Aunque los datos gubernamentales informan que durante los últimos años se ha mejorado la protección en salud infantil, afirmando que a nivel nacional la cifra es de 10,3 muertes por cada 1.000, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), los índices de las organizaciones internacionales evidencian que hacen falta medidas que impacten a esta población positivamente en este tema, ya que se detalla que Perú ocupa el puesto 93 en el ranking mundial de mortalidad infantil, con una tasa de 14,4 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las principales causas de estos fallecimientos son la neumonía con un 17%, seguido de la diarrea con 16%, las enfermedades perinatales con 15% y las infecciones respiratorias agudas el 10%, de acuerdo con el INEI.
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Este tipo de enfermedades son el resultado en muchos casos de dificultades de acceso a servicios médicos; según el Ministerio de Salud (Minsa) solo el 66% de la población tiene acceso a servicios de salud adecuados y solo el 38% tiene acceso a servicios de salud de alta complejidad. Desde la perspectiva rural, Minsa menciona que solo el 23% de los pobladores rurales tienen acceso a servicios de salud de calidad, debido a la falta de infraestructura y personal médico en esas zonas.
También hay padecimientos producto de una alimentación baja en los nutrientes necesarios como la anemia, Minsa ha indicado que en el 2023 hay 42,4 % de niños menores de tres años con anemia; y es más frecuente en el área rural (51,5 %) que en el área urbana (39,0 %), de acuerdo con Resultados de los Programas Presupuestales de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES).
En temas de desnutrición infantil hay una situación similar, el ENDES expone que el 25,5% de los niños menores de cinco años en las zonas rurales sufren de desnutrición crónica, en comparación con el 9,6% en las zonas urbanas.
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Las entidades internacionales señalan que la falta del acceso al agua potable y el saneamiento básico es una de las variables que afectan en el desarrollo de enfermedades infantiles potencialmente mortales; las cifras indican que, el 27% de la población no tiene acceso a agua potable y el 33% no tiene acceso a saneamiento básico, de acuerdo con lo informado por el Banco Mundial.
Por otro lado, la salud mental también se ha visto afectada en los menores, aspecto que incrementó durante la pandemia, pero no todos los diagnósticos terminan en tratamiento. Así lo demuestra Minsa, al informar que el 20% de los niños y niñas en el país sufren de problemas de salud mental, pero solo el 3% recibe tratamiento.
Cabe señalar que Minsa ha desarrollado estrategias y proyectos que buscan mejorar esas cifras, la ministra de salud, Rosa Gutierrez ha declarado que frente las problemáticas de salud infantil existen acciones de seguimiento nominal de los infantes, alianzas estratégicas con los ministerios de Educación y Desarrollo e Inclusión Social, abastecimiento de suplementos de hierro y acompañamiento a través de la teleorientación y telemonitoreo.
Asimismo, se han realizado campañas en instituciones educativas para el cuidado e intervención de la salud infantil, tanto en temas de salud física como mental; ejemplo de ello es el plan de optometría, alimentación y psicología, que no solo es para los niños sino para que sus cuidadores y padres también conozcan la problemática a las que se pueden enfrentar sus hijos.
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