El viernes pasado, Pfizer y Seagen presentaron la documentación necesaria ante la Comisión Federal de Comercio (FTC) y el Departamento de Justicia para su propuesta de fusión, la cual tiene un valor de US$43 mil millones en efectivo. Según lo informado por Seagen en un comunicado el lunes, Pfizer tiene la intención de adquirir la compañía pagando US$229 por acción.
Esta presentación marca el inicio de un período de espera de 15 días, tal como lo estipulan las regulaciones de la FTC para una oferta pública de adquisición, en especial cuando se trata de operaciones en efectivo. Si durante este periodo no se presentan objeciones, la operación podrá completarse sin ningún impedimento para las partes. Sin embargo, las autoridades estadounidenses pueden pedir información adicional en lo que se conoce como una “segunda solicitud”, lo que podría prolongar el proceso de revisión.
Dado que este acuerdo de fusión y adquisición es el más grande en el ámbito de la biofarmacia desde 2019, cuando se llevaron a cabo las megafusiones entre Bristol Myers Squibb y Celgene, y entre AbbVie y Allergan, valoradas en $74 mil millones y $63 mil millones, respectivamente, los expertos de la industria están siguiendo de cerca su desarrollo.
Posturas antimonopolio, el reto que deben enfrentar Pfizer y Seagan
Los dos casos mencionados recibieron segundas solicitudes de la FTC, y el organismo regulador requirió la venta de ciertos activos para abordar las preocupaciones antimonopolio en esos casos, teniendo en cuenta que las leyes se han endurecido en este ámbito. Dada la magnitud de la adquisición de Pfizer, no sería sorprendente que Pfizer y Seagen tuvieran que volver a presentar su informe previo a la fusión para permitir a la FTC disponer de más tiempo para llevar a cabo su revisión.
En ocasiones anteriores, operaciones mucho más pequeñas, como la adquisición de Provention Bio por parte de Sanofi por un valor de $2.900 millones, también han tenido que ser presentadas nuevamente.
La FTC, dirigida por demócratas, ha adoptado una postura severa contra las grandes transacciones biofarmacéuticas, y las megafusiones de 2019 han suscitado anteriormente preocupaciones antimonopolio. Pero la FTC aún no ha materializado ninguna de estas preocupaciones en rechazos reales de acuerdos; de hecho, hace un par de años, la autoridad comercial manifestó su intención de ampliar su enfoque en las revisiones de acuerdos biofarmacéuticos, yendo más allá de la mera consideración de productos.
Para Pfizer, Seagen aporta una plataforma oncológica de conjugados anticuerpo-fármaco líder en el sector, que tiene mucha competencia de empresas como AstraZeneca y Daiichi Sankyo. Las carteras estas compañías apenas se entremezclan, aparte de que ambas están presentes en el ámbito de la oncología.