Una investigación reciente reveló que las personas diagnosticadas con epilepsia tienen un riesgo de muerte dos veces mayor que el de individuos sin la enfermedad, aunque sufran de otras comorbilidades. Para llegar a esta conclusión, se analizó la información alojada enla base de datos del Servicio Nacional de Seguros de Salud de Corea del Sur de 2006 a 2017 y las estadísticas vitales de Statistics Korea de 2008 a 2017.
En el estudio 38.998 pacientes con epilepsia recién tratada, con una edad promedia de 48.6 años al momento del diagnóstico. A lo largo del periodo de seguimiento (4.79 años) fallecieron 20.095 pacientes incluidos en la muestra. Según los resultados, la tasa más alta de mortalidad se observó en niños de 4 años de edad o menores y fue mayor en el primer año tras el diagnóstico; también fue más elevada en mujeres de todas las edades con epilepsia.
Las personas con epilepsia presentaron un mayor riesgo de mortalidad en comparación con la población general, independientemente del número de anticonvulsivos que tomaran. Los que tomaban un solo medicamento tenían un riesgo de muerte un 156% mayor en comparación con un riesgo un 493% mayor en los que tomaban cuatro o más medicamentos.
La información publicada en la revista científica Neurology también presenta las causas de muerte más frecuentes entre la población con epilepsia, siendo las neoplasias malignas y las enfermedades cerebrovasculares, las cuales se consideraron como causas subyacentes a la patología del sistema nervioso en la que se centró la investigación.
En las causas externas, el suicidio ocupó el primer lugar, especialmente entre las personas más jóvenes, lo que evidencia la importancia de contar con equipos multidisciplinarios o apoyo psiquiátrico para prevenir o detectar trastornos mentales que surjan como consecuencia de la epilepsia.
En lo que respecta a las muertes relacionadas directamente con la epilepsia, los investigadores resaltaron que dicha causa, sumada a los accidentes de tránsito o las caídas, fueron menores en este estudio, lo que podría estar relacionado con un control adecuado de las crisis o a que el número de personas mayores con epilepsia y comorbilidades es mayor en Corea del Sur que el notificado en otros países.
Otros datos de interés sobre la población con epilepsia:
El lugar de residencia de los pacientes también influyó en el riesgo de mortalidad. Vivir en una zona rural se asoció a un riesgo de muerte un 247% mayor en comparación con las personas sin epilepsia que vivían en la misma zona y el riesgo fue un 203% mayor entre los que vivían en centros urbanos.
Aunque las personas con comorbilidades presentaban tasas de mortalidad más elevadas, incluso las que no padecían ninguna otra enfermedad tenían un riesgo de muerte un 161% mayor en comparación con las personas sin epilepsia.
“Para reducir la mortalidad en las personas con epilepsia, se necesitan esfuerzos integrales que incluyan una política nacional contra el estigma de la epilepsia y un manejo total por parte de los médicos, como la estratificación del riesgo, la educación sobre la prevención de lesiones y el seguimiento de la ideación suicida con intervención psicológica, así como el control activo de las crisis”, escriben los autores.