Los costos derivados de las atenciones de la mutilación genital femenina o ablación alcanzarán los $2.100 millones de dólares anuales para 2047, es decir se duplicarán en comparación con los costos actuales, a menos de que se abandone esta práctica por completo.
En 2018, la Organización Mundial de la Salud -OMS- pudo constatar que hay 119 millones de niñas y mujeres víctimas de esta práctica, que de continuar para el año 2047 dejará más de 205 millones de mujeres y niñas afectadas, esto sin mencionar los costos para los sistemas de salud.
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Según un estudio de modelización de la OMS, basado en 27 países y publicado en la revista de acceso abierto BMJ Global Health, actualmente hay 200 millones de mujeres y niñas vivas que han sufrido mutilación genital femenina, una práctica reconocida como una clara violación a los derechos humanos y una forma de discriminación a la mujer.
Los riesgos para la salud de las mujeres víctimas de esta práctica ya han sido listados en varios estudios y suelen incluir: hemorragia, shock, dolor extremo, hinchazón genital, infecciones, complicaciones urinarias y mala cicatrización de las heridas. Pero las consecuencias a largo plazo pueden incluir complicaciones del sistema reproductivo, disfunción sexual y hasta daño psicológico.
La erradicación de esta práctica hace parte de los Objetivos del Desarrollo Sostenible para el 2030 (incluido en la meta 5.3) sin embargo, son pocos los estudios que abordan el coste económico de la mutilación genital femenina ya que los que se han realizado hasta la fecha se centran en los costes obstétricos asociados.
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¿Cuánto le cuesta a un sistema de salud la mutilación genital femenina?
Para estimar el coste de la mutilación genital femenina se calculó el riesgo anual de la práctica a partir de los datos registrados en la Encuesta Demográfica y de Salud (EDS) o la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS) de los siguientes países: Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Camerún, Chad, Yibuti, Egipto, Eritrea, Etiopía, Ghana, Guinea, Gambia, Guinea-Bissau, Irak, Kenia, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Sudán, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Togo, República Unida de Tanzania y Yemen.
Adicionalmente, se basaron en las tasas de fecundidad y los datos de población para calcular las estructuras de edad durante un periodo de 30 años a partir de 2018, de modo que pudieran proyectar los riesgos de complicaciones de salud desde la infancia hasta la edad adulta.
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Posteriormente, se calcularon los costes de la atención y el tratamiento de estas complicaciones, además del ahorro que supondría la eliminación total o parcial de la ablación en cada uno de los 27 países.
Para mitigar el impacto sería necesario abandonar totalmente la práctica, de este modo se reduciría en 80 millones los posibles casos prevalentes proyectado para 2047 (205 millones de casos). Esto debido a que cada caso prevalente está asociado a un mayor uso de la asistencia sanitaria. Y según las tendencias actuales, se prevé que los costes sanitarios anuales aumenten, pasando de unos $1.400 millones de dólares en 2018 a más de $2.100 millones en 2047.
“Como tal, este trabajo presenta una estimación muy conservadora de la carga total de la MGF sobre los individuos y la sociedad. La práctica viola los derechos humanos, causa un sufrimiento significativo y tiene impactos negativos en la salud de las mujeres a corto y largo plazo, y debe ser abandonada sólo por estas razones” concluyen los investigadores.
