La Asociación de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación y Desarrollo (AFIDRO) advirtió sobre la grave situación financiera de la Nueva EPS, aseguradora que concentra más de 11,8 millones de afiliados en Colombia, lo que representa cerca del 22 % del total nacional. La organización, que agrupa al sector farmacéutico internacional, instó al Gobierno a implementar medidas inmediatas para garantizar la continuidad de los tratamientos médicos y la vida de los pacientes, en especial aquellos que residen en zonas rurales y que dependen de esta entidad como principal garante de su atención en salud.
La preocupación de AFIDRO se sustenta en las advertencias previas de la Contraloría General de la República, que en un informe reciente concluyó que la Nueva EPS “dejaría de ser viable estructuralmente a finales de 2025” si no se adoptan correctivos urgentes. Este escenario comprometería la atención de 11,8 millones de personas, incluidos pacientes con enfermedades crónicas, usuarios en tratamiento continuo y habitantes de regiones apartadas del país.
El impacto trasciende lo asistencial, ya que la inviabilidad financiera de la Nueva EPS afecta a toda la cadena de valor en salud, incluyendo prestadores, proveedores de tecnologías médicas y la industria farmacéutica. La magnitud de su cobertura la convierte en un actor determinante para la estabilidad del sistema, por lo que un colapso pondría en riesgo la sostenibilidad del modelo de aseguramiento en Colombia.
Una intervención que no resolvió los problemas
Desde el 3 de abril de 2024, la Nueva EPS se encuentra bajo una medida de intervención administrativa forzosa decretada por la Superintendencia Nacional de Salud (SNS). La decisión respondió a incumplimientos en el pago a la red prestadora y proveedora, el incremento de la siniestralidad y el aumento en las reclamaciones de los usuarios.
No obstante, lejos de mejorar, la situación se ha agravado. De acuerdo con el análisis presentado por AFIDRO, el deterioro financiero y administrativo persiste y se profundiza. “El diagnóstico ha sido establecido y la evidencia es concluyente. La situación actual de la Nueva EPS es preocupante y se deteriora progresivamente a medida que se implementan intervenciones”, afirmó Ignacio Gaitán, presidente de la asociación.
Este panorama genera interrogantes sobre la efectividad de las medidas de intervención aplicadas y la capacidad del Estado para revertir la crisis de una de las aseguradoras más grandes del país.
Riesgo de colapso con consecuencias nacionales
La advertencia de AFIDRO subraya que, en caso de un colapso de la Nueva EPS, el sistema de salud colombiano no tendría la capacidad de absorber a sus más de 11 millones de usuarios en otras entidades aseguradoras. “La eventual quiebra de una entidad de esta magnitud no solo implicaría la interrupción de tratamientos esenciales, sino que también comprometería el principio de aseguramiento para millones de colombianos, generando una crisis humanitaria y de salud pública de proporciones sin precedentes”, recalcó Gaitán Villegas.
La concentración de afiliados en una sola EPS representa un riesgo sistémico que podría desencadenar una cascada de efectos adversos: interrupciones en tratamientos de alto costo, sobrecarga hospitalaria y dificultades logísticas en el traslado de pacientes.
Un llamado a la acción gubernamental
AFIDRO reiteró su compromiso con la sostenibilidad del sistema de salud y la protección de los pacientes, pero advirtió que la solución requiere acciones inmediatas y decisivas del Gobierno Nacional. Entre las medidas planteadas por diferentes sectores se incluyen la revisión de los flujos de financiación, la implementación de giros directos a la red prestadora y el fortalecimiento de la supervisión sobre los recursos públicos destinados a la salud.
La asociación enfatizó que no se trata únicamente de una crisis administrativa, sino de un problema estructural que exige soluciones integrales para evitar que la salud de millones de colombianos quede en entredicho.
Implicaciones para la industria farmacéutica
La inviabilidad financiera de la Nueva EPS también impacta directamente en la disponibilidad de medicamentos y tecnologías médicas. Los retrasos en los pagos a la industria farmacéutica ponen en riesgo la continuidad de tratamientos esenciales para pacientes con cáncer, insuficiencia renal, enfermedades cardiovasculares, entre otras patologías de alto costo.
Este escenario amenaza la relación de confianza entre los diferentes actores del sistema y aumenta la presión sobre hospitales y clínicas que dependen del flujo oportuno de recursos para garantizar atención de calidad.
Una crisis que demanda soluciones estructurales
El caso de la Nueva EPS pone en evidencia los desafíos estructurales del sistema de salud colombiano: insuficiencia financiera, concentración de riesgos, débil gestión administrativa y ausencia de correctivos eficaces en las intervenciones estatales.
Para AFIDRO, lo prioritario es salvaguardar la vida y el bienestar de los pacientes. “Es imperativo que se consideren las múltiples propuestas que se han planteado para movilizar soluciones efectivas para los pacientes”, sostuvo su presidente.
La sostenibilidad del sistema dependerá de la capacidad del Gobierno de implementar medidas de choque que permitan no solo estabilizar a la Nueva EPS, sino también avanzar hacia un modelo más equitativo, eficiente y transparente.
La advertencia de AFIDRO sobre la inviabilidad de la Nueva EPS reitera un punto crítico; la salud de más de 11,8 millones de colombianos no puede depender de la suerte de una sola entidad. La urgencia de medidas inmediatas no es solo un llamado de la industria farmacéutica, sino una alerta que compromete al Estado en su deber de garantizar el derecho fundamental a la salud y la continuidad del aseguramiento en Colombia.