En el XI Foro Parlamentario de los BRICS celebrado el 5 de junio de 2025 en Brasilia, Cuba presentó una propuesta para constituir una “Alianza Mundial por la Salud” con el objetivo de garantizar el acceso universal y equitativo a servicios sanitarios y defender el derecho a la salud como un derecho humano fundamental. La iniciativa cubana, enmarcada en un contexto global de desigualdades profundas y crisis sanitarias, enfatiza la solidaridad en investigación, la producción de vacunas y la transferencia tecnológica para fortalecer los sistemas de salud en países en desarrollo.
Contexto del Foro BRICS y la Salud Global
El bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ampliado en 2024 para incluir a nuevos miembros y asociados) se ha consolidado como un espacio alternativo al G7, con creciente protagonismo en la definición de agendas económicas, financieras y sociales a nivel mundial. Durante la cumbre de Johannesburgo en agosto de 2023, el bloque incorporó la categoría de “Estados miembros asociados”, entre los cuales figura Cuba desde enero de 2024. Este estatus ha permitido a la isla participar en iniciativas multilaterales que exceden los ámbitos netamente económicos, incorporando temas como la inteligencia artificial, la cooperación científica y, en este caso, la cooperación sanitaria.
En el contexto de las continuas presiones geopolíticas y los efectos de la pandemia de COVID-19, los BRICS han ido perfilando una agenda que incluye la cooperación en salud pública, la investigación conjunta de vacunas y la creación de mecanismos de financiamiento que permitan superar las restricciones impuestas por sanciones unilaterales. Así, la propuesta cubana surge en un momento en que la comunidad internacional busca reforzar los esquemas de cooperación Sur-Sur para enfrentar crisis sanitarias y reducir las brechas de acceso a medicamentos y tecnologías sanitarias.
Cuba impulsa el Derecho a la Salud como Derecho Humano
Durante su intervención en el Foro Parlamentario del BRICS, el diputado cubano Alberto Núñez, vicepresidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional y del Consejo de Estado de Cuba, argumentó que “la salud es un derecho humano fundamental” recogido en la Constitución de la República de Cuba, y que el sistema sanitario insular se ha basado históricamente en la gratuidad, la cobertura universal, la atención primaria y la participación comunitaria.
Cuba exhibe indicadores de salud comparables con los de países desarrollados: su Sistema Nacional de Salud ofrece cobertura universal y, según datos de la Organización Mundial de la Salud, el país destina alrededor del 11.4 % del PIB a la salud y cuenta con nueve médicos por cada mil habitantes, la cifra más alta de América Latina. Además, el índice de cobertura de servicios esenciales de salud (UHC) reporta que Cuba supera el 80 en la escala que mide 14 indicadores trazadores de salud, lo cual refleja un alto grado de acceso a servicios reproductivos, maternos, pediátricos y de enfermedades no transmisibles.
El vicepresidente Núñez resaltó también que la nueva Ley de Salud Pública, aprobada en diciembre de 2023, actualiza los marcos éticos, innovadores e inclusivos de la atención sanitaria cubana, y enfatizó el impacto negativo que el bloqueo económico de Estados Unidos ejerce sobre la disponibilidad de insumos, medicamentos y equipos clínicos, amenazando la sostenibilidad de un modelo de excelencia que el Estado ha promovido como “referente internacional”.
Principales Propuestas de la Alianza Mundial por la Salud
- Acceso Universal y Equitativo a Medicamentos:
Cuba subrayó la necesidad de establecer mecanismos multilaterales que garanticen suministros constantes de medicamentos esenciales, en particular frente a crisis de fabricación y escasez global de insumos. Se propone negociar acuerdos de exención de patentes en situaciones de emergencia epidemiológica y crear un fondo rotatorio para la adquisición de fármacos críticos. - Solidaridad en Investigación y Producción de Vacunas:
- La propuesta incluye la creación de consorcios de investigación entre instituciones académicas y centros biotecnológicos de los países BRICS y asociados, con énfasis en tecnologías de ARN mensajero y plataformas para vacunas de segunda generación que aborden variantes emergentes de virus como COVID-19. Asimismo, se plantea la transferencia tecnológica para expandir la capacidad productiva de vacunas en África, América Latina y Asia, a fin de reducir la dependencia de las tradicionales cadenas de suministro.
- Fortalecimiento de la Atención Primaria y Redes Comunitarias:
Reconociendo que el modelo de Atención Primaria en Cuba (centrado en consultorios médicos y trabajo comunitario) ha permitido indicadores de salud favorables, se propone replicar esquemas de “círculos de salud” y “consultorios de familia” en países con cobertura dispar, particularmente en regiones remotas de África y América Latina, apoyados por telemedicina y brigadas móviles. - Transferencia de Tecnología y Capacitación de Recursos Humanos:
- Cuba ofreció apoyar la capacitación de personal sanitario de los países BRICS en áreas especializadas como cuidados intensivos, epidemiología, oftalmología y cirugía cardiovascular, aprovechando su amplio programa de cooperación médica internacional activo en más de 60 países que ha donado brigadas médicas, formado médicos y estableció escuelas de medicina en naciones aliadas.
- A su vez, se plantea impulsar proyectos de investigación colaborativa en biotecnología y biomedicina, con el intercambio de investigadores y becas doctorales.
- Financiamiento Sostenible y Mecanismos de Gobernanza en Salud:
Cuba propuso la creación de un fondo de cooperación sanitaria BRICS, alimentado por contribuciones voluntarias de sus países miembros y asociados, que cofinancie proyectos de infraestructura hospitalaria, programas de prevención de enfermedades no transmisibles y fortalecimiento de sistemas de vigilancia epidemiológica. Asimismo, se sugiere instituir una “Plataforma de Observatorios de Salud Sur-Sur” que compile datos en tiempo real de indicadores sanitarios e impulse políticas públicas basadas en evidencia.
