Cada 13 de enero se conmemora el día mundial de la lucha contra la depresión, un trastorno mental que afecta a cerca de 280 millones de personas (según datos de la Organización Mundial de la Salud); en otras palabras: el 3.8% de la población mundial padece esta enfermedad. A pesar de los avances en los tratamientos, lo cierto es que un gran número de personas -más del 75% de afectados en países de medianos y bajos ingresos- no es atendida por esta causa, desencadenando alteraciones a nivel individual, familiar y laboral.
Hoy es públicamente conocido que, tanto los casos de depresión como de ansiedad, aumentaron en todo el mundo desde que inició la pandemia: un informe del año anterior reveló que hay un incremento del 2.5% en el número de personas que padecen estas enfermedades mentales, siendo preocupante el aumento de casos observado en la población infantil y juvenil. A nivel general, se estima que 1 de cada 6 personas tendrá depresión en algún momento de su vida; la enfermedad suele manifestarse por primera vez en la adolescencia y hasta los 25 años, sin que ello excluya la posibilidad de aparición en otras edades.
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¿Cómo identificar un caso de depresión?
La depresión es una enfermedad que va más allá de una tristeza profunda. Las personas afectadas pueden experimentar varios síntomas, siendo algunos de los más característicos: desánimo y sensación de tristeza, pérdida de interés por actividades que usualmente se disfrutan, incluyendo la actividad sexual, dificultades para conciliar el sueño o dormir, pérdida de energía o fatiga permanente, aumento de la actividad física sin propósito, movimientos lentos o rápidos.
Otros de los síntomas comunes son: sentimiento de culpabilidad excesiva o inutilidad, baja autoestima, irritabilidad o enojo por asuntos de menor importancia, pesimismo sobre la vida en general, sensación de ‘vacío’ o de ‘pérdida del sentido de la vida’, dificultad para concentrarse o pensar. También pueden aparecer pensamientos sobre la muerte y el suicidio o infelicidad sin que se tenga una causa clara.
Cabe mencionar que, cuando una persona padece un episodio depresivo, no necesariamente presenta todos los síntomas mencionados. Si se detecta que una persona padece un episodio depresivo, éste puede clasificarse en leve, moderado o grave, según el número y la intensidad de los síntomas, así como de las consecuencias que represente para el individuo.
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¿Hay factores de riesgo o predisposición a la depresión?
Con el paso del tiempo, se han detectado varios factores de riesgo que pueden influir en la aparición de la depresión. Entre ellos se encuentran:
- Ser mujer: varios estudios científicos han demostrado que un tercio de las mujeres tendrá un episodio de depresión mayor a lo largo de su vida.
- Historial familiar de enfermedades mentales.
- Desregulación de la bioquímica cerebral.
- Factores sociales, económicos y ambientales.
- Uso de algunos medicamentos como sedantes, analgésicos, fármacos para problemas cardíacos.
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¿Cuáles son los tipos más comunes de depresión?
En la actualidad existen varios tipos de depresión identificados por los especialistas; sin embargo, los más comunes en psiquiatría son el trastorno depresivo mayor y el trastorno depresivo persistente. En este artículo presentamos las generalidades de ambos.
- Trastorno depresivo mayor: también conocido como ‘depresión clínica’, se define como un trastorno emocional en el que el individuo experimenta tristeza persistente o de una duración suficiente (desde mínimo dos semanas) para interferir con sus actividades cotidianas. Físicamente, los pacientes pueden tener un aspecto decaído, ojos llorosos, ausencia de expresiones faciales, pocos movimientos corporales.
- Trastorno depresivo persistente o distimia: en estos casos, la depresión se mantiene como una enfermedad de tipo crónico, puesto que los síntomas aparecen y desaparecen durante años e incluso cambian en intensidad durante cada episodio. En algunos casos, los pacientes afectados también suelen padecer otros trastornos mentales como ansiedad, trastornos de la personalidad o trastornos por abuso de sustancias.
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¿El tratamiento para la depresión depende siempre de medicamentos?
El tratamiento para la depresión no es igual en todos los individuos, la decisión siempre debe ser tomada por un especialista. Actualmente, suelen combinarse varios métodos como las consultas al psiquiatra o psicoterapeuta en combinación con medicamentos, aunque en los casos más severos puede requerirse un tratamiento intrahospitalario. En el mercado existe un gran número de medicamentos antidepresivos, entre los que se encuentran los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina o antidepresivos tricíclicos.
Lo más importante a tener en cuenta es que la depresión normalmente requiere apoyo de especialistas para ser controlada. Si encuentras esta información útil para ti o alguien más, recuerda que ante el menor síntoma, siempre habrá un especialista dispuesto a ayudarte y evitar que el trastorno progrese, lleva a cabo el tratamiento recomendado e implementa nuevas rutinas de cuidado en tu estilo de vida.
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