La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe reciente sobre la actividad de los sistemas de salud después de la pandemia. Al respecto, la autoridad sanitaria global es optimista, ya que se han identificado mejorías notorias en la atención de la población, de acuerdo con una encuesta resuelta en 139 países.
Los países notificaron interrupciones continuas en aproximadamente una cuarta parte de los servicios por término medio. De ellos, en 84 naciones en las que es posible detectar tendencias, el porcentaje de servicios interrumpidos disminuyó en promedio de 56% en julio-septiembre de 2020 a 23% en noviembre de 2022-enero de 2023.
Las dificultades en la prestación de servicios de salud se han asociado a factores de oferta y demanda, entre ellos los bajos niveles de búsqueda de atención sanitaria en las comunidades, así como la disponibilidad limitada de personal sanitario y otros recursos de atención sanitaria, como clínicas abiertas o existencias disponibles de medicamentos y productos.
De acuerdo con el documento de la OMS, la mayoría de países reportaron la disminución intencionada del acceso en todas las plataformas de prestación de servicios y funciones esenciales de salud pública, teniendo como fuente los informes de 2020-2021. La información muestra un paso importante para volver a los niveles prepandémicos de prestación de servicios y funcionamiento dentro de los sistemas sanitarios.
Otros datos revelados en la encuesta de la OMS:
Al final de 2022, la mayoría de los países informaron de signos parciales de recuperación de los servicios, incluidos los servicios de salud sexual, reproductiva, materna, neonatal, infantil y adolescente; nutrición; inmunización; enfermedades transmisibles (incluida la malaria, el VIH, la tuberculosis y otras infecciones de transmisión sexual); enfermedades tropicales desatendidas; enfermedades no transmisibles; gestión de trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias; atención a las personas mayores; y atención tradicional y/o complementaria.
En cuanto a la interrupción de la cadena de suministros, el número de países que informaron de la interrupción de su sistema nacional de cadena de suministro se redujo de casi la mitad (29 de 59 países que respondieron) a aproximadamente una cuarta parte (18 de 66 países que respondieron) en el último año.
Pese a los esfuerzos de los sistemas de salud, en el documento de la OMS quedó comprobado que las interrupciones de los servicios persisten en países de todas las regiones y niveles de ingresos, y en la mayoría de los entornos de prestación de servicios y áreas de servicios de seguimiento. Los países también se enfrentan a crecientes retrasos en la prestación de servicios -con mayor frecuencia en los servicios de detección, diagnóstico y tratamiento de enfermedades no transmisibles- que pueden tener consecuencias negativas al retrasar el acceso de las personas a una atención oportuna.
