En el marco del día mundial del bebé prematuro, cuya conmemoración es el próximo 17 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una actualización de sus recomendaciones para los cuidados iniciales de los bebés prematuros -aquellos nacidos antes de la semana 37 de gestación- o bebés pequeños (peso menor a 2,5 kg al nacer).
Las pautas de práctica clínica se consideran prioritarias, teniendo en cuenta que los nacimientos prematuros se consideran como un problema de salud pública. Según cifras de la autoridad sanitaria internacional, cada año nacen 15 millones de bebés prematuros, lo que equivale a más de uno en diez bebés nacidos y más de 20 millones de menores, nacen con bajo peso.
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Mientras que en los países de ingreso alto sobreviven la mayoría de los bebés nacidos a las 28 semanas de gestación o más adelante, en los países más pobres las tasas de supervivencia pueden llegar a ser de únicamente el 10%.
Con la actualización de este documento, la autoridad sanitaria pretende informar sobre el desarrollo de políticas sanitarias, protocolos clínicos y guías programáticas. De manera más específica, se trata de un insumo elaborado para los responsables de la política sanitaria en los países, los ejecutores y los gestores
de programas de salud materna, neonatal e infantil, directores de centros sanitarios, trabajadores sanitarios (incluidos matronas, auxiliares de enfermería, enfermeros pediatras, neonatólogos, médicos generales y trabajadores sanitarios de la comunidad), entre otras organizaciones y personas interesadas en el tema.
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Además, se trata de un insumo diseñado para contextos de bajos ingresos y entornos que carezcan de las tecnologías e insumos necesarios para la atención; en especial en las áreas en las que las mujeres no tengan acceso a cuidados prenatales y en los que el parto, dadas las circunstancias, podría considerarse como una emergencia médica. No obstante, podría ser de utilidad para los países de medianos ingresos.
Cabe anotar que las directrices publicadas también revisaron las observaciones hechas por madres, padres o cuidadores en más de 200 estudios que abordan este tema y que se concentran en el apoyo económico y social que la situación amerita pero que suele pasar desapercibido. “Estas nuevas directrices subrayan la necesidad de atender a las familias y a los bebés prematuros como una unidad, y de ofrecer a los padres el mejor apoyo posible en un momento que suele ser especialmente estresante y angustioso”, mencionó la Dra. Karen Edmond, responsable médica de la salud de los recién nacidos en la OMS.
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Datos de interés sobre las directrices para el cuidado de bebés prematuros
Como acción inmediata tras el nacimiento, la OMS recomienda el contacto piel con piel (método madre canguro) entre el bebé y su madre o con la persona cuidadora, reduciendo el tiempo que el menor pasa en la incubadora. Esta medida, además de ser más costoefectiva para los sistemas de salud representa beneficios a largo plazo, considerando que los bebés nacidos antes de término suelen requerir asistencia médica especializada.
El programa madre canguro puede iniciarse en el centro de salud o en el hogar y debe administrarse durante 8-24 horas al día (tantas horas como sea posible), recomendación con resultados exitosos, de acuerdo con la evidencia científica revisada por la organización sanitaria.
Frente a este aspecto, los servicios de salud deben integrar a la familia en el cuidado del bebé prematuro o con bajo peso al nacer, integrando una política de ‘separación cero’ para estos casos que se caracterice por la estrecha colaboración entre el talento humano en salud y los padres o cuidadores del menor.
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Además, se reafirma la importancia de la lactancia materna para los bebés prematuros, incluyendo los bebés muy prematuros (< 32 semanas de gestación) o de muy bajo peso (< 1,5 kg). Los hospitales y centros de atención prenatal deben procurar que la lactancia materna sea directa, siempre que sea posible. De no ser así, la leche materna puede ser extraída y suministrada mediante tazas y sondas gástricas.
Para esta observación, la OMS muestra como dificultades a la falta de formación de los profesionales encargados, la sensación de estrés e incapacidad de las familias así como la falta de espacios privados para llevar a cabo este proceso. En el documento se hace referencian estudios que informan de dificultades para suministrar la propia leche materna cuando la madre y el bebé vuelven a casa después del hospital, incluyendo lon inconvenientes para asumir los compromisos laborales, la alimentación nocturna, la licencia de maternidad o el apoyo del padre o pareja.
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