Las infecciones de transmisión sexual (ITS) tienen un efecto directo en la salud sexual y reproductiva de las personas, quienes pueden sufrir por la estigmatización, la infecundidad, los cánceres y las complicaciones del embarazo y pueden aumentar el riesgo de contraer el VIH. La farmacorresistencia constituye un obstáculo importante para reducir la carga de las ITS en todo el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada día más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS) y la mayoría de los casos son asintomáticos. Los datos muestran que más de 500 millones de personas, entre los 15 y los 49 años tienen una infección genital por el virus del herpes simple (VHS o herpes). El virus del papiloma humano (VPH) se asocia con más de 311.000 muertes por cáncer de cuello uterino cada dos años.
Infecciones de transmisión sexual
Basados en la información disponible publicada por la OMS, existen actualmente más de 30 bacterias, virus y parásitos diferentes que se transmiten por contacto sexual, incluido el coito vaginal, anal o bucal. Algunas de estas infecciones también pueden transmitirse de la madre al hijo durante el embarazo, el parto y la lactancia.
Entre estas, ocho son los agentes patógenos vinculados a la máxima incidencia de ITS. Cuatro de esas infecciones se pueden curar actualmente (la sífilis, la gonorrea, la clamidiosis y la tricomoniasis). Otras cuatro infecciones víricas incurables son: la hepatitis B, la infección por el virus del herpes simple (VHS), la infección por el VIH y la infección por el virus de los papilomas humanos (VPH).
Sumado a estas, se encuentran los brotes emergentes de nuevas infecciones que pueden contraerse por contacto sexual, como la viruela símica, las infecciones por los virus Shigella sonnei o Neisseria meningitidis, o el ébola y el zika. Se conoce que algunas ITS desatendidas como el linfogranuloma venéreo, están reapareciendo. Lo que evidencia los retos crecientes en la prestación de servicios adecuados para la prevención y el control de las ITS.
Efectos en la salud sexual y reproductiva en todo el mundo
La OMS estima que, cada día, más de un millón de personas contraen una ITS. En 2020, hubo 374 millones de nuevas infecciones de alguna de estas cuatro ITS: clamidiosis (129 millones), gonorrea (82 millones), sífilis (7,1 millones) y tricomoniasis (156 millones).
Se calcula que el número de personas con herpes genital superaba los 490 millones en 2016, y que hay 300 millones de mujeres con infección por el VPH, siendo esta la principal causa de cáncer de cuello uterino en mujeres y de cáncer anal entre los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
Cerca de 296 millones de personas padecen hepatitis B crónica en todo el mundo. Se estima que en 2019 la hepatitis B causó unas 820.000 defunciones, principalmente por cirrosis o carcinoma hepatocelular.
Algunas ITS, como la gonorrea y la clamidiosis, son causas importantes de enfermedad inflamatoria pélvica e infecundidad femenina. La transmisión de una ITS de la madre al hijo puede causar muerte prenatal o neonatal, prematuridad e insuficiencia ponderal del recién nacido, septicemia, conjuntivitis neonatal y anomalías congénitas.
¿Cómo controlar la propagación a escala mundial?
Pese a los innumerables esfuerzos que se realizan a escala mundial a fin de logar intervenciones simples que puedan reducir las conductas sexuales de riesgo, continúa siendo un reto complejo el lograr cambios de comportamiento en las personas.
La información, la educación y el asesoramiento pueden mejorar la capacidad para reconocer los síntomas de las ITS, con lo que aumentarán las probabilidades de que se solicite atención o se aliente a las parejas sexuales a hacerlo. Es lamentablemente, que las carencias de conocimientos de la población, la falta de formación del personal de salud y la arraigada estigmatización generalizada en torno a las ITS sigan dificultando un uso mayor y más eficaz de estas intervenciones existentes.
Es claro que, los servicios de detección y tratamiento de las ITS siguen siendo insuficientes, las ya que las personas necesitan someterse a pruebas de detección de estas infecciones y al tratamiento pertinente se enfrentan a numerosos obstáculos. Es importante resaltar que la escasez de recursos, la estigmatización, la baja calidad de los servicios y, a menudo, los gastos por cuenta propia hacen que se dificulte el acceso a estos servicios de atención médica.
Algunos grupos de población con las tasas más altas de ITS como los trabajadores sexuales, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los consumidores de drogas inyectables, los presos, las poblaciones nómadas y los adolescentes en países con alta carga de infecciones por el VIH carecen con frecuencia de acceso a servicios de salud apropiados y adaptados a ellos.
En muchos entornos, los servicios de ITS a menudo están desatendidos y carecen de financiación suficiente. Estos problemas dificultan la detección de las infecciones asintomáticas y provocan escasez de personal capacitado, servicios limitados de laboratorio y suministros insuficientes de medicamentos apropiados.
¿Cuál es la respuesta de la OMS?
Actualmente, la labor del organismo internacional se enmarca en las Estrategias mundiales del sector de la salud contra el VIH, las hepatitis víricas y las infecciones de transmisión sexual, 2022-2030.
Como parte de su misión, la OMS ayuda a los países a: elaborar planes estratégicos y directrices de ámbito nacional; crear un entorno alentador que permita a las personas hablar sobre las ITS, adoptar prácticas sexuales más seguras y solicitar tratamiento; ampliar la prevención primaria con respecto a la disponibilidad y el uso de preservativos, entre otros.
También, fomenta la integración de los servicios de ITS en los servicios de atención primaria de salud; incrementa la disponibilidad de una atención de calidad contra las ITS centrada en las personas; facilita la adopción de pruebas que puedan realizarse en el lugar de atención; mejora y amplia las intervenciones de salud para obtener resultados, como la vacunación contra la hepatitis B y el VPH o las pruebas de detección de la sífilis en poblaciones prioritarias; fortalece la capacidad para hacer seguimiento de las tendencias en relación con las ITS; y vigila y combate la RAM de los patógenos causantes de la gonorrea.
Conozca a continuación el documento “Estrategias mundiales del sector de la salud contra el VIH, las hepatitis víricas y las infecciones de transmisión sexual para el periodo 2022-2030” de la OMS.