Un investigador de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda ha descubierto una señal cerebral que ayudará a mejorar el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos de ansiedad. Se trata del profesor Neil McNaughton quien ha liderado un equipo perteneciente al Departamento de Psicología que ha logrado completar el último paso para probar su biomarcador, un ritmo cerebral producido por el conflicto emocional en pacientes afectados con este trastorno.
De acuerdo con su investigación, los individuos que padecen trastornos de ansiedad presentaban una ‘alta ritmicidad’ de los conflictos que difería en su alcance según los diagnósticos. Aquellos con puntuaciones elevadas representan un tipo específico de trastorno de ansiedad, que tendrá más probabilidades de responder a fármacos ansiolíticos específicos. Sin embargo, aquellos con puntuaciones especialmente extremas serán resistentes al tratamiento convencional. Los hallazgos fueron publicados en Scientific Reports.
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Para el profesor McNaughton, el descubrimiento de su equipo es un avance destacado en la comprensión de la ansiedad, ya que los diagnósticos psiquiátricos actuales se basan en los síntomas y no en las causas. Por tal motivo, los especialistas que brindan tratamiento a estos pacientes no siempre tienen los objetivos claros para las terapias, sin contar que los tratamientos actuales, tanto farmacológicos como psicológicos, en muchos casos tienen bajas tasas de respuesta.
“Nuestro biomarcador proporciona una base inmediata para el desarrollo de nuevos fármacos y para las pruebas de diagnóstico que podrían guiar la elección del tratamiento y así mejorar las tasas de respuesta”, destacó el investigador a medios de comunicación.
Como se lee en el documento, la medición de este biomarcador puede realizarse con el uso del aprendizaje automático. “Ya hemos demostrado que una red neuronal convolucional que ajusta tanto los pesos del contraste como los electrodos incluidos en los cálculos, puede predecir las puntuaciones para detectar el biomarcador”.
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¿Cuál fue la conclusión sobre el biomarcador relacionado con la ansiedad?
De acuerdo con los investigadores, el descubrimiento de este biomarcador es la prueba de una teoría existente sobre el tema desde hace más de 50 años. A más largo plazo, la teoría subyacente a la investigación debería permitir también avances similares en toda la gama de trastornos relacionados con la amenaza y el estrés.
“Esto podría representar una revolución en la aplicación de la neurociencia teórica a la psiquiatría, y a la tendencia actual de vincular la psicopatología con la teoría de la personalidad”, señaló el profesor McNaughton. De igual forma, este hallazgo permitirá a largo plazo reducir la carga que soportan los pacientes, sus familias, los lugares de trabajo y los gobiernos, gracias a la reducción de los costes sanitarios.
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