En el marco del día mundial sin tabaco, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas solicitó priorizar medidas que regulen el uso, producción y publicidad del cigarrillo electrónico y otros productos de tabaco o sus derivados al Gobierno Nacional. En el comunicado expedido, el gremio señala que, si bien existe normativa nacional sobre esta área, los lineamientos no se ajustan a la evidencia científica más reciente.
Pero, además de lo anterior, el llamado de las sociedades científicas tiene otro propósito: proteger a la población infantil de los estragos que causa el consumo de tabaco, de forma directa (inicio temprano en el hábito de fumar) o indirecta (fumador pasivo). “Los cigarrillos electrónicos, sus derivados y similares representan a corto y al largo plazo, una amenaza para la salud física y mental de esta población en particular”, se lee en el comunicado.
Como punto de partida, se debería considerar dentro de la normativa vigente a la denominación internacional que se aplica para los derivados del tabaco. A nivel internacional, las autoridades sanitarias distinguen entre cigarrillos convencionales, productos de tabaco calentado, Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN), Sistemas Similares Sin Nicotina (SSSN) y a los dispositivos o insumos que se requieren para el consumo; por ejemplo, el uso de dispositivos calentadores.
De acuerdo con datos presentados, en el país se ha evidenciado un incremento en el consumo de cigarrillos electónicos -productos tipo SEAN y SSSN-. La alerta de las sociedades científicas es clara: en la población entre los 13 y 15 años de edad, el uso de cigarrillos electrónicos ya se equipara con el consumo de cigarrillo convencional entre la población adulta, llegando al 9% (Encuesta Nacional de Tabaquismo, 2018).
Por otra parte, entre la población universitaria, el 16.6% de los estudiantes admitió haber usado cigarrillos electrónicos por lo menos una vez; porcentaje que aumenta al 19.6% entre los menores de 18 años. Asimismo, una encuesta realizada a la población estudiantil de la Universidad de los Andes reveló que 1 de 5 personas era consumidor diario u ocasional de cigarrillos electrónicos.
Uso del cigarrillo electrónico y los efectos negativos sobre la salud de los jóvenes
La Asociación Colombiana de Sociedades Científicas advierte en su comunicado sobre el impacto negativo que estos productos generan en la salud. En particular, de acuerdo con evidencia internacional, el uso de cigarrillos electrónicos deteriora la salud mental de los jóvenes, puesto que la nicotina es una sustancia altamente adictiva y por ende, relacionada con un alto potencial de abuso. De hecho, ha sido comparada con otras sustancias como la cocaína o la heroína.
“En adolescentes y jóvenes, la nicotina afecta el desarrollo de los circuitos neuronales que se encargan del control de la atención y el aprendizaje, y su uso se asocia con problemas de internalización, depresión, tendencias suicidas, trastornos alimentarios, problemas de externalización, impulsividad”, entre otros referidos por los expertos. A esta preocupación, el gremio añade el incremento en la posibilidad de consumo de marihuana por parte de los adolescentes, tanto en su forma tradicional como a través del vapeo o al consumo de cigarrillo tradicional, de manera única o alternada con los electrónicos.
Otras estadísticas aportadas en el comunicado son las siguientes:
- Entre los jóvenes universitarios que han hecho uso del cigarrillo electrónico, el 5% afirmó haber agregado cannabis al dispositivo.
- El 26.7% de los estudiantes que consumen cigarrillo electrónico también lo hizo con el cigarrillo tradicional en un periodo de 30 días.
¿Qué medidas deberían implementarse en Colombia sobre el uso del cigarrillo electrónico?
Teniendo como marco el día mundial sin tabaco, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas calificó como ‘urgente’ la necesidad de endurecer las medidas existentes, en especial en los siguientes ámbitos:
- Los cigarrillos electrónicos y similares, con o sin nicotina, no deben ser regulados de manera más debil a lo que ordena la Ley 1335 de 2009. Al respecto, los dispositivos no han demostrado ser menos nocivos para la salud de los consumidores y para quienes están expuestas de manera pasiva a estas sustancias.
- Los productos de tabaco calentado deben continuar regulados como productos de tabaco. Lo anterior considerando las recomendaciones de la OMS y la jurisdicción nacional, siguiendo el compromiso de implementar el Convenio Marco Para el Control del Tabaco y “otorgando la prioridad al principio de salud pública”.
- Se debe incrementar al 80% el espacio dedicado a las advertencias sanitarias en el empaquetado de los productos de tabaco, sucedáneos o similares. Según el comunicado, “desde la formulación de la resolución 3961 de 2009, no se ha avanzado en exigir solo un 30% de cara a la cajetilla”, a pesar de que es una medida que incentiva al consumidor a dejar de fumar.
- Implementar en los productos de tabaco el empaquetado neutro con el fin de eliminar la publicidad que se mantiene en los empaques de los dispositivos. De esta manera, los consumidores se sentirán menos atraídos hacia este tipo de sustancias o dispositivos y más motivados para eliminar este hábito nocivo para la salud.
- Regular en los productos de tabaco, sucedáneos o imitadores sobre los aspectos que lleguen a influir en la entrega de nicotina al consumidor y el efecto en el sistema nervioso central (SNC). “Es necesario colocar límites a las concentraciones de nicotina en los líquidos, con el fin de reducir la entrega de esta sustancia a los consumidores y de esta manera disminuir su potencial adictivo, así como otros efectos en la salud del consumidor y personas de su entorno”.
Como alternativas que beneficiarían a la población nacional, el gremio enfatiza en la necesidad de promover actividades de educación para la salud y programas preventivos frente al uso del cigarrillo electrónico. Asimismo, solicitan al Congreso y al Gobierno Nacional contemplar medidas adicionales para continuar avanzando en el Convenio Marco Para el Control del Tabaco; para ello, se sugiere triplicar el impuesto al consumo de productos de tabaco e incluir en la base gravable a los sucedáneos y fortalecer la vigilancia y control sobre los mismos.
Por último, las sociedades científicas expresan que, “se hace un atento llamado para que no se permita que estas medidas de regulación sean estigmatizadas bajo la falacia de que se trata de simple proteccionismo, pues en ningún momento se está proponiendo que se prohíba la venta de estos productos en el territorio colombiano, como sí sucede ya en otros países”. También indican que, la regulación de estos productos y dispositivos debería construirse según la evidencia disponible y en defensa del principio de precaución en salud, el cual repercute sobre toda la población.
Conozca el comunicado emitido: