El hipotiroidismo se desarrolla cuando la glándula tiroides no produce la cantidad necesaria de hormonas tiroideas que el cuerpo requiere, mientras que el hipertiroidismo es todo lo contrario, la glándula tiroides produce un exceso de la hormonas. En ambos casos se relaciona con la anomalía de la función de la glándula tiroides aunque se da por causas distintas:
Hipertiroidismo: Generalmente se presenta cuando el organismo produce una serie de anticuerpos que estimulan la producción de hormonas tiroideas. Aunque también puede presentarse cuando en la tiroides se albergan tumores benignos, en el organismo hay exceso de yodo, se presenta una infección vírica o se padece de tiroiditis.
Hipotiroidismo: Por otro lado, el hipotiroidismo se presenta con mayor frecuencia en personas que tienen tiroiditis de Hashimoto, este trastorno provoca que el sistema inmune ataque la glándula tiroides provocando su inflamación y pérdida de su función. Pero también se presenta, cuando en el organismo hay déficit de yodo, cuando la glándula tiroides es extirpada, cuando la persona recibe radioterapia de cabeza o cuello, e incluso cuando se están administrando cierto tipo de medicamentos.
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Síntomas y tratamiento para el hipotiroidismo y el hipertiroidismo
Otras diferencias radican en los síntomas de las enfermedades. En el caso del hipertiroidismo es común que los pacientes tengan, palpitaciones, nerviosismo, ansiedad, sudoración y temblores en las manos, aumento del apetito, sofocos, alteración del sueño, debilidad muscular, pérdida de peso, irregularidades del ciclo menstrual, trastornos de la visión, párpados hinchados, bocio, piel fina y húmeda, pelo fino y quebradizo, diarreas o evacuaciones más frecuentes de lo habitual, etc.
De otro lado, quienes padecen de hipotiroidismo ven ralentizado el funcionamiento de su organismo, lo que provoca aumento de peso debido a la retención de líquidos, cansancio, somnolencia, sensibilidad al frío, problemas de concentración y memoria, sequedad en la piel, caíd del cabello, irritabilidad, estreñimiento y en algunos casos depresión.
Teniendo en cuenta las diferencias entre estas dos patologías los tratamientos también difieren entre ellos. Específicamente, para el hipotiroidismo prácticamente el único tratamiento posible es la ingesta de hormonas tiroideas para compensar el déficit de esta en el cuerpo. Hasta compensar los niveles de hormona que la glándula tiroides ya no puede producir.
Finalmente, para el hipertiroidismo hay diferentes tratamientos farmacológicos que permiten regular la producción de hormonas tiroideas o bloquear su función. En algunos casos estos medicamentos restauran la función de la glándula tiroidea pero en otros es preciso administrar una terapia con yodo radiactivo para destruir la glándula tiroides o a la cirugía para su extirpación. Cuando se recurre a esta última opción, es muy probable que el pacientes desarrolle hipotiroidismo crónico.