Impacto del VIH en la Menopausia y sus Implicaciones para la Salud de las Mujeres

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El virus de la inmunodeficiencia humana, afecta el sistema inmunológico y puede evolucionar al SIDA si no se trata adecuadamente. Las personas mayores de 50 años representan casi la mitad de los infectados en los Estados Unidos, lo que ha llevado a considerar al VIH como una enfermedad asociada al envejecimiento.

Las investigaciones actuales están explorando la relación entre este virus y la menopausia, y se ha observado que puede tener un impacto significativo en la salud. Estudios han demostrado que las mujeres contagiadas pueden experimentar la menopausia hasta 5 años antes que las no están contagiados. Esto puede atribuirse a factores como la infección crónica, niveles más bajos de estrógeno, respuesta crónica al estrés, inmunodeficiencia, cambios metabólicos asociados al VIH y el uso crónico de medicamentos.

La entrada temprana en esta etapa de la vida conlleva implicaciones para la salud, como un mayor riesgo de osteoporosis debido a la disminución en la densidad ósea, las personas con VIH suelen tener otros factores de riesgo no relacionados, como tabaquismo o consumo de alcohol. La menopausia, al igual que el VIH, es un factor de riesgo para la osteoporosis, lo cual puede estar mediado por cambios hormonales.

Las mujeres seropositivas que tienen acceso a una atención médica de calidad pueden experimentar la menopausia a edades similares a las mujeres seronegativas, según un estudio reciente realizado en Canadá. Esto resalta la importancia de recibir una atención adecuada y trabajar en colaboración con el médico para manejar los síntomas de la menopausia y continuar el tratamiento efectivo y seguro del virus.

¿Cómo contraen el VIH las mujeres mayores?

El Virus de la Inmunodeficiencia Humana se propaga de manera universal a través de fluidos corporales específicos, como la sangre semen y los fluidos vaginales. La transmisión ocurre mediante el contacto entre parejas sexuales y a través de la introducción de sangre infectada en el organismo. 

Las mujeres mayores tienen un mayor riesgo de contraerlo en comparación con otras poblaciones, según la Oficina de Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. Esto se debe a que, después de la menopausia, la falta de lubricación vaginal aumenta la probabilidad de sufrir pequeñas lesiones, a través de las cuales el virus puede ser transmitido. Para protegerse a sí mismas y a los demás, es fundamental utilizar preservativos durante las relaciones sexuales y realizar pruebas de detección del VIH en caso de desconocer su estado serológico.

Síntomas del VIH

Algunas personas pueden no presentar síntomas, otras pueden experimentar síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, escalofríos, erupciones cutáneas, sudores nocturnos, dolor muscular, sensación de cansancio, dolor de garganta, inflamación de los ganglios linfáticos y úlceras bucales.

En cuanto a los síntomas de la menopausia, incluyen infecciones vaginales, sangrado irregular, problemas urinarios, problemas sexuales, sofocos, sudores nocturnos, interrupción del sueño, bajo estado de ánimo, depresión, ansiedad, dificultad para concentrarse o recordar cosas, dolores articulares y musculares, y dolores de cabeza.

Los estudios han demostrado que las mujeres contagiadas, tienen una mayor prevalencia de síntomas menopáusicos en comparación con las mujeres sin el virus, incluso a edades similares. Los signos más comunes de la menopausia incluyen dolor en las articulaciones, sofocos, agotamiento y perturbaciones del sueño.

Las mujeres con VIH tienen tres veces más probabilidades de experimentar períodos menstruales ausentes. Sin embargo, la falta de esta puede estar relacionada con otros problemas de salud. Algunas otras, también pueden experimentar insuficiencia ovárica primaria (POI), lo que puede provocar la interrupción de los períodos y está relacionada con la osteoporosis.

Los investigadores han encontrado que las mujeres seropositivas durante la transición a la menopausia tienen una alta tasa de otras condiciones de salud durante esta etapa. Además, se ha descubierto que está relacionada con la activación inmunológica en mujeres con VIH, debido a una disfunción en el microbioma intestinal, lo que puede aumentar el riesgo de complicaciones relacionadas con el virus, como enfermedades cardíacas y cáncer.

Recomendaciones

Investigaciones recientes han mostrado que las mujeres con VIH a menudo pierden peso en lugar de aumentarlo durante la menopausia, posiblemente como una reacción a la terapia antirretroviral (TAR). Es importante asegurarse de obtener suficientes calorías mientras se toma la medicación contra el virus.

El consumo de alcohol puede no ser adecuado para las personas con VIH, especialmente si es excesivo. 

En general, es poco probable que sea necesario ajustar la medicación contra el VIH, a menos que se esté tomando un régimen antirretroviral más antiguo que contenga ciertos inhibidores de la proteasa o inhibidores de la transcriptasa inversa no nucleósidos específicos. Sin embargo, es importante consultar con un médico al respecto.

Para prevenir la osteoporosis, es posible aumentar el consumo de calcio, y tal vez un suplemento de vitamina D. En cuanto a la terapia de reemplazo hormonal (TRH), es posible que se pueda considerar durante un período breve si es una buena opción para aliviar los síntomas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los signos de la menopausia se tratan de manera insuficiente en las mujeres con VIH y que la TRH no se utiliza de manera regular en este grupo.

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