En el Informe de Análisis de a situación de Salud en Colombia 2023 se incluye una serie de indicadores que reflejan las estadísticas fundamentales para caracterizar la situación territorial, demográfica, política, los determinantes sociales y los efectos en salud del país. Esta información se elabora a partir de las fuentes integradas y disponibles en la Bodega de Datos del Sistema Integral de Información de la Protección Social (SISPRO).
El documento se estructura en seis capítulos, destacando las desigualdades en salud provocadas por los determinantes sociales que impactan las condiciones de vida de los colombianos, y muestra el progreso en la disponibilidad de información útil para la toma de decisiones en el país, en esta oportunidad se ahondará en la seguridad alimentaria.
La seguridad alimentaria y nutricional es un concepto vital que engloba la disponibilidad suficiente y estable de alimentos, el acceso oportuno y permanente a estos, y su consumo en cantidad, calidad e inocuidad por parte de todas las personas. Esto es fundamental para llevar una vida saludable y activa. En Colombia, este tema ha cobrado relevancia en los últimos años debido a varios factores socioeconómicos y de salud que afectan a diversas regiones del país.
La disponibilidad de alimentos en Colombia depende fundamentalmente de la producción y la importación. A nivel nacional, regional y local, la cantidad de alimentos disponibles debe ser suficiente para cubrir los requerimientos de la población. Este equilibrio es crucial para mantener la estabilidad alimentaria y prevenir crisis de desabastecimiento.
Producción e importación
La producción agrícola y ganadera local es la principal fuente de alimentos en Colombia, complementada por importaciones que aseguran la diversidad y cantidad necesaria para cubrir la demanda nacional. Sin embargo, las variaciones en la producción debido a factores climáticos, económicos y políticos pueden afectar la disponibilidad de ciertos alimentos, destacando la necesidad de políticas robustas que promuevan la sostenibilidad y resiliencia del sector agroalimentario.
El acceso a los alimentos
El acceso a una alimentación adecuada y sostenible es esencial para la seguridad alimentaria. Este acceso se refiere a los alimentos que una familia, comunidad o país puede obtener o comprar. En Colombia, las disparidades económicas y regionales influyen significativamente en este aspecto.
El retraso en talla en menores de cinco años es un indicador de los impactos de la desnutrición. En 2020, la prevalencia del retraso del crecimiento en América Latina y el Caribe era del 11.3%, con variaciones significativas entre subregiones y grupos socioeconómicos. En Colombia, entre 1990 y 2015, este indicador descendió 15.3 puntos porcentuales, reflejando avances pero también desafíos persistentes, especialmente entre los grupos étnicos y en áreas rurales.
Bajo peso al nacer
Las cabeceras municipales y las áreas rurales dispersas muestran una mayor prevalencia de bajo peso al nacer, un indicador que refleja la desigualdad en el acceso a alimentos nutritivos. En 2022, Bogotá, Cundinamarca, Nariño, Boyacá, Chocó, Risaralda y San Andrés y Providencia registraron los niveles más altos de bajo peso al nacer, con un incremento promedio del 9.7% comparado con 2021. Estas diferencias subrayan la necesidad de estrategias focalizadas que mejoren el acceso a alimentos en las regiones más vulnerables.
La relación entre el bajo peso al nacer y las enfermedades crónicas (enfermedades cardíacas, diabetes mellitus, hipertensión y obesidad) en la edad adulta ha sido demostrada en varios estudios epidemiológicos. Además, un meta-análisis muestra que el bajo peso al nacer aumenta significativamente el riesgo de asma infantil (Xu XF, 2014). Un estudio de cohorte realizado entre 1911 y 1930 en Hertfordshire, Inglaterra, encontró que los niños con bajo peso al nacer tenían un 50% más de mortalidad por enfermedad cardíaca en la edad adulta.
