Marcador biológico en bebés podría predecir diagnóstico temprano del autismo

Estudió identificó un marcador biológico en bebés que parece predecir el diagnóstico del autismo.
AUTISMO EN BEBÉS
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Un estudio dirigido por Ozge Oztan , científico investigador en psiquiatría y ciencias del comportamiento en Stanford y Karen Parker, profesora asociada de psiquiatría y ciencias del comportamiento, en colaboración con John Constantino, MD, profesor de psiquiatría y pediatría en la Universidad de Washington, identificó un marcador biológico en bebés que parece predecir el diagnóstico del  autismo.

El estudio de 33 individuos, explican sus investigadores mostró que el biomarcador, una hormona llamada vasopresina, estaba presente en niveles más bajos durante la infancia en el líquido cefalorraquídeo de los bebés que luego fueron diagnosticados.

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“Cuando los niños pequeños no están procesando adecuadamente los estímulos sociales básicos a una edad temprana, ponen sus cerebros en una trayectoria de desarrollo diferente”, dijo Karen Parker, PhD, profesora asociada de psiquiatría y ciencias del comportamiento.

La experta explica además que aunque el autismo puede diagnosticarse a partir de síntomas de comportamiento alrededor de los 2 años de edad, la escasez de especialistas en autismo a menudo retrasa el diagnóstico hasta los 4 años o más, lo que hace que los niños pierdan los beneficios del tratamiento temprano. “Si pudiéramos identificar a estos niños antes, podríamos intervenir antes”, dijo Parker.

¿En qué consiste este trastorno?

El autismo es un trastorno del desarrollo caracterizado por habilidades sociales deterioradas, patrones de comportamiento repetitivo e intereses restringidos. La intervención temprana puede tener beneficios duraderos para los niños afectados.

Importancia de la Vasopresina

De acuerdo con los expertos, la vasopresina parece jugar un papel importante en el autismo. Pero, ¿qué es la Vasopresina? Según Paker, “la vasopresina es una hormona proteica que solo tiene nueve aminoácidos. Afecta los comportamientos sociales en los mamíferos machos, como la unión de parejas y la paternidad, y se diferencia solo por dos aminoácidos de otra hormona proteica mejor conocida con funciones sociales: la oxitocina”.

Así mismo, el equipo de investigadores descubrió que los niveles de vasopresina en el líquido cefalorraquídeo – LCR son más bajos en niños y adolescentes con autismo que en aquellos sin el trastorno, y que las personas con los niveles más bajos de vasopresina en el líquido cefalorraquídeo tenían los síntomas de autismo más graves. Los niveles de oxitocina en LCR, sin embargo, no se asociaron con el autismo. El equipo de Parker también demostró previamente que administrar vasopresina a niños con este trastorno mejora su capacidad social, mientras que los ensayos de oxitocina para el autismo han tenido resultados inconsistentes.

Realización del estudio

El nuevo estudio se realizó utilizando un archivo raro de muestras de LCR recolectadas de bebés durante la atención médica de rutina. Si un bebé menor de 3 meses desarrolla fiebre, los médicos generalmente recolectan LCR a través de una punción lumbar para descartar infecciones cerebrales.

Después de comparar 913 muestras del líquido cefalorraquídeo archivadas con registros médicos, los investigadores identificaron a 11 bebés que luego fueron diagnosticados con autismo en la infancia. Las muestras del líquido cefalorraquídeo de nueve de ellas fueron lo suficientemente grandes como para realizar pruebas. Cada una de estas muestras se comparó con dos muestras de control obtenidas de niños cuyos registros médicos no mostraron un diagnóstico de autismo a los 12 años.

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Los investigadores encontraron niveles de vasopresina en LCR significativamente más bajos en los bebés que luego fueron diagnosticados con autismo que en los que no. Los niveles individuales de vasopresina predijeron correctamente qué niños desarrollarían autismo en siete de los nueve casos de autismo. Las dos muestras que no predijeron correctamente el autismo provenían de bebés que luego fueron diagnosticados con trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Los investigadores también midieron los niveles de oxitocina en las muestras del líquido cefalorraquídeo, pero no encontraron diferencias entre los niños con y sin autismo.

Hallazgos

De acuerdo con las declaraciones de los investigadores, manifestaron les gustaría estudiar muestras del líquido cefalorraquídeo de niños con otros trastornos, como enfermedades neuromusculares que tienen un componente neurológico pero que no afectan las habilidades sociales, para determinar si el hallazgo de vasopresina con bajo LCR es específico del autismo. También esperan estudiar si existe un biomarcador de sangre para el autismo en los bebés, ya que es difícil obtener muestras del líquido cefalorraquídeo.

“Si pudiéramos intervenir cuando los niños todavía miran caras, sonríen y responden a sus nombres, eso podría cambiar la trayectoria del trastorno”, Puntualizó, Parker.

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