Retos y Oportunidades para Países en Desarrollo
La propuesta cubana se inserta en un momento en que los países emergentes enfrentan secuelas de la pandemia de COVID-19, crisis económicas y limitaciones para acceder a insumos críticos. Según el índice de cobertura de servicios de la OMS, varias naciones de América Latina y África aún se ubican por debajo del 60 en la escala UHC, evidenciando marcadas brechas en la atención materno-infantil, mortalidad de enfermedades transmisibles y uso de tecnologías diagnósticas avanzadas.
Por su parte, el empoderamiento de una Alianza Mundial por la Salud abre oportunidades para:
- Reducir la brecha tecnológica: A través de la transferencia de tecnologías de diagnóstico por imagen, laboratorios de producción de biológicos y plataformas de información en salud.
- Mejorar la autosuficiencia regional: Con la creación de centros de producción de medicamentos genéricos y biosimilares, disminuyendo la dependencia de mercados farmacéuticos tradicionales.
- Fomentar modelos de atención comunitaria: Inspirados en la Red Integral de Salud Cubana, que promueven la detección temprana de enfermedades, reducción de hospitalizaciones y menor presión sobre los niveles terciarios.
- Consolidar redes de vigilancia epidemiológica: Para responder de manera coordinada ante brotes de enfermedades emergentes, evitando la repetición de los cuellos de botella observados durante la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, persisten desafíos estructurales: diferencias en marcos regulatorios, barreras idiomáticas, limitaciones de conectividad en regiones rurales y tensiones geopolíticas que pueden dificultar la coherencia y continuidad de los proyectos conjuntos.
La Solidaridad en Investigación y Vacunas
Cuba enfatizó que la solidaridad científica y tecnológica es una piedra angular de la Alianza Mundial por la Salud. El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) cubano, responsable de varias vacunas contra el COVID-19 con tecnología propia, y el Instituto Finlay de Vacunas, se consolidan como referentes para la investigación colaborativa. Estos centros han desarrollado plataformas de virus inactivados, conjugados y de subunidades que México, Brasil, India y Sudáfrica podrían replicar o adaptar a necesidades locales.
Asimismo, la propuesta apunta a intercambiar datos genómicos de cepas virales emergentes, fortaleciendo la vigilancia genómica en tiempo real. Este intercambio permitiría ajustar los diseños vacunales en función de variantes locales de virus respiratorios, hepatitis y otros patógenos de interés regional. Para asegurar la viabilidad del modelo, se plantea la creación de una “Red de Laboratorios de Producción Biotecnológica Sur-Sur”, con nodos en países BRICS que coordinen la asignación de materias primas, reactivos y protocolos estandarizados.
Las lecciones aprendidas durante la pandemia, donde la falta de equidad en el acceso a vacunas generó grandes retardos en regiones de bajos recursos, sustentan la urgencia de implementar mecanismos de repartición justa y abastecimiento distribuido, con esquemas cooperativos de devolución de excedentes a países con menores capacidades productivas.
Implicaciones para la Cooperación Internacional
- Fortalecimiento de la Diplomacia Sanitaria:
La iniciativa cubana refuerza la diplomacia sanitaria como herramienta de política exterior. Al proponer una Alianza Mundial por la Salud desde el seno de los BRICS, Cuba busca ampliar su influencia y consolidar alianzas estratégicas con potencias emergentes, diferenciándose de las dinámicas de ayuda condicionada de bloques tradicionales. - Innovación en Mecanismos de Financiación:
Con la creación de un fondo cooperativo, se diversifican las fuentes de financiamiento de proyectos sanitarios, integrando aportes de organismos multilaterales, ONG y aportes voluntarios de países miembros. Esto puede mitigar el impacto de sanciones y reducir la volatilidad de los flujos financieros destinados a salud. - Reducción del Desperdicio de Recursos:
Al compartir infraestructura y personal capacitado entre países asociados, se optimiza el uso de laboratorios, instalaciones hospitalarias y brigadas médicas, reduciendo duplicidades y promoviendo economías de escala. - Visibilidad de Modelos Exitosos:
El reconocimiento del sistema de salud cubano como un modelo de cobertura universal y atención primaria posiciona a la isla como un referente científico-técnico en el ámbito latinoamericano y africano. Esta visibilidad puede incentivar a otros Estados emergentes a seguir itinerarios similares de desarrollo sanitario basado en la equidad.
Hacia una nueva era de cooperación sanitaria
La propuesta de Cuba para constituir una Alianza Mundial por la Salud en el seno del Foro Parlamentario del BRICS en Brasilia representa un paso significativo hacia la redefinición de la cooperación sanitaria internacional. Frente a crisis sanitarias recurrentes y desigualdades crónicas en el acceso a servicios y tecnologías, esta alianza se erige como una apuesta por la solidaridad, la transferencia tecnológica y el fortalecimiento de modelos de atención comunitaria.
Para que la iniciativa prospere, será esencial consolidar acuerdos operativos claros, mecanismos de gobernanza inclusivos y un monitoreo riguroso de indicadores de impacto. Asimismo, será necesario articular esfuerzos con entidades de la Organización Mundial de la Salud, la OPS/OMS y bancos de desarrollo regionales para escalar la Alianza y asegurar su sostenibilidad financiera.
En última instancia, la Alianza Mundial por la Salud propuesta por Cuba no solo busca responder a emergencias sanitarias, sino que pretende instaurar las bases de un modelo de cooperación Sur-Sur que, a largo plazo, contribuya a la reducción de brechas de salud y a la construcción de sistemas más resilientes y equitativos en todo el mundo