La compañía farmacéutica Merck logró un acuerdo para comprar la biotecnológica Caraway Therapeutics, especializada en en el estudio de la maquinaria de eliminación de residuos de las células. Hasta la fecha uenta con cuatro programas de fármacos en fase preclínica, el más avanzado de los cuales se dirige a un canal iónico que Merck ya tiene en el punto de mira desde hace tiempo.
En 2018, Caraway Therapeutics recaudó 23 millones de dólares en una pequeña ronda de financiación de la Serie A, respaldada por diversos fondos de riesgo farmacéuticos, entre ellos uno de Merck. Para entonces, la biotecnológica operaba bajo el nombre de Rheostat Therapeutics, cambiando su nombre al actual un año después; sin embargo, el área de operaciones continuó centrándose en el desarrollo de tratamientos para enfermedades raras y neurológicas que buscan restaurar el equilibrio celular.
El martes, la farmacéutica anunció que pagará hasta 610 millones de dólares para adquirir a la biotecnológica. Por el momento, la transacción ncluye un pago inicial no revelado y pagos condicionales por hitos.
¿Por qué Merck le apuesta a la biotecnológica de bajo perfil?
A pesar de los intentos de Caraway Therapeutics por mantenerse en un perfil más discreto, Merck se ha interesado por su portafolio debido al gran potencial. Actualmente, la biotecnológica tiene dos programas en desarrollo pero de gran avance, los cuales se centran en el canal iónico TRPML1; ccanal egula la forma en que el lisosoma elimina los desechos celulares. Las investigaciones hechas por la compañía exploran cómo dirigirse a esta proteína podría contribuir al tratamiento de la enfermedad de Parkinson asociada a mutaciones en el gen GBA, así como a enfermedades raras no relacionadas con el sistema nervioso central.
Merck, por su parte, ya había apostado por fármacos orientados a TRPML1. En 2019, la compañía farmacéutica adquirió la pequeña empresa biotecnológica Calporta Therapeutics en una transacción valuada en 576 millones de dólares. El pipeline de Calporta se componía de medicamentos que respaldaban la actividad del lisosoma al dirigirse al canal iónico TRPML1.
Para Merck, la adquisición prevista es la última de un ajetreado año de negociaciones. A principios de 2023, la empresa adquirió Prometheus Therapeutics por unos 11.000 millones de dólares, con lo que se hizo con un fármaco para la enfermedad intestinal en fase avanzada. Y en octubre, Merck acordó pagar 5.500 millones de dólares a Daiichi Sankyo para acceder a tres conjugados anticuerpo-fármaco contra el cáncer.
De acuerdo con expertos en farmaindustria, la inversión del sector en neurociencias muestra signos de recuperación en los últimos años, después de que muchas grandes farmacéuticas abandonaran o quitaran prioridad a este campo a finales de la década pasada tras sufrir reveses clínicos.