Teranósticos: una nueva alternativa en la atención y cuidado oncológico

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Uno de los mayores retos que afronta el sistema de la salud, no solo en Colombia, sino en el mundo entero es la ruta de atención. El periodo de tiempo que hay entre un diagnóstico y un procedimiento y sobre todo, los pasos intermedios son claves para llegar a un mejor resultado. En los casos de diagnósticos de cáncer, el tiempo es un factor aún más importante para la toma de decisiones y la aplicación de procedimientos efectivos en tiempos eficientes. De allí que la suma de esfuerzos y unión de recursos con soluciones de vanguardia permite que los agentes del sector entreguen tratamientos oncológicos con mayor precisión. 

El termino teranósticos, hace referencia a la posibilidad de ofrecer a nuestros pacientes un diagnóstico y tratamiento de enfermedades principalmente oncológicas, soportado en el uso de moléculas marcadas con isótopos radiactivos (radioisótopos). Es decir, los pacientes con cáncer, en la superficie de estas células malignas, presentan unos receptores, a los cuales se les llaman ‘blancos’. Lo que hacen estas moléculas, es unirse a esos blancos de forma específica. En primera instancia son usados para generar una imagen en un equipo PET/CT, donde se podrá identificar la localización de estas lesiones malignas, y posteriormente estas mismas moléculas son marcadas con otro isótopo radioactivo, para destruir exclusivamente esas células tumorales sin dañar el resto de tejidos o células sanas.

La ruta de atención es un sistema circular de cuatro etapas: el diagnóstico y la selección de pacientes al programa de soluciones, el tratamiento personalizado de acuerdo con las necesidades de cada paciente, la realización de un monitoreo de la respuesta a la terapia aplicada, y finalmente el periodo de seguimiento y monitoreo de supervivencia del paciente. A partir de estas premisas, es posible identificar la viabilidad de usar una ruta individual en otros casos. Si logramos reducir el tiempo entre diagnóstico y tratamiento al unificar estos, los riesgos que se pueden generar por los desarrollos de las enfermedades se pueden reducir sustancialmente.

Para abordarlos en mayor detalle, en primer lugar, el cuidado que un paciente recibe en un centro de atención ya sea un hospital o un centro especializado en tratamiento y cuidado oncológico, debe estar alineado a sus necesidades. Para recibir el cuidado especializado, es necesario primero la fase de selección de pacientes, en la que se filtran las necesidades de cada persona con el fin de entender y planear los pasos a tomar para el tratamiento oncológico. Seguidamente, el tratamiento personalizado que recibe un paciente puede marcar toda la diferencia en como este puede recuperarse y tener una mejor calidad de vida.

Algunos tipos de cáncer pueden tener un crecimiento no solo acelerado, sino que pueden llegar a alcanzar metástasis en cortos periodos de tiempo. Por eso, la ruta de atención personalizada al paciente es clave para estos casos de crecimiento acelerado, si el estado y tamaño del cáncer tiene un cambio significativo desde el diagnóstico y el comienzo del tratamiento, este puede resultar en complicaciones o tratamientos de mayor complejidad y urgencia. Dicho esto, los tratamientos personalizados están diseñados para cuidar a los pacientes ante estos casos complejos brindando una excelente calidad en el servicio.

Si bien los pacientes deben recibir un tratamiento diseñado y aplicado a sus necesidades, no se debe desconocer que el monitoreo de los resultados es esencial. Al realizar el debido seguimiento al tratamiento se pueden tomar decisiones, ya sea reincidir en el tratamiento, finalizarlo o descartar algún caso de reaparición de la enfermedad. Sin duda, todo paciente merece un monitoreo responsable.

Es importante entender que este modelo de atención no es una novedad, sino que ha existido durante décadas, aunque hasta ahora está recibiendo su debido reconocimiento gracias a nuevas investigaciones y aplicaciones. A pesar de no ser un invento nuevo, su conocimiento suele concentrarse en los especialistas del sector salud. De allí que el reto de los modelos de teranósticos no se limita a su aplicación sino a la pedagogía que se le debe ofrecer a los pacientes y sus familiares sobre su existencia. 

Si bien, distintos tratamientos oncológicos resultan en el vencimiento del cáncer, se debe integrar el monitoreo de supervivencia del paciente para identificar posibles riesgos a futuro. El objetivo deseado de estos tratamientos no solo es mejorar sustancialmente los índices de supervivencia al cáncer, sino también aumentar la calidad de vida posterior al tratamiento. 

Finalmente, en paralelo a esta ruta de atención hay otro aspecto a tener en cuenta: la cadena de valor en las herramientas oncológicas. Para poder aplicar el modelo teranóstico, es esencial la integración de las herramientas y procesos distintos. En el caso de oncología se encuentran cinco herramientas claves, que son: soluciones terapéuticas, imágenes nucleares, soluciones de software, diagnóstico de laboratorio y desarrollo especializado. 

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