En personas seropositivas; es decir, aquellas que contrajeron el VIH y que hayan padecido tuberculosis pulmonar, las respuestas del organismo contra el virus son más amplias y potentes, de acuerdo con investigación realizada por el Centro Médico de Boston.
Otro hallazgo relevante es la identificación de diferencias en las secuencias del VIH que se preveía que serían resistentes a los anticuerpos, en comparación con las que no tenían tuberculosis sospechada o documentada. La información se publicó en la revista iScience.
De acuerdo con los autores, la investigación sugiere que la enfermedad tuberculosa concomitante tiene un impacto significativo en las respuestas inmunitarias al VIH y en los virus que circulan en las personas seropositivas. Desde otra perspectiva, la tuberculosis puede ser analizada como un factor capaz de impactar la eficacia en las estrategias preventivas y terapéuticas basadas en anticuerpos, teniendo en cuenta que éstos son la base de algunas vacunas en desarrollo para el virus de la inmunodeficiencia adquirida.
“La tuberculosis es muy frecuente, sobre todo en regiones del mundo con altos niveles de transmisión del virus, e influye tanto en las respuestas inmunitarias como en las características del virus circulante en las personas seropositivas, por lo que es imprescindible comprender la relación entre ambas”, afirma el Dr. Manish Sagar, internista del Centro Médico de Boston y catedrático de Medicina de la Facultad de Medicina Chobanian & Avedisian de la Universidad de Boston. Con estos hallazgos, es más probable que estas intervenciones basadas en anticuerpos fracasen en la población seropositiva.
Para los científicos que trabajan en la creación de vacunas contra el VIH, estos datos deberían evaluarse en términos de las posibilidades de respuesta, ya que el objetivo general de este tipo de opciones preventivas es generar anticuerpos capaces de bloquear el virus tras la exposición.
Datos claves sobre la tuberculosis y el VIH:
Los investigadores colaboraron estrechamente con investigadores de Uganda y del AIDS Clinical Trial Group (ACTG) para recoger muestras de personas recién diagnosticadas de VIH que tenían o no tuberculosis. Después, los expertos examinaron muestras recogidas antes y unos 6 meses después del inicio de la medicación contra el virus de la inmunodeficiencia humana; en este proceso se analizaron comparativamente los niveles de anticuerpos, marcadores inflamatorios plasmáticos y secuencias del patógeno.
Tras las revisiones, los investigadores asociaron a la enfermedad tuberculosa con una mayor prevalencia del VIH resistente a algunos anticuerpos. Según explican en su artículo científico, la elevada transmisión actual del VIH en zonas del mundo con tuberculosis frecuente sugiere que una posible vacuna que provoque anticuerpos amplios y potentes podría no funcionar porque estas regiones geográficas tienen más probabilidades de tener cepas resistentes a los anticuerpos observados.
En el caso del virus, la generación de anticuerpos realmente efectivos para combatirlo sigue siendo un reto para la medicina y la ciencia. No obstante, el quiebre de paradigma que representa la tuberculosis podría utilizarse para mejorar la comprensión sobre las respuestas de anticuerpos y con ello, desarrollar estrategias novedosas de obtención de anticuerpos contra el virus de la inmunodeficiencia humana.
