Un reciente estudio publicado en BMC Medicine revela que los pacientes con admisiones hospitalarias inadecuadas corren un riesgo más de tres veces mayor de experimentar eventos adversos en comparación con aquellos que son admitidos de manera apropiada. El estudio, llevado a cabo por el Grupo de Investigación en Resultados de Salud del Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria, examinó a pacientes hospitalizados en el hospital de alta complejidad de Madrid durante una semana.
De los 558 pacientes analizados, se identificó que el 13% de ellos tuvo admisiones hospitalarias inadecuadas, y de este grupo, el 16% experimentó eventos adversos. Los eventos adversos se produjeron principalmente durante la hospitalización (71,3%), después del procedimiento (13,8%), durante el procedimiento (12,5%) y en el proceso de admisión (2,5%).
El estudio también reveló que más de la mitad de los eventos adversos registrados fueron de gravedad moderada o grave, y casi todos requirieron atención sanitaria adicional. Los tipos más comunes de eventos adversos fueron infecciones asociadas a la atención médica, complicaciones del procedimiento, complicaciones en el cuidado, efectos negativos del tratamiento farmacológico y otros.
La Dra. Rodríguez, una experta en Calidad de Atención de Salud, destacó que el exceso de hospitalización se ha investigado mucho menos en comparación con el sobreuso de tratamientos farmacológicos, procedimientos invasivos o dispositivos. Señaló que es un tema relevante pero difícil de estudiar. Aunque consideró que el estudio tenía una buena calidad metodológica al cumplir todos los requisitos de un estudio de corte transversal y contar con un número representativo de pacientes para sus objetivos, enfatizó que, como ocurre con todos los estudios transversales, se deben profundizar en las hipótesis planteadas.
Metodología de investigación de los eventos adversos
Para identificar y analizar los eventos adversos, definidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como incidentes de seguridad que resultan en daño, sufrimiento, discapacidad o muerte de un paciente, se utilizaron dos metodologías: el Screening Review Form (SRF) y el Cuestionario modular (MRF2). El SRF se empleó para el cribado de eventos adversos a partir de la identificación de situaciones de alerta en la historia clínica, mientras que el MRF2 se utilizó para la confirmación de los resultados positivos en los cribados. Además, el cuestionario modular permitió definir las características, tipo, evitabilidad, impacto para el paciente y días adicionales de estancia hospitalaria relacionados con los eventos adversos.
En cuanto a la medición de las admisiones hospitalarias inadecuadas, se emplearon dos herramientas independientes del diagnóstico: el Appropriateness Evaluation Protocol (AEP) para pacientes adultos y su adaptación pediátrica (p-AEP). Asimismo, se utilizaron los criterios de infección establecidos por el Point Prevalence Survey of healthcare-associated infections (PPS) del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) como filtro de calidad adicional para detectar infecciones relacionadas con la atención sanitaria, combinado con la aplicación del cuestionario modular.
La Dra. Rodríguez advirtió sobre posibles sesgos en los resultados del estudio. Señaló que 20 de los 72 pacientes con criterio de hospitalización inadecuada ya habían experimentado un evento adverso previo, factor que solo se analizó como variable en el caso de las úlceras por presión. Además, mencionó la posibilidad de que algunos pacientes fueran admitidos debido al temor o a la medicina defensiva generada por eventos adversos previos, lo que podría sesgar hacia la hospitalización. En algunos casos, el riesgo es mayor si el paciente ha experimentado un evento adverso previo, como en el caso de las infecciones asociadas a la atención médica.
El impacto de las admisiones hospitalarias inadecuadas va más allá de los pacientes, ya que también afecta a los profesionales de la salud y a las instituciones. Los eventos adversos derivados de estas admisiones podrían generar un coste adicional de 322 millones de euros al Sistema Nacional de Salud en España.
Para abordar este problema, los investigadores sugieren crear un entorno de trabajo sin culpas, donde los profesionales de la salud puedan reconocer los errores y trabajar juntos para mejorar. También se resalta la importancia de involucrar a los pacientes y sus familias en la toma de decisiones y de fomentar la transparencia en los sistemas de salud.
Sistemas de salud deben trabajar en conjunto con los pacientes: OMS
En el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, resaltó la importancia de la seguridad del paciente como una responsabilidad colectiva. Destacó la necesidad de involucrar a pacientes, familias y cuidadores en todos los aspectos de la atención médica. Según él, los sistemas de salud deben colaborar estrechamente con los pacientes y las comunidades para empoderarlos y permitirles defender su atención de manera informada. Además, expresó la importancia de que cada persona reciba una atención segura, digna y compasiva. En este contexto, se lanzó la primera Carta sobre los derechos de seguridad del paciente, que se sometió a consulta pública como parte de las actividades relacionadas con la seguridad del paciente.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de mejorar la adecuación de las hospitalizaciones y de promover una cultura de seguridad en la atención médica.
