Por: Natalia Castrillón Valencia MD, MSc.
Se estima que gracias a la vacunación se evitan unos 2,5 millones de muertes cada año a nivel mundial (Global vaccine action plan 2012-2020, OMS), es un hecho, la vacunación es una de las estrategias de salud pública que más vidas ha salvado.
Recuperar la cobertura vacunal contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) al 90% de la población objetivo en Colombia, cambiará favorablemente las dolorosas cifras actuales donde, cada día, 13 mujeres colombianas son diagnosticadas con cáncer de cuello uterino y 6 mujeres mueren por esta enfermedad prevenible, en el país.
Debe resaltarse que la vacuna contra el VPH protege frente a varios cánceres (cuello uterino, vulva, vagina, pene, ano y orofaringe) y otras enfermedades como verrugas genitales y la papilomatosis recurrente respiratoria. Estos beneficios probados científicamente, superan por mucho los efectos adversos conocidos y transitorios (y en constante monitoreo por parte de las entidades encargadas de la vigilancia), como lo son el enrojecimiento, dolor y leve hinchazón en el sitio de la inyección, dolor de cabeza y fiebre que le ocurre a algunas personas. Con menos frecuencia, se han descrito casos de sincope (desmayo), asociado más al procedimiento de inyectología que a la vacuna como tal. A la fecha, no se ha identificado ningún efecto secundario severo causalmente asociado a la vacuna contra el cáncer de cuello uterino.
La amplia evidencia científica nos permite saber que el pico más alto de infección por el VPH ocurre posterior al inicio de las relaciones sexuales, alrededor de los 15 años, por este motivo, el mayor beneficio de protección ocurre cuando vacunamos niños ANTES de los 15 años. En Colombia la vacuna en menores es gratuita.
Una experiencia exitosa del mundo sobre prevención primaria del cáncer de cuello uterino en el país merece ser exaltada. El director médico de la Liga Colombiana contra el Cáncer, Doctor Carlos Castro y su equipo de vacunadores, emprendieron en el año 2019 la tarea de mejorar la cobertura vacunal contra el VPH en Arauca por ser uno de los departamentos con mayor incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino. Pese a las dificultades por el conflicto armado en la zona, la situación migratoria fronteriza y las difíciles vías de acceso a las comunidades de esa Colombia profunda, la campaña fue exitosa y la cobertura vacunal contra VPH que estaba en menos del 30% llegó al 87%.
Producto de los diálogos con las comunidades, niñas, adolescentes, padres, profesores, actores del conflicto armado, del sector salud y educación, pero, sobre todo, producto de la convicción necesaria para lograrlo y de la irrefutable evidencia científica del beneficio para la población, fue posible este resultado de articular las voluntarias necesarias para vacunar contra el VPH.
El mes de marzo, que conmemora cada año la lucha mundial contra el cáncer de cuello uterino, dio dos esperanzadoras apuestas en el país este año.
Uno, el Primer Foro Mundial para la eliminación del cáncer de cuello uterino donde Colombia fue el anfitrión, en alianza con el Gobierno de España, la OMS, la OPS, UNICEF, la Fundación Bill & Melinda Gates, UNITAID, el Mecanismo mundial de financiamiento, GAVI-Alianza para las vacunas y el Banco Mundial. Del 5 al 7 de marzo de 2024 se dieron avances colaborativos importantes para lograr los objetivos de la Estrategia 90-70-90 de la OMS en el país: 90% de la población vacunada, 70% de las mujeres tamizadas y 90% de las mujeres que sean diagnosticadas, tratadas oportunamente.
Dos, la Liga de Lucha contra el Cáncer Colombia, lanzó la conmovedora campaña Abrázame el pasado 20 de marzo donde la apuesta es por la prevención primaria, recuperar la cobertura vacunal contra el VPH en todo el país, sumando todos los esfuerzos del sector salud y educación y donde el siguiente paso será apoyado por la American Cancer Society con un Taller sobre el despliegue de esta estrategia.
En general son buenas las noticias que deja el país en su lucha contra el cáncer de cuello uterino este mes; que el verde de la esperanza logre motivar a padres, profesores, médicos, enfermeras, vacunadores, niños, niñas, adolescentes, entes regulatorios, aseguradores, prestadores, fundaciones, asociaciones de pacientes y líderes comunitarios porque es la suma colectiva la que puede vencer las brechas que debemos superar.