La sepsis, una de las afecciones más peligrosas en el ámbito hospitalario, representa un riesgo significativo para la vida de millones de personas en todo el mundo. Este padecimiento, originado generalmente por infecciones bacterianas o virales, puede provocar daños graves en los tejidos y órganos, lo que la convierte en una emergencia médica de gran magnitud. De no ser tratada a tiempo, puede progresar rápidamente hacia un choque séptico, una condición aún más letal.
De acuerdo con el especialista en infectología del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), César Emmanuel López Véjar, esta es una afección que puede ser prevenida y controlada si se detecta a tiempo, gracias a la vigilancia epidemiológica estricta y a la implementación de un tratamiento temprano. “La detección oportuna y el tratamiento inmediato permiten alcanzar una tasa de supervivencia de hasta el 80%”, subrayó el infectólogo durante la conmemoración del Día Mundial de la Sepsis el pasado 13 de septiembre.
La sepsis: un peligro latente
Es causada principalmente por infecciones respiratorias que se diseminan por todo el cuerpo, y afecta de manera desproporcionada a grupos vulnerables, como los adultos mayores y los niños menores de cinco años. Según datos recientes, de cada mil hospitalizaciones, aproximadamente 15 pacientes presentan un evento relacionado con sepsis, lo que resalta la importancia de su vigilancia y tratamiento oportunos.
Estudios europeos como “Sepsis en las Unidades de Cuidados Intensivos Europeas”, que incluyó a más de 3.000 pacientes de 24 países de la Unión Europea, revelan que el 68% de los casos tienen su origen en el tracto respiratorio. Estos datos son consistentes con las observaciones del INER, donde se identificó que la mayoría de los casos que requieren hospitalización se inician como infecciones respiratorias, y la falta de detección temprana aumenta significativamente el riesgo de mortalidad.
Factores de riesgo y causas comunes
El desarrollo de sepsis está vinculado principalmente a infecciones causadas por bacterias como Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae, Moraxella catarrhalis y Staphylococcus aureus. Esta última, particularmente peligrosa, puede colonizar a pacientes con sistemas inmunes debilitados, desencadenando septicemias mortales.
En el mundo, la neumonía es una de las principales causas que conducen a sepsis. Entre cinco y 11 pacientes por cada mil habitantes desarrollan esta enfermedad, y de estos, hasta el 42% requiere hospitalización, mientras que entre el 5% y el 10% ingresan a unidades de cuidados intensivos (UCI). Los pacientes que permanecen más de seis meses en UCI tienen una tasa de mortalidad del 27%, lo que resalta la gravedad de la situación.
La importancia de la detección y el tratamiento temprano
Uno de los pilares fundamentales para reducir la mortalidad por sepsis es la implementación de códigos de sepsis en los hospitales. Estos protocolos buscan identificar rápidamente a los pacientes que presentan síntomas, permitiendo la administración de antimicrobianos dentro de la primera hora posterior al diagnóstico. Según Diego Alexis García Estudillo, neumólogo broncoscopista del INER, esta intervención temprana puede elevar la tasa de supervivencia hasta el 80%.
A pesar de los avances, el diagnóstico temprano de la sepsis sigue siendo un desafío debido a la diversidad de manifestaciones clínicas. Durante la sesión general del INER, el infectólogo Francisco Bernardo Pérez Orozco resaltó la importancia de los biomarcadores en la identificación de la sepsis. Aunque estos biomarcadores, como las proteínas de fase aguda, las citosinas y la creatinina, son útiles para evaluar la gravedad del daño orgánico, actualmente no pueden realizar un diagnóstico certero por sí solos. Es necesario complementar los resultados con estudios clínicos e imagenológicos.
Estrategias de prevención en México
Para combatir la sepsis de manera efectiva, es fundamental contar con programas de educación continua tanto para los profesionales de la salud como para los pacientes. Diego Alexis García Estudillo enfatizó que la capacitación constante y la concientización sobre los signos tempranos de la sepsis son claves para su prevención.
Asimismo, la prevención incluye el manejo adecuado de las patologías crónicas y la vacunación. Condiciones como la diabetes, la hipertensión y las enfermedades pulmonares crónicas aumentan el riesgo de sepsis, por lo que es esencial mantener controladas estas enfermedades. La vacunación, especialmente contra enfermedades como la neumonía, también juega un papel crucial en la reducción del riesgo.
La sepsis representa una de las principales causas de muerte a nivel global. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 20% de las muertes en el mundo están relacionadas con infecciones por sepsis. En 2020, se registraron 48.9 millones de casos de sepsis, y 11 millones de personas fallecieron a causa de esta afección. El costo promedio por paciente hospitalizado por sepsis es de 32.000 dólares, lo que resalta la carga económica que esta enfermedad impone en los sistemas de salud.