El bajo peso al nacer en nacidos vivos a término es un 21% más alto en el quintil que agrupa el 20% de los departamentos con menor índice de pobreza multidimensional en comparación con los departamentos más pobres multidimensionalmente. En 2015, el quintil más alto tiene un 64,1% más de niños con bajo peso al nacer en comparación con el quintil más bajo de pobreza. La desigualdad ha ido en aumento a lo largo del tiempo, especialmente en los quintiles más bajo y bajo de riqueza.
Aunque el bajo peso al nacer está documentado como una de las principales causas de muerte neonatal a nivel mundial, en Colombia no figura entre los diagnósticos de muerte más frecuentes.
Entre 2005 y 2022, en promedio, nueve de cada 100 nacidos vivos tuvieron bajo peso al nacer. Para 2022, la prevalencia fue del 10.5%, mostrando un incremento del 6.3% comparado con 2021. Estas cifras indican una tendencia preocupante que requiere atención urgente por parte de las autoridades de salud.
Lactancia materna
La lactancia materna es una de las formas más efectivas para prevenir la malnutrición y sus consecuencias a largo plazo. Los niños que reciben lactancia materna exclusiva hasta los seis meses tienen menores riesgos de padecer sobrepeso, obesidad y diabetes tipo II en la vida adulta, además de obtener mejores resultados en pruebas de inteligencia.
En Colombia, la tasa de lactancia materna exclusiva aumentó significativamente del 11.4% en 1995 al 46.91% en 2005. Sin embargo, en la última década, esta tendencia se ha revertido, enfrentándose el país a una reducción de cerca de 10.8 puntos porcentuales frente al mejor resultado logrado en 2005.
De acuerdo con la ENSISN, el 97,2% de los niños menores de 3 años en el 2015 recibieron lactancia materna, sin diferencias entre región, etnia, sexo. En relación con el inicio de la lactancia materna en el primer día de vida, el 17,6% de las madres llevaron a cabo esta práctica, siendo 1,4 veces más frecuente en áreas urbanas en comparación con otras zonas. El 9,8% de las madres reportaron comenzar a lactar después del primer día.
Dieta mínima aceptable
La dieta mínima aceptable es un indicador que evalúa la calidad de las dietas de los niños de 6 a 23 meses de edad. En Colombia, solo el 36.5% de estos niños tenían una alimentación complementaria que cumplía con un consumo mínimo de alimentos variados y una frecuencia alimentaria adecuada.
Existen diferencias significativas en la dieta mínima aceptable entre distintos grupos socioeconómicos y étnicos. Los niños en el cuartil de riqueza más alto tienen 1.6 veces más probabilidades de tener una dieta mínima aceptable comparado con aquellos en el cuartil más bajo.
Retraso en la talla en niños menores de 5 años
El retraso del crecimiento es un indicador de desnutrición que afecta el desarrollo físico y cognitivo de los niños, aumentando su riesgo de mortalidad por enfermedades infecciosas. En Colombia, este problema es más prevalente entre los grupos indígenas y afrodescendientes, así como en áreas rurales.
En 2020, la prevalencia del retraso del crecimiento en América Latina y el Caribe era del 11.3%, con una reducción significativa desde el 2000. En Colombia, regiones como Vaupés, La Guajira y Guainía presentan tasas de retraso en talla superiores al promedio nacional, reflejando las disparidades regionales en términos de nutrición y acceso a servicios de salud.
La desnutrición global, o peso bajo para la edad, es otro indicador crítico que refleja una dieta insuficiente y la presencia de enfermedades recientes. En Colombia, entre 1990 y 2015, este indicador ha descendido 5.5 puntos porcentuales.
La desnutrición global es más común en grupos indígenas y en áreas rurales, donde las brechas de desigualdad en términos de acceso a alimentos y servicios de salud son más pronunciadas.
Obesidad
La obesidad ha aumentado significativamente en la región de las Américas en las últimas dos décadas. En Colombia, la prevalencia de obesidad en adultos es mayor en mujeres que en hombres, y más alta en áreas urbanas que rurales.
