El sistema de salud de Caldas atraviesa una crisis hospitalaria aguda, hospitales públicos y privados cerrando servicios, desabastecimiento de medicamentos, retrasos críticos en los pagos a trabajadores y proveedores, y un riesgo creciente de despidos en la red asistencial. La Directora Territorial de Salud, Natalia Castaño Díaz, advirtió que el departamento “está en unidad de cuidado intensivo” y pidió intervención inmediata del Gobierno Nacional, la Superintendencia Nacional de Salud y los interventores de la Nueva EPS. Según la funcionaria, la continuidad de la atención está comprometida y los usuarios ya sufren restricciones en servicios esenciales.
Hospitales en Caldas operan al límite: cierres de servicios y atención solo para urgencias vitales
La Dirección Territorial de Salud de Caldas (DTSC) confirmó que varios hospitales del departamento han debido cerrar parcial o totalmente algunos servicios debido a la imposibilidad de sostener su operación. Tanto instituciones públicas como privadas están funcionando con la capacidad mínima necesaria para atender únicamente urgencias vitales, mientras consultas externas, procedimientos programados, servicios de hospitalización y entrega de medicamentos se encuentran restringidos o suspendidos.
Castaño Díaz señaló que el deterioro está directamente relacionado con la falta de recursos y los retrasos en los pagos asociados a la Nueva EPS, lo que ha generado un círculo regresivo de inviabilidad, sin flujo de recursos, las instituciones no pueden pagar nómina ni proveedores; sin insumos, los servicios se reducen, y con ello aumenta el riesgo asistencial para la población. La funcionaria subrayó que, aunque Caldas refleja problemas nacionales del sistema, el departamento ya se encuentra en un escenario crítico, con servicios cerrados y fallas operativas en ascenso.
Desfinanciamiento profundo: hospitales sin capacidad para pagar salarios ni proveedores
El desfinanciamiento se ha convertido en el eje de la crisis. La DTSC reportó que numerosos hospitales han perdido la capacidad de cumplir de manera oportuna con sus obligaciones laborales y contractuales. Prestadores de diferentes niveles han informado retrasos en el pago de salarios, dificultades para cumplir acuerdos con proveedores y obstáculos crecientes para adquirir insumos básicos necesarios para la operación cotidiana.
La situación impacta con mayor fuerza a municipios intermedios y zonas rurales, donde la red hospitalaria depende casi por completo de los recursos derivados del aseguramiento. La falta de liquidez ha llevado a las instituciones a operar por debajo del mínimo requerido en talento humano e insumos, lo que afecta la seguridad de los pacientes y debilita la estabilidad de los servicios esenciales.
Desabastecimiento crítico: medicamentos represados y tratamientos suspendidos
El departamento también enfrenta un desabastecimiento creciente de medicamentos e insumos médicos. Según el pronunciamiento de la DTSC, los medicamentos no solo están represados, sino que en algunos casos han dejado de entregarse diariamente por falta de recursos para reposición y nuevas órdenes de compra.
Los prestadores han advertido:
- Interrupciones en la entrega de medicamentos esenciales.
- Suspensión o retraso de tratamientos para pacientes crónicos y de alto costo.
- Reducción en la disponibilidad de insumos necesarios para hospitalización y urgencias.
- Aumento del riesgo de eventos adversos y complicaciones evitables.
Estas limitaciones afectan de manera directa a la población más vulnerable, comprometen la continuidad terapéutica y elevan los riesgos clínicos, especialmente en personas con patologías que requieren seguimiento permanente.
Riesgo de despidos: talento humano en salud en situación de vulnerabilidad laboral
La DTSC también alertó sobre el riesgo de despidos en varias instituciones del departamento. La falta de liquidez está obligando a hospitales y clínicas a considerar recortes de personal que podrían afectar a médicos, enfermeras, personal asistencial y administrativo.
“Las instituciones se ven abocadas a despedir a sus trabajadores, lo que compromete aún más la atención de salud. Este no es un mecanismo de presión, es una realidad que debemos enfrentar”, señaló la directora. La eventual salida de talento humano especializado agravaría el deterioro de la capacidad de respuesta, en particular en servicios de urgencias, hospitalización y cuidado crítico, donde la presencia de personal entrenado es determinante para la seguridad del paciente.
DTSC exige intervención inmediata del Gobierno Nacional para evitar un colapso sanitario
En su pronunciamiento oficial, la Dirección Territorial de Salud de Caldas elevó un llamado de máxima urgencia, advirtiendo que el departamento ya no cuenta con capacidad financiera ni operativa para sostener por sí solo la continuidad de la atención. La entidad pidió a la Presidencia de la República adoptar medidas extraordinarias de financiación que garanticen el flujo de recursos hacia la red hospitalaria; al Ministerio de Salud, activar mecanismos ágiles de liquidez y priorizar a Caldas dentro de las estrategias nacionales para estabilizar la prestación; y a la Superintendencia Nacional de Salud, reforzar la vigilancia sobre la Nueva EPS y exigir el cumplimiento estricto de los pagos pendientes con los prestadores públicos y privados.
Adicionalmente, la DTSC solicitó a los interventores de la Nueva EPS ejecutar de manera inmediata un plan de pagos que permita estabilizar la operación hospitalaria antes de que se produzcan cierres adicionales o se presenten fallas críticas en la atención. De acuerdo con la autoridad departamental, la situación ha superado la capacidad local de respuesta y demanda decisiones de alto nivel político y técnico para evitar un deterioro mayor de la red asistencial.
La crisis en Caldas exige respuestas inmediatas
La situación de Caldas se suma a otras alertas regionales que evidencian un deterioro progresivo en la capacidad de respuesta del sistema de salud en Colombia, especialmente en territorios donde la Nueva EPS concentra un número importante de afiliados y los hospitales dependen de sus pagos. Los cierres de servicios, el desfinanciamiento prolongado, el desabastecimiento de medicamentos y la vulnerabilidad laboral del talento humano configuran un escenario que exige respuestas inmediatas del nivel central.
Mientras se definen medidas estructurales y de contingencia, los usuarios del departamento continúan expuestos a interrupciones en la atención y los prestadores operan al límite de su capacidad funcional.


