Sin duda, la lactancia materna es una de las formas más eficaces de garantizar la salud y la supervivencia de los niños, pues contiene anticuerpos que los protegen de muchas enfermedades propias de la infancia. Además, suministra toda la energía y nutrientes que un recién nacido necesita durante los primeros meses de vida, y continúa aportando hasta la mitad o más de las necesidades nutricionales de un niño durante la segunda mitad del primer año, y hasta un tercio durante el segundo año, así lo destaca la Organización Mundial de la Salud.
No obstante, pese a la importancia de esta fuente de salud para los bebés de todo el mundo, menos de la mitad se alimentan exclusivamente con leche materna. En el caso de Colombia, los datos más recientes reflejan un reto importante por atender, en 2024 la lactancia materna exclusiva en Bogotá cayó a 60,4%, frente al 82,6% registrado en 2023; esto representa una reducción de 22 puntos porcentuales en un solo año. Y para lo que va del 2025, a corte de junio, la ciudad alcanzó una proporción de 57,73% de lactancia materna exclusiva, esto según el sistema de vigilancia alimentario y nutricional SISVAN.
El panorama no es alentador en diferentes regiones del país donde se evidencian notables desigualdades en la prevalencia de lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, la región Atlántica tiene una de las cifras más bajas, con alrededor del 20%; seguida de regiones como la Oriental, Pacífica y Orinoquía donde las prevalencias son considerablemente superiores al promedio nacional del 36%, lo cual representa grandes retos para el país en general.
Cada año, durante la primera semana de agosto, se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, promovida por la OMS, el UNICEF, los ministerios de salud y diversos asociados de la sociedad civil de todo el mundo, una oportunidad para valorar la lactancia materna como una práctica esencial para la salud, el desarrollo y la equidad a lo largo de toda la vida.
Y así como en invertir en la lactancia materna es invertir en el futuro, también debemos priorizar la inmunización en esta población como medida de protección y cuidado hacia nuestros niños, La vacunación no solo protege a las madres y recién nacidos de riesgos inmediatos, sino que son una herramienta esencial en la construcción de un futuro más saludable. A través de la inmunización, es posible evitar enfermedades graves que afectan a las mujeres durante el embarazo o a los recién nacidos, mejorando su calidad de vida y reduciendo la mortalidad.
Los factores que aumentan la susceptibilidad a enfermedades infecciosas o que favorecen un curso de mayor gravedad son muy diversas, por ello cobra sentido reconocer y entender el impacto de la estrategia capullo, con el objetivo de proteger indirectamente al bebé recién nacido reduciendo el riesgo de exposición a enfermedades infecciosas; resulta fundamental pensar en la inmunización en personas que hagan parte de su entorno más cercano, lo que incluye familiares, adultos y niños, cuidadores y demás individuos con las que conviva, e incluso profesionales de la salud.
Esta fecha es una oportunidad para fortalecer el compromiso global de mejorar las condiciones de salud neonatal a través de la prevención, el acceso a la salud y la protección mediante la lactancia y la vacunación.
En Pfizer destacamos la importancia de seguir priorizando la salud neonatal en la agenda pública, para avanzar en la reducción de las muertes prevenibles. El compromiso con la salud neonatal no puede ser aislado, requiere una acción sostenida, uniendo esfuerzos de la sociedad, gobiernos, organizaciones y sector privado para garantizar que todos los recién nacidos tengan un comienzo saludable y un futuro esperanzador.