La investigación clínica no solo representa una herramienta clave para acelerar el acceso a terapias de vanguardia, sino que contribuye también al desarrollo económico y científico de los países, pues, esta rama de las ciencias de la salud juega un papel crucial en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en relación con el ODS 3.
Cada año, el 20 de mayo se celebra el Día Mundial de la Investigación Clínica para reconocer la importancia de esta disciplina en la comprensión y prevención de enfermedades, y el desarrollo de nuevos tratamientos, de ahí, el valor de reconocer que los estudios clínicos son la base para la mayoría de los avances médicos. Sin estudios clínicos, muchos de los tratamientos médicos y curas que tenemos hoy no existirían.
Es por eso que Pfizer ha invertido más de 524.5 millones de dólares en investigación clínica desde 2020, posicionando la región como un punto estratégico para la validación científica de tratamientos innovadores para enfermedades complejas que afectan a muchas personas.
Pfizer cuenta con una sólida infraestructura de investigación clínica en América Latina: tan sólo en Brasil hay más de 300 centros de investigación y participa en 47 estudios activos. Por su parte, en relación con otros países de la región, como Argentina, México, Chile, Colombia y Perú, ha establecido una sólida infraestructura de investigación clínica. Hay más de 200 centros de investigación y se espera llegar a cerca de 250 nuevos sitios este año, mientras que actualmente tiene 41 estudios clínicos activos y 48 en planificación.
En América Latina, no solo estamos probando nuevos tratamientos; estamos escribiendo el futuro de la medicina basada en evidencia. Cada ensayo representa una esperanza, una posibilidad, una oportunidad para miles de pacientes, y también un beneficio para cientos de profesionales médicos, enfermeras, investigadores, técnicos, que se capacitan mediante su participación en los protocolos, fortaleciendo capacidades locales y construyendo una cultura científica más sólida, diversa y alineada con estándares internacionales.
La ciencia no debe tener fronteras. América Latina tiene el talento, la diversidad y el compromiso para ser parte del cambio global en salud. No obstante, debemos seguir trabajando para mantener esta trayectoria de avance y ampliarla; por lo que, es esencial disponer de marcos regulatorios más ágiles, procesos éticos armonizados, incentivos para la inversión en investigación, y una colaboración estrecha entre los gobiernos, el sector privado, la academia y las organizaciones de salud.
En términos generales, cuando la inversión en salud supera el crecimiento económico, se produce un efecto multiplicador en la actividad productiva que influye a su vez en mejores condiciones de vida para el bienestar de la sociedad. Los recursos financieros destinados al cuidado, la prevención y la atención de la salud son una inversión que mejora la calidad de vida de las comunidades, contribuye al desarrollo del aprendizaje y las habilidades laborales, permite una mayor esperanza de vida saludable y es condición imprescindible para lograr el crecimiento económico. Sin duda, la investigación clínica, es una apuesta ganadora por la salud de todos.
Por: María Fernanda Velasco, directora médica Pfizer Colombia