En la primera infancia, Colombia presenta una tendencia al aumento del exceso de peso, con una prevalencia de 6.4% en 2015. Este problema también se observa en niños de 5 a 12 años y adolescentes, con un incremento significativo en la prevalencia de exceso de peso.
En Colombia, la obesidad en personas de entre 18 y 64 años ha aumentado. En 2015, la prevalencia fue un 13,3% mayor que en 2010, incrementando del 16,5% al 18,7%. La obesidad es más común en mujeres (22,4%) que en hombres (14,4%), con una diferencia absoluta de 8,0 puntos porcentuales. Además, es un 18,1% más prevalente en áreas urbanas (19,5%) que en rurales (15,9%), con una diferencia absoluta de 3,5 puntos porcentuales entre el quintil de mayor riqueza (20,5%) y el quintil de menor riqueza (16,8%).
Es importante señalar que la medición de la obesidad abdominal predice el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas en la población adulta de Colombia, la cual presentó un 56,5% de exceso de peso según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (ENSIN 2015) del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
Anemia
Según la ENSIN 2015, la prevalencia de anemia en el país es del 27,7%, siendo un 0,4% más frecuente en niñas (24,7%) que en niños (24,6%). En áreas urbanas, la prevalencia fue del 24,1%, mientras que en áreas rurales fue del 26,1%. Las regiones con mayor prevalencia de anemia son la Región Orinoquía y Amazonía (33,1%), Bogotá D.C. (29,7%), la Región Atlántica (25,7%) y la Región Pacífica (26,6%).
Por otro lado, la Región Central (18,6%) y la Región Oriental (23,8%) registraron valores por debajo del promedio nacional. Entre los grupos étnicos, los pueblos indígenas (34,0%) y las personas afrodescendientes (33,0%) son los más afectados por este problema de salud pública. La anemia es un 40,3% más frecuente en el quintil de riqueza bajo (26,8%) en comparación con el quintil de riqueza alto (19,2%), lo que representa una diferencia de ocho puntos porcentuales (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, 2015).
Medidas de control para contribuir a la seguridad alimentaria
Las autoridades sanitarias en Colombia, incluyendo el Invima y las Entidades Territoriales de Salud – ETS, han implementado diversas acciones de inspección, vigilancia y control sanitario de alimentos y bebidas. En cuanto a la implementación del decreto 1500 de 2007, relacionado con la inspección y control de carne, las plantas de beneficio animal han disminuido de 1.627 en 2008 a 511 en 2021, con 198 establecimientos recibiendo autorización sanitaria definitiva. A diciembre de 2021, 48 plantas de beneficio animal estaban certificadas con Sistemas HACCP.
Para otros alimentos, el censo de establecimientos ascendió a 12.283 plantas a marzo de 2022. En el primer trimestre de 2022, se registraron 2.525 nuevos establecimientos y se realizaron 2.641 visitas, resultando en 1.385 conceptos sanitarios, de los cuales 87 fueron desfavorables. Se aplicaron 153 medidas sanitarias y se iniciaron o culminaron 178 procesos administrativos sancionatorios.
Las ETS registraron 275.639 establecimientos y 38.629 vehículos de transporte de alimentos hasta marzo de 2022. En 2021 y el primer trimestre de 2022, realizaron 415.490 visitas, emitiendo 130.878 conceptos favorables y 235.814 favorables con requerimientos, y aplicaron 5.023 medidas sanitarias.
En 2019, se notificaron 614 brotes de enfermedades transmitidas por alimentos, afectando a 7989 personas. La seguridad alimentaria y nutricional en Colombia enfrenta múltiples desafíos, desde la disponibilidad y acceso a alimentos hasta el manejo de problemas como la desnutrición, el bajo peso al nacer, y la obesidad.
Las disparidades regionales y socioeconómicas requieren políticas y estrategias focalizadas para garantizar que todos los colombianos puedan acceder a una alimentación adecuada y saludable. La implementación efectiva de programas de vigilancia y control sanitario, junto con iniciativas educativas y de apoyo a la lactancia materna, son esenciales para mejorar la situación nutricional en el país.