Es claro que el fenómeno de suicidio es cada vez más prevalente en Colombia y en el mundo. Es cada vez más usual encontrar noticias que nos cuentan sobre casos de suicidios consumados tanto en la ciudad como en un contexto rural. Lo que mucha gente no sabe o tiene en cuenta, es que el suicidio no solo es una tragedia por la muerte súbita de esa persona y el impacto de ese fallecimiento sobre su familia; si no por que el fenómeno mismo del suicidio vulnera a las personas que se encuentran alrededor del caso. Varias investigaciones han demostrado que el riesgo de suicidio se incrementa en aquellas personas que vivieron de cerca un caso de suicidio consumado; entre más cercanas emocionalmente fueron esas personas al caso, mayor es el riesgo que corren.
Algunos sugieren que se debe a factores genéticos, sin embargo, también sabemos que el suicidio consumado de una persona vulnera no solo a sus familiares “genéticos”, sino también a quienes se encuentran en el ambiente cercano de la persona. Es decir que los compañeros de colegio, trabajo, vecinos, amigos, que hayan estado cerca del caso de suicidio consumado, también tendrán un incremento en el riesgo de suicidio ellos mismos, por el solo hecho de vivir ese caso cercano.
Ya se han evidenciado casos de “epidemias” de suicidio en diferentes colegios o entes educativos, donde el fallecimiento por suicidio de alguno de los estudiantes desencadena una serie de otros casos de suicidio dentro de la misma institución. El problema adicional que tenemos con los medios de comunicación (Redes Sociales, canales de televisión, medios escritos, entre otros), es que pueden llevar un modelo de suicidio a una mayor audiencia, incrementando el riesgo de aquellos que consumen ese contenido mediático.
Así que, una vez queda claro que el fenómeno de suicidio vulnera a todos los que se encuentren física, emocional, y digitalmente cerca del caso; ¿Qué podemos hacer?. La solución no puede ser la supresión, eliminación o bloqueo de toda la información asociada al caso de suicidio.
Tanto la familia como algunas personas cercanas tienen derecho a conocer que fue lo que realmente pasó con el caso, de igual forma que los medios de comunicación tampoco pueden dejar de cumplir su labor de informar al público sobre los temas que les compete; así que no se trata de “ignorar todo” y hacer como que nada ha pasado, se trata del manejo que se da a esa información, y la manera como se entrega dicha información. A continuación, se darán algunas recomendaciones a distintos niveles, sobre ¿qué hacer con las personas que se quedan?, ¿cómo podemos hablar de un caso de suicidio sin vulnerar a las personas cercanas?.
Si algún miembro de su familia, amigo cercano, compañero de trabajo, o de estudio infortunadamente falleció por suicidio, tenga en cuenta los siguientes elementos a la hora de hablar del caso:
– Evite decir que la persona se encuentra “en un lugar mejor”, o que “ya está descansando”. Es necesario dejar claro que el suicidio nunca es una opción viable, y que genera mucho daño a las personas que se quedan.
– Evite realizar comentarios peyorativos o invalidantes sobre las personas que se suicidan. Deje claro que el suicidio se entiende como una falla en solución de problemas, y que existía alguna manera de resolver el problema que la persona trataba de solucionar, con la ayuda adecuada.
– Plantee que algunas de las reacciones “normales” frente al caso pueden ser: Negación de lo ocurrido, Responsabilizarse a sí mismo o a otros, Autoinvalidación, Desesperanza, Impotencia, Rechazar la ayuda que ofrecen otros, Enojo, Alivio, Culpa, Vergüenza, Tristeza, y hasta Ideación Suicida. Por consiguiente, si lo considera necesario indague si las personas que se quedan, ellas mismas están presentando algún tipo de ideación suicida.
– Teniendo en cuenta la significativa variedad de respuestas emocionales que se pueden dar frente al caso, permita la expresión de sentimientos y comentarios por parte de los demás; sin reforzar aquellos que van en contra de las recomendaciones aquí proveídas, pero evitando también entrar en un conflicto interpersonal a causa de estos.
– Si es entendido como un gesto de apoyo, asista al funeral. De igual manera ofrezca condolencias, muéstrese disponible para los demás, si es que ellos requirieran de su ayuda. – Guarde la confidencialidad de la persona fallecida, no divulgue información personal de ella y aún menos sin la autorización expresa de la familia.
– No brinde ni solicite detalles de la manera en que falleció la persona – Hable, si es posible; de razones para vivir y espiritualidad/religiosidad.
– Ofrezca esperanza cuando sea posible, y se lo permitan
Y finalmente, si tiene que hablar acerca del tema como parte de la política institucional de su lugar de trabajo/estudio; o hace parte de los medios de comunicación y quiere informar acerca del caso, tenga en cuenta los elementos anteriormente mencionados; pero, además:
– Solicite la orientación de especialistas en el tema de suicidio, para hablar de una forma franca acerca del suicidio, dejando claro que es una falla en solución de problemas.
– Mantenga una postura en la que se enfatice que usted personalmente está dispuesto a ayudar directamente a quien lo necesite; o como mínimo a poner en contacto a la persona que lo necesite con los respectivos recursos de ayuda.
– Ofrezca datos concretos de contacto (nombres, teléfonos, direcciones, correos electrónicos, etc.) de centros de atención en salud mental a los que puedan acudir las personas a las que se dirige
– Deje claro el mensaje el suicidio es una solución de problemas inefectiva e inadecuada; y que existen diferentes recursos de ayuda a los que las personas pueden acceder, y si no se encuentran, ud (o la institución) está dispuesta a apoyar en la búsqueda de dichos recursos.