En los últimos días, el presidente Gustavo Petro ha sostenido reuniones con su gabinete ministerial para evaluar el inicio del año y realizar los ajustes pertinentes para garantizar su gestión. Ayer, a través de la red social X, el mandatario aseguró que la reforma a la salud continuará su trámite desde sesiones extraordinarias.
Antes del anuncio presidencial, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo planteó la posibilidad de adelantar la convocatoria a los representantes antes del 16 de febrero, fecha límite del receso legislativo, con el propósito de debatir los artículos pendientes. Pese a que en diciembre el Gobierno Nacional también citó a sesiones extraordinarias, el proyecto no alcanzó su aprobación completa en la Cámara. Durante los tres días de discusión, se resolvieron obstáculos como impedimentos y proposiciones de los legisladores, lo que permitió avanzar con un tercio del articulado.
¿Reforma a la salud pende de un hilo?
De las iniciativas gubernamentales en curso, la reforma a la salud es la más polarizada. Los partidos de oposición buscarán el hundimiento de la iniciativa, ya que la consideran como un agravante a la crisis sectorial que no ofrece ninguna solución a las dificultades actuales. Para el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, la reforma es esencial para transformar un sistema al que se ha referido como “ineficiente e inequitativo”.
A pesar que se aprobaron 23 de 62 artículos del proyecto, hay quienes consideran que el lento avance de la reforma a la salud es una derrota para el gobierno Petro. Las próximas discusiones tendrán que analizar 40 nuevos artículos radicados por los representantes, los cuales se suman al conglomerado que se debatió hasta diciembre. Y esto sin contar el impacto del incremento a la UPC, duramente cuestionado por los actores sectoriales y las polémicas en torno a los Presupuestos Máximos y la financiación del sistema de salud.