Las infecciones fúngicas y la vaginosis bacteriana son dos tipos de vaginitis que afectan a las mujeres con gran frecuencia. Sin embargo, los especialistas recalcan que en estos casos, se evita asistir al ginecólogo al inicio de la infección y solamente se acude cuando los síntomas están avanzados o la automedicación no han dado un resultado confiable. Al respecto vale la pena mencionar que ambos tipos de infección vaginal suelen presentar señales parecidas, hecho que puede confundir a las pacientes sin tratamiento definido.
La principal diferencia entre estas infecciones es el tratamiento que necesitan. Hoy en día, existen fármacos de venta libre para tratar las infecciones vaginales por hongos, mientras que para la vaginosis bacteriana se necesita una prescripción con el antibiótico más apropiado. De acuerdo con los especialistas, el hecho de que las mujeres tengan acceso a ciertos medicamentos con fórmula médica las lleva a pensar que las afecciones vaginales leves se solucionan de la misma forma. Pero, también aseguran con preocupación -como se evidencia en sitios web informativos como Mayo Clinic– que esto puede generar daños a la salud a largo plazo.
Para identificar de manera temprana el tipo de infección vaginal que se padece de forma temprana, los médicos tratantes señalan que los cambios son perceptibles en el flujo vaginal. Si éste cambia de consistencia, adquiere un color blanco-grisáceo o verduzco y emana un olor desagradable es una señal de vaginosis bacteriana. Lo anterior no quiere decir que una infección por hongos no produzca ninguna alteración; en estos casos, el flujo se torna espeso, blanco y con aspecto de requesón. También vale la pena tener en cuenta que las afecciones por hongos generan hinchazón o enrojecimiento en la vagina, la vulva y sus alrededores. Este signo, por el contrario, no se presenta en las vaginitis por bacterias.
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¿La vaginosis bacteriana se considera un caso de vaginitis?
La respuesta es SÍ. La vaginosis bacteriana genera infección, principal característica de todos los tipos de vaginitis. En estos casos, la anomalía es causada por la bacteria Gardnerella vaginalis en su mayoría de casos y como resultado de un desequilibrio en el microbioma o flora vaginal, haciendo que las bacterias se reproduzcan en exceso en esta área. Como se explica en el portal Mayo Clinic, las mujeres de cualquier edad pueden sufrirla, aunque es más frecuente en la edad reproductiva.
También es importante considerar que, no se conoce una única causa para este padecimiento. Sin embargo, los especialistas resaltan que existen algunos factores de riesgo que pueden propiciar su desarrollo: duchas vaginales con jabón fuerte, relaciones sexuales sin protección o tener múltiples parejas sexuales. En todos los casos de vaginosis bacteriana, se requiere un diagnóstico preciso para descubrir la bacteria responsable de la vaginitis. Para ello, se pueden utilizar los siguientes métodos:
- Examen pélvico para hallar signos que indiquen la presencia de enfermedad y si hay otros órganos afectados.
- Toma de muestras de las secreciones vaginales para identificar si hay un crecimiento excesivo de bacterias anaeróbicas en la flora vaginal.
- Análisis del pH vaginal. Si se evidencia un pH más elevado a 4,5 es una señal de vaginosis bacteriana.
¿Por qué se producen las infecciones vaginales por hongos?
Como se mencionó al principio del artículo, la infección fúngica es otro de los tipos más frecuentes de vaginitis. La afección es producida por el hongo Candida, un microorganismo que hace parte del microbioma vaginal. Sin embargo, si se generan cambios en el pH vaginal y el equilibrio de los microorganismos que allí habitan, la diabetes, el embarazo, la terapia hormonal, los anticonceptivos o un sistema inmunitario deteriorado, este hongo se reproduce sin ningún control, dando como resultado un caso de vaginitis. Los especialistas también consideran dentro de los factores de riesgo para esta infección a elevados niveles de azúcar en sangre, diabetes diagnosticada o tratamiento activo contra el cáncer.
A su diagnóstico se llega con un examen pélvico para detectar alteraciones en la vagina y el cuello uterino. De igual manera, realiza una toma de muestras para determinar el hongo que está generando la infección y así recetar el tratamiento más eficaz, considerando que este tipo de vaginitis suele ser recurrente y hay algunos hongos que presentan resistencia a los medicamentos existentes.
Este artículo hace parte de la semana informativa sobre vaginitis y vulvovaginitis que acompaña a nuestro tablero interactivo de DATA SALUD. No olvides consultarlo y hacer tus propios análisis sobre estas patologías en nuestro país aquí:
