A medida que el conflicto entre Rusia y Ucrania se recrudece, las disposiciones y solicitudes de ambos gobiernos se extienden hacia otras áreas sociales. Como ejemplo de ello está la reciente petición del Ministerio de Ciencia y Educación Superior de Rusia a sus académicos, en la que solicita evitar o suspender su participación científica en cualquier evento que se haya organizado este año, tras las medidas impuestas al país que en este momento lo aislan del panorama global.
En ese sentido, las autoridades decidieron suspender la indexación de los trabajos de los académicos rusos en las bases de datos internacionales hasta finales de año, aclarando que las investigaciones deben continuar y que la reciente medida obedece a los intereses de la nación. De hecho, se ha permitido la publicación de artículos en dos de las principales bases de datos: Scopus y Web of Science.
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“Es necesario replantear el trabajo en esta etapa y garantizar el apoyo a las publicaciones científicas rusas, así como reducir el peso de los indicadores bibliométricos y cienciométricos en la evaluación de los equipos científicos que se dedican a la investigación básica, aplicada y socio-humanitaria”, aseguró el ministro Valery Falkov en un comunicado oficial.
No obstante, con el inicio de la guerra, los científicos rusos se encuentran bajo el escrutinio de diferentes autoridades, a raíz del continuo intercambio de información con sus pares de otros países. Según información presentada por Reuters, algunos ya han sido acusados de traición, aparentemente por entregar material sensible a científicos extranjeros.
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De hecho, una semana atrás, DW dio a conocer una carta firmada por aproximadamente 7.000 científicos, académicos y periodistas de Rusia, en la que manifiestan su absoluto desacuerdo con las acciones gubernamentales contra Ucrania.
“No hay una justificación racional para esta guerra. Los intentos de utilizar la situación en el Donbass como pretexto para lanzar una operación militar no inspiran ninguna confianza. Está claro que Ucrania no representa una amenaza para la seguridad de nuestro país. La guerra contra ella es injusta y sin sentido”,
se lee en aquel documento.
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Científicos ucranianos: refugiados o voluntarios en campos de guerra contra Rusia
Por su parte, distintos medios de comunicación han documentado el éxodo de los ucranianos que han salido del país: 3 millones de personas según la ONU, entre ellas, un importante número de científicos. De acuerdo con Science Business, la Comisión Europea lanzó un portal web que reúne información y servicios de apoyo para los investigadores de Ucrania y los que huyen de la invasión rusa del país, en medio de un llamamiento a la acción coordinada de la UE.
La plataforma ofrece diferentes servicios, es decir, no es exclusiva para la continuidad de los trabajos académicos y las investigaciones. Bajo las premisas de los derechos internacionales que priorizan el derecho a la vida y las garantías, en el sitio web se presentan facilidades para encontrar alojamiento, , oportunidades de trabajo y reconocimiento de las cualificaciones educativas, según los estándares de 30 países europeos, grupos no gubernamentales e iniciativas a nivel de la Unión Europea.
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Uno de los primeros esfuerzos para reunir y compartir medidas de apoyo a la población ucraniana afectada por la guerra con Rusia fue la campaña Science for Ukraine, que inició como una cuenta de Twitter y cuyo exponencial crecimiento ha sido gracias a los aportes de investigadores y estudiantes del continente europeo. Según información oficial de la Comisión, el recién lanzado portal está vinculado a esta iniciativa.
Otro escenario del que se habla en menor medida es la decisión de tomar armas. Algunos de los científicos que permanecen en Ucrania han decidido unirse como voluntarios en los combates, razón por la cual han solicitado un aumento en el número de armas y menos garantías que consideran innecesarias.
“Ahora mismo nosotros, los ucranianos, incluidos los científicos, necesitamos que la UE nos proporcione más armas, y que la OTAN cierre el cielo de Ucrania, ya que las tropas rusas siguen bombardeando Ucrania y matando gente, incluso mujeres y niños“, escribió en un correo electrónico Pavel Mykhailiuk, bioquímico afincado en Kiev y becario del fondo de investigación fundamental de la UE, el Consejo Europeo de Investigación (CEI).
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