La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que afecta a más de 30 millones de personas en México, según datos de la Secretaría de Salud. Esta enfermedad se caracteriza por la elevación de la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, renales y cerebrovasculares.
En este artículo analizaremos diferentes perspectivas que nos ayudaran a entender el panorama de este padecimiento en el país.
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Tratamientos no farmacológicos disponibles
Los tratamientos no farmacológicos para el control de la hipertensión arterial deben ser individualizados y supervisados por un profesional de la salud, en el país hay varias opciones terapéuticas disponibles.
La más recomendada es la adopción de un estilo de vida saludable es fundamental para el control de la hipertensión arterial, lo que incluye tener una dieta balanceada la práctica regular de actividad física, la reducción del estrés, la eliminación de hábitos nocivos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
Como recomendación, las personas hipertensas deben disminuir la ingesta de sal a menos de cinco gramos diarios, evitar las grasas saturadas, aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales con fibra.
Tratamientos farmacológicos más frecuentes para la hipertensión
También se puede utilizar farmacología para tener un control del padecimiento, los cuales deben ser recetados por un especialista tomando en cuenta la historia clínica del paciente. Entre ellos encontramos los diuréticos, los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA), los bloqueadores de los canales de calcio y los betabloqueadores.
En algunos casos, se requiere el uso de dos o más medicamentos para controlar la hipertensión arterial. La terapia combinada puede ser una opción para pacientes que no responden adecuadamente a un solo medicamento.
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¿Cuándo acudir al centro de salud?
En las etapas iniciales no se presentan síntomas, pero mientras avanza la patología se manifiesta de manera común con dolor de cabeza, zumbido en el oído, sensación de ver luces, náuseas, vómito, sangrado nasal recurrente e incluso palpitaciones. En la fase aguda también puede provocar cansancio, confusión, ansiedad, dolor torácico y temblores musculares.
Se requiere atención médica inmediata en el servicio de urgencias de la unidad de salud más cercana a su domicilio cuando la presión arterial se encuentre por arriba de 140/90 mmHg (milímetros de mercurio).
A los mayores de 40 años, los especialistas recomiendan una medición anual de la presión arterial, así como exámenes de sangre, colesterol y glucosa para detectar cualquier anomalía médica.
Lo que dicen los datos de la hipertensión
Para el 2020, el 24.9% de los hombres y 26.1% de las mujeres padecía esta enfermedad, que cada año ocasiona cerca de 50 mil fallecimientos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Además, la Secretaría de Salud afirma que el 46% de las personas desconoce padecer esta enfermedad.
Las autoridades sanitarias evidencian que casi la mitad de las personas con este problema de salud acude a consulta médica debido a la sintomatología aguda. Se registran que en muchos casos hay daño en riñones, corazón y cerebro, con el consecuente riesgo de insuficiencia e infarto cardiaco o cerebral, arritmias, falla renal, problemas de agudeza visual e incluso de fallecimiento.
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Leyes y Políticas de protección
En México, esta enfermedad es la principal causa de muerte en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por lo cual el gobierno ha implementado diversas políticas y programas para prevenir y controlar esta enfermedad.
Entre las leyes y políticas más relevantes, se encuentra la Ley General de Salud, que establece la obligación de las autoridades de promover acciones para prevenir y controlar enfermedades crónicas como la hipertensión arterial.
Además, esta ley establece que los servicios de salud deben proporcionar a la población información sobre los factores de riesgo y las medidas de prevención de la hipertensión arterial, así como los tratamientos disponibles.
Otro instrumento legal importante es el Plan Nacional de Salud 2019-2024, que establece medidas específicas para mejorar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. Entre las acciones contempladas, se encuentra la promoción de estilos de vida saludable, la detección temprana de la enfermedad, la capacitación de los profesionales de la salud en el manejo de la hipertensión arterial y la mejora en el acceso a los medicamentos para su tratamiento.
Además, existen programas específicos para la prevención y control de este padecimiento como el Programa de Acción Específico para la Prevención y Control de la Hipertensión Arterial y el Programa de Atención a la Salud de las Personas Adultas Mayores, que incluyen acciones para mejorar el Diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la enfermedad.
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