Se dispara en un 98% la deuda de EPS intervenidas en Bogotá: estas son las entidades con mayor incremento de cartera

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El incremento masivo de la cartera de las EPS intervenidas encendió las alertas en los hospitales públicos de Bogotá, donde el deterioro del flujo de pagos empieza a generar presiones operativas y riesgos para la atención de alta complejidad.
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Tras las nuevas revelaciones del secretario de Salud de Bogotá, Gerson Bermont, sobre el comportamiento de la cartera acumulada de las EPS intervenidas, el Distrito publicó un consolidado actualizado que evidencia un deterioro acelerado de las obligaciones financieras con la red pública hospitalaria.

El documento confirma que la cartera EPS intervenidas Bogotá pasó de 136.236 millones al inicio de las intervenciones a 269.681 millones con corte a septiembre de 2025, representando un crecimiento del 98% y un aumento nominal de 133.445 millones. Esta dinámica, descrita por Bermont como un “despropósito del gobierno nacional”, reabre el debate sobre la sostenibilidad operativa de los hospitales públicos y la efectividad de los procesos de intervención administrativa.

¿Qué revela el comportamiento de la cartera por cada EPS intervenida?

La publicación del secretario Bermont en X, acompañada de los datos oficiales de la Secretaría Distrital de Salud, expuso el detalle EPS por EPS del comportamiento de la cartera hospitalaria posterior a las medidas de intervención. Los registros muestran que todas las aseguradoras bajo medida especial aumentaron su cartera, algunas duplicándola, otras triplicándola, incluso en periodos muy cortos de intervención.

Nueva EPS

  • Cartera inicial: 35.334 millones
  • Cartera actual: 90.558 millones
  • Variación nominal: +55.224 millones
  • Variación porcentual: 156%
  • Es la EPS que más deterioro genera, aportando el 41% del incremento total.

Famisanar

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  • Cartera inicial: 42.627 millones
  • Cartera actual: 94.422 millones
  • Variación nominal: +51.795 millones
  • Variación porcentual: 122%
  • Segundo mayor incremento del consolidado, con impacto estructural en todas las SISS.

Coosalud

  • Cartera inicial: 35.203 millones
  • Cartera actual: 50.466 millones
  • Variación nominal: +15.263 millones
  • Variación porcentual: 43%

CAPRESOCA

  • Cartera inicial: 5.222 millones
  • Cartera actual: 10.794 millones
  • Variación nominal: +5.572 millones
  • Variación porcentual: 107%
  • Aunque de bajo volumen, su aumento proporcional es crítico.

Asmet Salud

  • Cartera inicial: 9.381 millones
  • Cartera actual: 11.381 millones
  • Variación nominal: +2.000 millones
  • Variación porcentual: 21%

Emssanar

  • Cartera inicial: 3.581 millones
  • Cartera actual: 5.207 millones
  • Variación nominal: +1.626 millones
  • Variación porcentual: 45%

Savia Salud

  • Cartera inicial: 4.512 millones
  • Cartera actual: 6.447 millones
  • Variación nominal: +1.935 millones
  • Variación porcentual: 43%

SOS

  • Cartera inicial: 376 millones
  • Cartera actual: 406 millones
  • Variación nominal: +30 millones
  • Variación porcentual: 8%

En conjunto, las cifras demuestran que ninguna EPS intervenida logró estabilizar su cartera, lo que confirma el deterioro transversal del flujo de recursos hacia la red hospitalaria del Distrito.

¿Cómo afectará este aumento a las instituciones de salud pública de Bogotá?

El incremento total de la deuda, 133.445 millones adicionales, implica una presión inmediata sobre la liquidez de los hospitales públicos. La operación de las SISS depende de pagos regulares para sostener insumos, nómina, medicamentos, energía hospitalaria y servicios especializados de alta complejidad. El deterioro financiero descrito afecta directamente:

  • 1. La estabilidad operativa: La falta de recursos oportunos compromete procedimientos quirúrgicos, estudios diagnósticos y atenciones médicas no diferibles.
  • 2. La capacidad instalada: La inversión en mantenimiento biomédico, ampliación de servicios y renovación tecnológica depende de un flujo estable; cuando la cartera no se paga, se aplazan proyectos esenciales.
  • 3. La sostenibilidad presupuestal del Distrito: El incremento de obligaciones obliga a reasignar recursos de emergencia, afectando la planeación anual de salud pública.
  • 4. La gestión contractual entre EPS e IPS: Los retrasos acentúan la incertidumbre sobre autorizaciones, auditorías médicas y continuidad de contratos asistenciales.

De acuerdo con el secretario Bermont, las EPS intervenidas “aumentaron su siniestralidad, superaron los costos administrativos permitidos y soportan su operación a costa de la cartera de las IPS públicas y privadas”. Esta afirmación coincide con el deterioro acelerado reflejado en el consolidado.

La intervención administrativa no está corrigiendo los retrasos en los pagos

Aunque el objetivo de una intervención es garantizar continuidad, calidad y estabilidad financiera, el comportamiento observado indica que los retrasos se profundizaron posterior a las fechas de intervención. EPS con medidas recientes, como Coosalud y Capresoca, registran aumentos del 43% y 107%, respectivamente, mientras que las intervenciones más antiguas, como Emssanar, tampoco presentan señales de estabilización.

El incremento simultáneo en todas las EPS intervenidas contribuye a un riesgo acumulativo que afecta especialmente a las Subredes Suroccidente y Norte, donde se atienden poblaciones con altas cargas de enfermedad y mayor presión asistencial.

Implicaciones para la red hospitalaria y la gobernanza en salud

El deterioro financiero evidenciado tiene repercusiones estratégicas:

  • Se compromete la capacidad de respuesta ante eventos de alta complejidad y emergencias.
  • Los hospitales deben recurrir a mecanismos extraordinarios para mantener inventarios, lo que incrementa sus costos operativos.
  • Se debilita la gobernanza local del aseguramiento, pues las decisiones de intervención nacional no están acompañadas de mecanismos efectivos de estabilización financiera.

El llamado de Bermont a que los secretarios de Salud del país se pronuncien sobre la situación refleja la dimensión nacional del problema y anticipa nuevos cuestionamientos sobre la estructura institucional de las EPS intervenidas y el papel de la Superintendencia Nacional de Salud.

Un riesgo estructural para la sostenibilidad hospitalaria de Bogotá

El incremento del 98% en la cartera de EPS intervenidas confirma que el flujo financiero hacia los hospitales públicos está en uno de sus puntos más críticos de los últimos años. Las cifras reveladas no representan solo un retraso administrativo, sino un riesgo estructural que afecta la prestación de servicios esenciales, la estabilidad laboral del talento humano y la capacidad del sistema para responder a la demanda creciente.

De mantenerse la tendencia, la red pública hospitalaria podría enfrentar dificultades adicionales para sostener servicios de mediana y alta complejidad. Será indispensable que los organismos de control establezcan correctivos inmediatos y que el Distrito fortalezca la gestión de riesgo contractual para evitar un deterioro mayor en los próximos meses.

A la fecha, Nueva EPS no se ha pronunciado públicamente sobre el incremento de la cartera ni sobre los señalamientos realizados por la Secretaría Distrital de Salud.

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