Más de 5 millones de empleos se perderán por el coronavirus

Se estima que entre 5,3 y 24,7 millones de personas perderán su empleo en el mundo, dado el impacto del COVID-19 en la economía mundial, así lo estableció la primera evaluación de la Organización Internacional del Trabajo -OIT-.

En ingresos, las pérdidas de los trabajadores oscilarán entre 869.000 y 3,4 billones de dólares, lo que significa que muchas personas entraran en un estado de pobreza a finales de 2020, en consecuencia, se espera que se reduzca de manera exponencial el consumo de bienes y servicios  lo que también afectará a las empresas productoras.

Así mismo, esta organización estima que entre 8,8 y 35 millones de personas más estarán en situación de pobreza laboral, frente a la estimación original para 2020 que preveía una disminución de 14 millones a nivel global.

Por lo anterior, se aumentará el subempleo o empleo informal, especialmente para las personas que se encuentran cerca o por debajo del umbral de pobreza.

Grupos más susceptibles 

La crisis laboral afecta más a estos grupos y además aumentará la desigualdad:

• Personas con afecciones de salud subyacentes y las personas mayores que tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud graves
• los jóvenes, que ya enfrentan tasas más altas de desempleo y subempleo.
• las mujeres que están sobrerrepresentadas en los sectores más afectados (como los servicios) o en ocupaciones que están en la primera línea de la lucha contra la pandemia. 
• Trabajadores independientes.
• Trabajadores migrantes son particularmente vulnerables al impacto de la crisis COVID-19, lo que limitará su capacidad de acceder a sus lugares de trabajo en los países de destino y regresar a sus familias.

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Recomendaciones de la OIT

Teniendo en cuenta las proyecciones dadas, la OIT entregó recomendaciones para mitigar el impacto del coronavirus en el mercado laboral, estas propuestas están centradas en dos objetivos inmediatos, protección a la salud y apoyo económico a los trabajadores:

En primer lugar se debe proteger a los trabajadores, empleadores y sus familias de los riesgo para la salud que representa el COVID-19 así como, introducir y fortalecer medidas de protección en el lugar de trabajo, para quienes no pueden hacerlo de manera remota.

Además, deben establecerse una serie de medidas proactivas a gran escala e integradas con todas las áreas políticas para lograr un impacto fuerte y que se mantenga, de este modo no se afectará la cadena de consumo, necesaria para mantener la economía.

En tercer lugar, se debe garantizar la protección social a través de esquemas existentes y/o pagos ad-hoc para los trabajadores, incluidos los trabajadores informales, ocasionales, estacionales y migrantes, y los trabajadores independientes.

Finalmente los países deben crear programas de retención de empleo, que incluyen arreglos de trabajo a corto y otros apoyos temporales para empresas, tales como subsidios salariales