En un reciente informe de la firma Sectorial, los hallazgos de la situación financiera del sistema de salud son más que inquietantes. Los datos indican que en 2023 hubo un déficit de más de 16.6 billones de pesos. Esto se debe a los retrasos en los giros de presupuestos máximos, las deudas del Acuerdo de Punto Final y la histórica insuficiencia de los recursos de la Unidad de Pago por Capitación (UPC).
El análisis también proyecta que para el año 2024, el sistema de salud necesitará un total de 99.6 billones de pesos para su sostenibilidad. Sin embargo, se prevé que los recursos disponibles apenas alcanzarán los 89.7 billones de pesos, dejando un déficit de 9.9 billones de pesos para el año en curso. Esta estimación toma en cuenta factores críticos como el incremento por siniestralidad, que mide la relación entre los costos y gastos de operación de una EPS con sus ingresos y que no deben superar el 100%, las nuevas inclusiones al Plan de Beneficios en Salud (PBS) y el aumento de la inflación.
De acuerdo con el análisis, “los recursos UPC deberían crecer un 20,5% y los recursos no PBS deberían aumentar 10,4%, respecto a 2023. Bajo las condiciones actuales, el sistema se enfrentará a una desfinanciación en 2024 de $9,9 billones, y no habría corregido los faltantes históricos estimados, para un faltante total de $25,9 billones (1,6% del PIB 2024)”.
En la información recopilada entre 2020 y 2023, también se evalúa la siniestralidad de las EPS, otro de los factores que ha afectado negativamente la operación de las entidades. El último año, este indicador alcanzó el 109.5%, porcentaje que refleja la la insuficiencia de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) y su pérdida de valor en términos reales, agravada por la reciente escalada de la inflación. Por ejemplo, para 2022, la inflación proyectada por el Ministerio de Hacienda fue del 3.7 %, pero la inflación observada fue del 13.1 %. Como resultado, el ajuste en la UPC no fue suficiente para cubrir los incrementos en precios y la mayor frecuencia de uso por parte de los afiliados.
“Para ponerlo en términos prácticos, si una EPS recibe $100 por usuario, pero su gasto es de $120 debido a diferentes factores como enfermedades de alto costo o envejecimiento, entre otros, significa que la siniestralidad está sobre el 120 %, lo que indica un gasto mayor para garantizar el acceso a la población; y si, sumado a esto, el ajuste de la UPC es calculado por debajo de la inflación real, produce que el sistema sea insostenible en el largo plazo. Eso es lo que está ocurriendo actualmente en nuestro país”, afirmó Alejandro Escobar, gerente estratégico de Sectorial.
Añadió que, “es crucial que el gobierno se asegure de que los pagos se realicen a tiempo y se salden las deudas pendientes para evitar que el sistema de salud continúe acumulando déficits. Solo así se podrá mantener la calidad y la eficiencia en la prestación de servicios de salud a la población”.
Información no reportada de Nueva EPS agrava la situación financiera del sistema
A finales de mayo, durante un debate de control político, la Superintendencia Nacional de Salud aseguró que Nueva EPS había ocultado facturas que sumarían los 5.5 billones de pesos. Los hallazgos se habrían detectado en el marco de la intervención vigente hasta el momento. Ante la gravedad de la denuncia, los exdirectivos de la entidad rechazaron categóricamente la información dada por el ente de vigilancia y solicitaron una rectificación pública. Sin embargo, ninguna de las solicitudes se ha cumplido.
Sectorial complementa su análisis con las repercusiones que esto tendría. “El déficit del sistema de salud es más serio de lo que se pensaba. Con la nueva información sobre los pasivos no reportados de la Nueva EPS por 5.5 billones de pesos, la siniestralidad promedio calculada para la EPS entre 2020 y 2023 se incrementaría del 103.15 % al 109.7 % y el déficit pasaría de ser de 9.9 billones a 15.4 billones. Para corregir adecuadamente la situación financiera, la UPC debería haberse incrementado en un 20 %, y los presupuestos máximos en un 10.4 %”, aseveró Escobar, gerente estratégico de la firma.
