La lucha por encontrar una cura para la malaria ha dado un giro inesperado. Durante décadas, los investigadores creían haber identificado un tipo de sangre que ofrecía protección contra esta enfermedad mortal. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Cell Host & Microbe reveló que incluso las personas con este tipo de sangre protector (Fy-negativo) pueden infectarse.
El autor principal del estudio, el profesor Peter Zimmerman de la Universidad Case Western Reserve, explica: “Esto podría significar que la mutación genética relacionada con este tipo de sangre no detiene por completo la malaria, o que el parásito ha encontrado otra forma de ingresar a las células sanguíneas“. Esta revelación es de suma importancia, ya que podría cambiar la estrategia para combatir este tipo de parásito.
El estudio se centró en un parásito de la malaria llamado Plasmodium vivax, que solía ser común en el noreste de Ohio (EE.UU). Sin embargo, en el verano pasado se transmitió dentro de los Estados Unidos por primera vez en 20 años, en lugares como Florida y Texas. Según el co-investigador Christopher King, este brote es una clara señal de que EE.UU está en riesgo de reintroducir la malaria debido a los cambios climáticos, el aumento de la inmigración y los viajes desde áreas endémicas de malaria.
Investigación del grupo sanguíneo Duffy silencioso, donde la detención de la malaria se dificulta
El equipo de investigación incluyó colaboradores de Francia y Madagascar, quienes se unieron para comprender la resistencia y susceptibilidad de la infección por P. vivax en africanos y personas de ascendencia africana.
Más de 2.500 millones de personas viven en África y el sudeste asiático, regiones donde se encuentra este parásito. Cientos de miles de personas mueren cada año debido a la malaria, que es una de las tres principales enfermedades infecciosas a nivel mundial, junto con la tuberculosis y el VIH/SIDA.
El enfoque del estudio fue el grupo sanguíneo Duffy silencioso (Fy-negativo), que se encuentra en la mayoría de las personas en África y de origen africano. Las personas con este grupo sanguíneo tienen una mutación en el código del ADN (Gata-1) que impide que la proteína Duffy se exprese en la superficie de los glóbulos rojos. Sin embargo, los experimentos revelaron que, sorprendentemente, la proteína Duffy a veces aparece en los glóbulos rojos de estas personas. Este hallazgo sugiere que la médula ósea y otros lugares donde se producen las células sanguíneas son cruciales para que el parásito de la malaria encuentre los glóbulos rojos, se reproduzca y cause enfermedad.
Además, los investigadores descubrieron que la infección por P. vivax a menudo es difícil de detectar en las pruebas de sangre regulares de las personas con el grupo sanguíneo Duffy silencioso. Esto significa que estas personas pueden tener la infección sin saberlo y transmitirla a través de mosquitos a otras personas. Este hallazgo plantea interrogantes sobre cómo los parásitos de la malaria causan infecciones y enfermedades, especialmente en aquellos que no muestran muchos signos de la enfermedad en sus análisis de sangre.
El profesor Zimmerman concluye: “Necesitamos investigar más a fondo para comprender mejor qué tan extendida y grave es esta forma de malaria en personas con el grupo sanguíneo Duffy silencioso”. Este descubrimiento desafiante obliga a replantear las estrategias para encontrar una cura eficaz y erradicar la malaria de una vez por todas. Afirmó el profesor Zimmerman