La Federación Médica Colombiana expresó su profunda indignación y tristeza ante el trágico fallecimiento de la Dra. Catalina Gutiérrez Zuluaga, una joven médica que sucumbió a las presiones y el maltrato durante su formación. Desde la Federación se recalcó que este doloroso acontecimiento no puede ni debe ser ignorado, ya que pone en evidencia una problemática estructural que afecta gravemente a los profesionales en formación.
¿Maltrato en la formación médica?
La situación que enfrentan los médicos internos, residentes y aquellos en su año de servicio social obligatorio es alarmante y ha quedado expuesta en los últimos días luego del trágico acontecimiento. Las denuncias de violencia y maltrato no son casos aislados, sino que representan un problema recurrente en el sistema de formación médica en Colombia. El entorno en el que se forman los futuros médicos puede ser tanto inspirador como opresivo, y en muchos casos, las exigencias extremas y la cultura de competencia desmedida exacerban los aspectos negativos de esta profesión.
La Federación Médica Colombiana enfatizó en que la labor de estudiar Medicina implica someterse a un riguroso proceso de formación, donde la búsqueda de la perfección y el miedo a cometer errores son constantes. Esta presión, sumada a la estructura jerárquica del conocimiento, facilita el maltrato y genera un ambiente de agotamiento, frustración y desinterés. Todo esto afecta la ética profesional y deteriora la salud mental y emocional de los médicos en formación.
Compromiso inquebrantable por la dignidad y el bienestar
En memoria de la Dra. Catalina Gutiérrez Zuluaga, la Federación Médica Colombiana reafirma su compromiso con el bienestar y la dignidad de todos los médicos en formación. “No descansaremos hasta erradicar el maltrato en nuestra profesión y asegurar un entorno seguro, respetuoso y digno para todos. Este compromiso no solo es una obligación moral, sino una necesidad urgente para preservar la integridad y el futuro de nuestro sistema de salud.”
También hace un llamado a la solidaridad y al apoyo mutuo entre todos los miembros de la comunidad médica. “No debemos ser indiferentes ante la violencia en ninguna de sus formas. Es nuestro deber proteger y cuidar a quienes dedican su vida a cuidar de los demás. La tragedia de la Dra. Gutiérrez Zuluaga debe servir como un catalizador para el cambio y la mejora de las condiciones de formación médica en nuestro país”.
Pronunciamiento de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas
De igual manera, la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas (ACSC) lamentó profundamente lo ocurrido. El presidente de la ACSC y su Junta Directiva condenan las circunstancias en las cuales se dio este desafortunado acontecimiento y enfatizan que no se puede permitir la continuidad de los abusos y malos tratos hacia las personas en formación y, en general, hacia el Talento Humano en Salud.
La ACSC ha hecho un llamado al Gobierno Nacional y al Ministerio de Salud y Protección Social para que estructuren de manera urgente la Política de Talento Humano en Salud. Esta política no solo debe determinar las necesidades de los profesionales, técnicos, tecnólogos y auxiliares en salud, especialmente aquellos en formación, sino que también debe incluir medidas para la prevención y pronta atención a situaciones de maltrato.
Es importante destacar que desde la ACSC ya se ha elaborado una propuesta de política de Talento Humano en Salud, la cual ha sido compartida con el Ministerio de Salud y Protección Social y con miembros del Congreso Nacional. La invitación es a todos los actores en salud a consolidar y hacer efectiva esta importante política, que busca proteger y mejorar las condiciones de trabajo y formación de nuestros profesionales de la salud.
Llamado a la acción
Para la familia de la Dra. Catalina Gutiérrez Zuluaga, en palabras de la ACSC “enviamos un abrazo fraternal y nuestros más sinceros deseos de fortaleza para superar este difícil momento. A nuestros colegas médicos, les aseguramos que la Federación Médica Colombiana y la ACSC continuarán trabajando incansablemente por el reconocimiento y respeto de los derechos del talento humano en salud en nuestro país.”
La trágica pérdida de la Dra. Gutiérrez Zuluaga no debe ser en vano. Es imperativo que esta tragedia impulse un cambio real y duradero en la formación médica en Colombia. Solo así se podrá honrar su memoria y asegurar que ningún otro médico en formación tenga que soportar el maltrato y la violencia en su camino hacia convertirse en un profesional de la salud.