Colombia inicia la temporada decembrina 2025–2026 con un panorama preocupante en salud pública; el Instituto Nacional de Salud (INS) confirmó 412 lesionados por pólvora entre el 1 y 9 de diciembre, un incremento del 1,7% frente al mismo periodo del año anterior. El boletín nacional evidencia aumentos acelerados en departamentos como Caldas, Casanare, Boyacá y Buenaventura, un comportamiento clínico dominado por quemaduras, mayor afectación en adultos, un tercio de los casos en menores y picos tempranos que superan registros históricos. Bogotá, en contraste, reporta una caída del 44,4% en los lesionados. La vigilancia también confirmó tres menores hospitalizados por intoxicación con fósforo blanco en Barranquilla, reforzando la preocupación por riesgos químicos asociados a artefactos pirotécnicos.
Incremento nacional: un comportamiento temprano que anticipa una temporada de riesgo elevado
El INS reportó que de los 412 casos, 135 corresponden a menores de edad (32,8%), una proporción estable frente a temporadas previas pero aún preocupante por su impacto en población vulnerable. De ellos, 16 estaban en compañía de adultos bajo efectos del alcohol, una situación que reproduce patrones de exposición persistentes en entornos familiares.
En adultos, los casos aumentaron de 265 a 277 lesionados, equivalente a un crecimiento del 4,5%, lo que indica que la exposición a la pólvora, lejos de disminuir, mantiene una tendencia ascendente en mayores de edad.
A la fecha del corte, el país no registra fallecimientos por pólvora, el mismo comportamiento observado en 2024 para este periodo.
Perfil clínico: quemaduras en el 87% de los casos y alta afectación de manos, cara y ojos
El boletín confirma que las quemaduras continúan siendo la lesión predominante con 87% de los casos, seguidas de: laceraciones 52%, contusiones 20%. daño ocular 10%, amputaciones 7%

La distribución anatómica principalmente manos, cara y ojos evidencia contacto directo con artefactos o detonaciones a corta distancia, muchas veces sin medidas de protección. La recurrencia de quemaduras de primer y segundo grado indica exposición severa a temperaturas elevadas y fallas en manipulación segura.
En cuanto a los artefactos involucrados, los totes lideran nuevamente la accidentalidad con 30,7%, seguidos de artefactos clasificados como “otros” (20,2%) y voladores (17,8%). Estos últimos se asocian con frecuencia a escenarios urbanos y espacios abiertos.
Picos tempranos: el 7 de diciembre concentra 184 lesionados y supera registros recientes
La vigilancia diaria del INS muestra un comportamiento atípico, el 7 de diciembre se reportaron 184 casos, convirtiéndose en el pico más alto del periodo y superando ampliamente los registros históricos del mismo día en años anteriores.

También se evidencian incrementos significativos el 3 y 6 de diciembre, lo que indica que la actividad pirotécnica comenzó antes del festivo del 8 de diciembre, tradicionalmente considerado uno de los días de mayor uso de pólvora. Este adelanto en el comportamiento de riesgo suele anticipar una carga asistencial elevada durante las festividades del 24 y 31 de diciembre.
Aumentos territoriales: focos críticos en Buenaventura, Casanare, Caldas, Boyacá y Valle
Aunque Antioquia (56), Bogotá (35), Cauca (29) y Valle del Cauca (21) encabezan la lista en números absolutos, el análisis porcentual revela incrementos especialmente marcados:
- Buenaventura: +200%
- Casanare: +150%
- Caldas: +116,7%
- Boyacá: +100%
- Valle del Cauca: +75%
- Cauca: +61,1%
Estos aumentos, que duplican o triplican los registros del año anterior, exigen una vigilancia diferencial y refuerzan la necesidad de estrategias territoriales específicas.
En ciudades capitales, Medellín lidera con 28 casos, seguida de Cúcuta (11), Armenia (8), Popayán y Pasto (7 cada una), y Montería e Ibagué (6 cada una). Este comportamiento urbano refleja la disponibilidad de artefactos, celebraciones masivas y circulación informal de pólvora.
Fósforo blanco: tres menores hospitalizados en Barranquilla
El INS reporta tres casos de intoxicación por fósforo blanco, todos en menores de 1, 8 y 10 años en Barranquilla. Los tres continúan hospitalizados y no se han registrado fallecimientos.
El fósforo blanco, usado en algunos dispositivos pirotécnicos artesanales, puede generar quemaduras químicas profundas y afectación multisistémica, por lo que su presencia en el contexto decembrino constituye un riesgo adicional para los servicios de urgencias.
La vigilancia por licor adulterado con metanol reporta cero casos durante este corte.
Bogotá: reducción del 44,4% pese a focos localizados de aumento
Bogotá reportó 35 lesionados por pólvora entre el 1 y el 9 de diciembre, una reducción del 44,4% respecto a los 63 casos registrados en el mismo periodo de 2024, convirtiéndose en una de las capitales con mayor descenso relativo del país. La caída se concentra en localidades históricamente afectadas.
Usaquén redujo sus casos en un 80%, Suba en 73,3%, Kennedy en 75% y Tunjuelito en 66,7%, mientras que Bosa y Usme presentaron descensos más moderados del 16,7%. Estas variaciones territoriales, evidentes en la gráfica comparativa del INS, reflejan un comportamiento desigual en la ciudad y podrían relacionarse con acciones de control y decomiso adelantadas por las autoridades distritales; no obstante, el Instituto Nacional de Salud no establece causalidad directa.

A pesar del descenso global, la capital registró focos puntuales de aumento. San Cristóbal incrementó sus casos en un 50% (de dos a tres), y Puente Aranda reportó un caso luego de no registrar ninguno en 2024. Esta heterogeneidad territorial sugiere que la exposición a la pólvora persiste en zonas específicas, asociada a dinámicas locales de comercialización informal o usos comunitarios que requieren intervenciones focalizadas.
En el perfil clínico, Bogotá mantiene un comportamiento similar al nacional; las quemaduras continúan siendo el tipo de lesión más frecuente (33 casos), seguidas de laceraciones (18), contusiones (9) y daño ocular (6). Las manos (24 casos) y la cara (11 casos) son las zonas corporales más afectadas, lo que evidencia exposiciones directas y detonaciones cercanas. La reducción frente a la temporada anterior es notable, especialmente en quemaduras, que pasaron de 61 a 33.

El análisis por artefacto muestra una dinámica diferenciada respecto al resto del país. En Bogotá, los voladores lideran los incidentes con 13 casos, seguidos de los totes (6) y otros dispositivos no clasificados (5). Este patrón urbano sustentado en la gráfica oficial, indica un mayor uso de artefactos aéreos, cuyo comportamiento impredecible aumenta el riesgo para quienes manipulan pólvora y para terceros. Aunque la reducción en varios tipos de artefactos es evidente, la persistencia de eventos lesivos señala la necesidad de mantener acciones preventivas y controles operativos durante las festividades.

Panorama final del INS: tendencia al alza, focos críticos y datos preliminares en evolución
El balance consolidado para el periodo 1–9 de diciembre indica que Colombia enfrenta una tendencia temprana al aumento de lesiones por pólvora, con afectación relevante en menores, incremento sostenido en adultos, picos anticipados antes del 8 de diciembre y focos territoriales que multiplican sus casos frente a 2024. Aunque Bogotá muestra una reducción marcada, departamentos como Buenaventura, Casanare, Caldas y Boyacá presentan variaciones que obligan a reforzar la vigilancia en campo.
El INS advierte que las cifras son preliminares y podrían modificarse en las próximas horas conforme se integren reportes adicionales al sistema de vigilancia intensificada.

