La reforma a la salud propuesta por el gobierno de Gustavo Petro en Colombia representó uno de los proyectos más ambiciosos y controvertidos de su administración. Esta iniciativa buscaba transformar profundamente el sistema de salud del país, eliminando la intermediación de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y fortaleciendo el papel del Estado en la prestación de servicios de salud. El objetivo era garantizar un acceso más equitativo y universal a la salud, considerándola un derecho fundamental y no un servicio comercial. Hoy fue archivada en el Senado la iniciativa con nueve votos en el seno de la comisión séptima, alimentando la conflictividad política a niveles pocas veces visto antes en el país, y en cuyo epicentro se encuentran justamente los pacientes más vulnerables.
Trámite legislativo y debate
Desde su presentación en el Congreso, la reforma enfrentó un camino legislativo complejo y polarizado. Durante más de 14 meses, se debatió intensamente en las diferentes instancias del Congreso, pasando por la Cámara de Representantes y llegando a su punto crítico en la Comisión Séptima del Senado. El debate se centró en temas como la viabilidad financiera de la propuesta, el impacto en el sistema actual de salud y la capacidad del Estado para asumir un rol más protagónico en la gestión de los servicios de salud.
Actores principales y sus posiciones
Diversos actores políticos y sociales jugaron roles significativos en este proceso. Partidos como el Centro Democrático, el Partido Conservador y Colombia Justa Libres mostraron su oposición, argumentando preocupaciones sobre la estatización de la salud y la sostenibilidad financiera de la reforma. Por otro lado, el gobierno, apoyado por el Pacto Histórico y algunos sectores progresistas, defendió la reforma como una necesidad para superar las desigualdades en el acceso a servicios de salud. Figuras como la entonces ministra de Salud, Carolina Corcho, y su sucesor, Guillermo Alfonso Jaramillo, se destacaron como defensores de la reforma.
El hundimiento de la reforma
El proceso de hundimiento de la reforma de la salud en Colombia culminó en la Comisión Séptima del Senado, un escenario clave donde se definió el futuro de la legislación propuesta. Después de un extenso período de debates y deliberaciones, la reforma encontró su desenlace en una sesión crítica donde los votos de los senadores dictaron su destino.
El resultado final fue de 9 votos a favor del archivo de la reforma contra 5 votos en contra, reflejando una clara división entre los legisladores. Los senadores que votaron a favor del archivo y, por ende, en contra de la reforma, pertenecían a varios partidos políticos, incluyendo el Centro Democrático, el Partido Conservador, Colombia Justa Libres, el Partido Liberal, el Partido MIRA y la Alianza Social Independiente (ASI).
Los nombres de los senadores que inclinaron la balanza hacia el hundimiento de la reforma fueron:
- Norma Hurtado del Partido de la U
- Miguel Ángel Pinto del Partido Liberal
- Nadia Blel del Partido Conservador
- José Alfredo Marín del Partido Conservador
- Honorio Henríquez del Centro Democrático
- Alirio Barrera del Centro Democrático
- Lorena Ríos de Colombia Justa Libres
- Berenice Bedoya de la ASI
- Ana Paola Agudelo del Partido MIRA
Estos senadores argumentaron su decisión sobre diversas preocupaciones, incluyendo la sostenibilidad financiera de la reforma, los temores de una mayor centralización del sistema de salud, y la posible afectación a la calidad y eficiencia del servicio. La posición de estos legisladores reflejó también las tensiones políticas y las diferencias ideológicas con el gobierno de Petro, que promovía una visión de un sistema de salud más estatal y menos dependiente de los operadores privados.
Por otro lado, los 5 votos en contra del archivo, es decir, a favor de continuar con el trámite de la reforma, provinieron de senadores que apoyaban la visión del gobierno y que argumentaban la necesidad de un cambio profundo en el sistema de salud para garantizar un acceso más equitativo y universal a los servicios de salud en Colombia.
Este hundimiento marca un momento significativo en la política colombiana, evidenciando las complejas dinámicas y alianzas dentro del Congreso. La decisión no solo representó un revés para el gobierno de Petro, sino que también puso en evidencia las profundas divisiones políticas y sociales en el país respecto al modelo de salud que se desea adoptar y las prioridades en la agenda legislativa nacional.
Norma Hurtado y la defensa del archivo del proyecto legislativo
Norma Hurtado, representante del partido de la U, lideró la defensa de la propuesta de archivar la reforma, representando la voz de los senadores contrarios a esta. Expresó su decepción, señalando que, en lugar de unificar a la nación, la reforma creó una división marcada. Criticó las adversidades enfrentadas por los senadores que apoyaron el archivo, destacando que el sistema de salud vigente ha tenido un impacto positivo significativo al salvar innumerables vidas. Aunque reconoció aspectos positivos de la reforma, como mejorar la atención primaria y expandir la infraestructura de salud en regiones remotas, rechazó la idea de una revisión total del sistema. En su conclusión, Hurtado reprochó la falta de transparencia del Gobierno sobre los costos económicos de la reforma, subrayando la notoria ausencia de respuestas concretas por parte del Ministerio de Hacienda.
Consecuencias políticas y sociales
El hundimiento de la reforma de la salud tendrá significativas consecuencias políticas para el gobierno, marcando su tercer fracaso legislativo significativo. Más allá de los impactos políticos, el evento reflejó las complejidades y los desafíos del sistema de salud colombiano, donde las disparidades en el acceso y la calidad de los servicios de salud siguen siendo temas críticos. La decisión también planteó interrogantes sobre el futuro de las políticas de salud en Colombia y la capacidad del gobierno para implementar reformas estructurales profundas.
Perspectivas y posibles pasos siguientes
Aunque la reforma de la salud fue archivada, el debate sobre cómo mejorar el sistema de salud colombiano continúa. La experiencia ha dejado lecciones importantes sobre la necesidad de construir consensos más amplios y la importancia de abordar los retos estructurales del sistema de salud de manera inclusiva y sostenible.
El Plan B del gobierno ya inició
Hemos visto en simultánea, como el gobierno a traves del Superintendente Nacional de Salud, ha comenzado a tomar posesión de las más grandes EPS, bajo la evidencia de incumplimientos en las condiciones habilitantes financieras, dando inicio así al modelo preventivo y predictivo impulsado desde sus agentes interventores.
A donde iremos a parar… nadie lo sabe en este momento.
Primeras reacciones al archivo de la reforma al sistema de salud
