En un informe, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha arrojado luz sobre la forma en que se propagan los virus por el aire, cambiando fundamentalmente la comprensión de las infecciones respiratorias como el SARS-CoV-2, la influenza y el sarampión. Este análisis, realizado por expertos en virología, epidemiología y ciencia de aerosoles, destaca la transmisión aérea como un factor clave en la propagación de patógenos.
A causa de los errores cometidos durante la pandemia, la OMS convocó 50 expertos, quienes se pasaron dos años revisando evidencia sobre cómo se propagan los virus. La OMS concluyó que la transmisión aérea ocurre cuando las personas enfermas exhalan patógenos que quedan suspendidos en pequeñas partículas de saliva y moco, siendo inhaladas por otros individuos. Este cambio de paradigma desafía la creencia tradicional de que los virus respiratorios se propagan principalmente a través de gotas expulsadas por la nariz o la boca de una persona infectada.
Algunos investigadores han abogado por este reconocimiento durante más de 10 años, en el que perduró un dogma que impidió a las autoridades sanitarias decir que el COVID-19 se transmitía por vía aérea hasta muchos meses después de la pandemia. Basándose por el contrario en la noción tradicional de que los virus respiratorios se propagan a través de gotas expulsadas por la nariz o la boca de una persona infectada, las gotas infectan a otros al llegar a sus ojos, boca o nariz o entrando a estos orificios por los dedos contaminados.
Estas vías de transmisión siguen ocurriendo, en población principalmente pediátrica, donde los especialistas concluyen que muchas infecciones respiratorias se propagan al inhalar aire contaminado con virus.
Recomendaciones para evitar la propagación de los virus por el aire
Expertos destacan la importancia de mejorar la ventilación en interiores y el uso de mascarillas de calidad para prevenir la propagación de enfermedades transmitidas por vía aérea. Sin embargo, existen diferencias significativas entre la orientación de la OMS y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, especialmente en lo que respecta al uso de mascarillas N95 y la ventilación adecuada en entornos de atención médica.
Este año, un comité asesor de la agencia presentó un borrador de guía que contrasta notablemente con el informe de la OMS. Mientras que la OMS no categoriza a los virus y bacterias transmitidos por vía aérea como “viajeros” de distancias cortas o largas, el borrador de los CDC de Estados Unidos mantiene estas categorías tradicionales. Recomienda el uso de mascarillas quirúrgicas en lugar de las N95 para patógenos que se propagan principalmente por distancias cortas, a pesar de que las mascarillas quirúrgicas filtran menos partículas de virus en el aire y son considerablemente más económicas que las N95.
Esta disparidad ha generado una fuerte reacción por parte de investigadores y profesionales de la salud, quienes han expresado su indignación mediante cartas y peticiones a los CDC de Estados Unidos. Critican que la distinción entre distancias cortas y largas es artificial y ponen en peligro la salud pública. Expertos señalan que los virus transmitidos por aire se comportan de manera similar al humo del cigarrillo, con una distribución que no se limita a distancias cortas, desafiando así la noción convencional de transmisión.
La importancia de comprender la propagación de enfermedades respiratorias a través del aire se ha vuelto cada vez más evidente, destacando la necesidad de políticas y recomendaciones basadas en la ciencia más actualizada. Mientras la OMS consultó a una diversa gama de científicos para su informe, los CDC de Estados Unidos se apoyan principalmente en investigadores de control de infecciones en grandes sistemas hospitalarios, lo que refleja diferentes enfoques en la formulación de orientaciones de salud pública.
Que las enfermedades respiratorias se propaguen por inhalación, quiere decir que las personas pueden llegar a reducir su riesgo de infección en interiores a través de métodos en ocasiones costosos para limpiar el aire, como ventilación mecánica o purificadores de aires o mascarillas.
Los CDC de los Estados Unidos son reticentes a presionar por tales acciones. Prefiere el uso de actualización de guías fundamentales para reducir las infecciones transmitidas por el aire en hospitales y otras instalaciones que brindan atenciones médicas.
El debate sobre cómo proteger a las personas de inhalar virus transmitidos por el aire plantea desafíos complejos, con consideraciones sobre costos, cumplimiento y la diversidad de factores que influyen en la propagación de enfermedades en interiores. A medida que la ciencia evoluciona, es fundamental que las políticas de salud pública se adapten para garantizar la seguridad y protección de la población.
El informe de la OMS marca un hito en la comprensión de las infecciones respiratorias y subraya la necesidad de abordar la transmisión aérea de manera efectiva para prevenir futuras crisis sanitarias.
