los contribuyentes biológicos o psicológicos identificados a menos que otro diagnóstico represente mejor los síntomas de presentación.
¿Es posible recibir tratamiento para el dolor crónico?
En los últimos años, y por la naturaleza de la enfermedad, se sugiere adoptar un enfoque multidisciplinario. Es decir, varios especialistas dan alternativas de manejo en un área específica que en conjunto, se traduce en beneficios extendidos para el paciente afectado, debido a los aportes y valoraciones de los médicos que integran el equipo. De hecho, algunos expertos consideran a esta alternativa como un tipo de manejo personalizado.
En otros casos, el manejo del dolor crónico se hace con fármacos como AINES, medicamentos de primera línea (acetaminofén), medicamentos anticonvulsivos o antidepresivos, opioides. Bajo ninguna circunstancia, las personas afectadas con dolor crónico deberían automedicarse, ya que los medicamentos se prescriben por duraciones determinadas, reduciendo o mitigando los efectos negativos que éstos causan en el organismo. La elección de los fármacos siempre van condicionadas al estado de salud de cada individuo.
No obstante, también existen otras opciones para el manejo del dolor crónico que pueden funcionar como tratamientos complementarios. Entre ellas se encuentran la acupuntura, la fisioterapia o la psicoterapia; esta última alternativa también enseña habilidades de manejo del dolor y del estrés que pueda generar el padecimiento en los individuos afectados.