En el marco del día internacional de la epilepsia o día púrpura, las autoridades sanitarias mexicanas explicaron que, con un tratamiento integral, los pacientes de esta enfermedad pueden retomar sus actividades diarias. Además, subrayan que el desconocimiento frente a este padecimiento ocasiona estigmas hacia quienes viven con está condición, como consecuencia experimentan soledad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo la epilepsia afecta a 50 millones de personas, siendo uno de los trastornos neurológicos más comunes. En México, se estima que hay alrededor de 2 millones de personas con este padecimiento, teniendo una prevalencia estimada entre 10.8 a 20 casos por cada mil habitantes.
La epilepsia afecta a personas de cualquier edad, frecuentemente aparece en la infancia y en la adolescencia, donde se presenta el 75% de los casos. Los especialistas detallan que 60% de los casos no se puede establecer qué provoca la epilepsia y en el restante las causas son múltiples como genéticas o por infección, tumor, malformación, infarto, falta de oxígeno al nacer, lesión cerebral debido a traumatismo o derrame.
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De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 7 de cada 10 pacientes con epilepsia que son atendidos en sus instalaciones logran controlar su enfermedad, con lo que pueden mejorar su calidad de vida social y laboral.
La Dra. Iris Martínez Juárez, jefa de la Clínica de Epilepsia del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” (INNNMVS), resaltó que existen fármacos que previenen hasta un 70% las crisis convulsivas.
Aunque también señala otras alternativas como la cirugía para pacientes con epilepsia refractaria, la implantación de dispositivos de estimulación vagal y en muchos casos se puede prescribir una dieta especial conocida como cetogénica.
Cada año, el INNNMVS atiende casi dos mil pacientes con epilepsia, de los cuales 51% son mujeres y 49% hombres; además es la principal causa de consulta en la entidad.
La especialista indicó que frente a una convulsión se debe aflojar la ropa al paciente, evitar moverlo o introducir objetos en la boca y de ser posible liberar la vía aérea.
Las crisis convulsivas pueden durar desde segundos hasta 3 minutos; en el caso de ser más largo hay riesgos de daño neuronal grave, falta de oxigenación cerebral e incluso la muerte.
La detección oportuna de enfermedades permite mejorar las condiciones del paciente, por lo que la Dra. Martínez recomienda estar pendiente a síntomas no motores como dolor abdominal, confusión temporal y palpitaciones irregulares; seguidos por movimientos espasmódicos incontrolables de brazos, piernas o cabeza, pérdida de la conciencia y rigidez en músculos.
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