El uso de la Ketamina para combatir el dolor está en constante crecimiento en Estados Unidos, a pesar de la falta de evidencia médica sólida que respalde la eficacia de estos tratamientos. La doctora Padma Gulur, especialista en dolor de la Universidad de Duke, ha señalado esta tendencia en el país.
La escasez de opciones efectivas para el alivio del dolor ha llevado a la elección de la Ketamina como una alternativa, aunque la comunidad médica se enfrenta a la falta de una base científica sólida que respalde su uso. En este artículo, exploraremos la situación actual de la Ketamina en Estados Unidos y las implicaciones de su uso en el tratamiento del dolor
“Hay escasez de opciones para el dolor, así que existe una tendencia a elegir simplemente lo siguiente que esté disponible y que pueda marcar la diferencia”, mencionó Gulur a la agencia de noticias estadounidense, AP. Asimismo, Gulur cuestionó el uso de esta droga como tratamiento médico contra el dolor al mencionar que: “una revista médica publica algunos artículos que dicen: ‘Oh, mira: esto está haciendo cosas buenas’, y luego se produce una utilización desenfrenada para usos no autorizados, sin que necesariamente la ciencia esté detrás de ello”.
Regulación de la Ketamina en el mercado estadounidense
Si bien es cierto que en mayo las autoridades federales tenían planeado revertir la política que se implementó durante la era COVID-19 y que permitía la prescripción en línea de medicamentos de alto riesgo, como la ketamina y los opioides, debido a la resistencia por parte de las empresas de telesalud y los médicos, la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en Inglés) decidió extender su enfoque flexible hasta el año 2024.
El costo de la ketamina oscila entre $400 a $800 dólares por tratamiento, dependiendo del estado, y este no está cubierto por los seguros médicos. A pesar de esto, hay empresas elaborando medicamentos similares y la FDA ha designado al menos dos —esketamina y rapastinel— como terapias pioneras, lo que aceleraría su autorización para llevarlas al mercado.
Aún así, el Spravato, que ya es utilizado en forma de spray nasal destinado al tratamiento de la depresión resistente a tratamiento en adultos así como para aliviar los síntomas depresivos en adultos que presentan comportamientos o ideas suicidas agudas y que está regulado bajo una Estrategia de Evaluación y Mitigación de Riesgos (REMS, por sus siglas en inglés), es un tratamiento que ya ha sido aprobado por la FDA para su uso.
Este medicamento incluye solo una de las moléculas de la Ketamina (esketamina) y solo puede ser administrado por o bajo una atención médica y en un entorno avalado por el REMS.
Acceso de los pacientes a la Ketamina
A pesar de la falta de investigación y regulación, las recetas de ketamina se han disparado en los últimos años, impulsadas por clínicas con fines de lucro y servicios de telesalud que ofrecen el medicamento. La demanda de ketamina ha hecho que las prescripciones se hayan disparado más de un 500% desde 2017, según Epic Research, que analizó la tendencia utilizando una base de datos de más de 125 millones de pacientes.
El médico David Mahjoubi, propietario de Ketamine Healing Clinic, declaró para AP: “queremos que los pacientes se disocien o se sientan separados de su dolor, depresión o ansiedad. Si sienten que sólo están sentados en la silla todo el tiempo, de hecho les damos más”. Mahjoubi, menciona el medio norteamericano, ofrece ketamina intravenosa para la adicción al alcohol, el dolor crónico, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático.
Cada año, el dolor fue la principal afección para la que se recetó ketamina, aunque su uso para la depresión ha aumentado rápidamente. El auge de las prescripciones ha provocado escasez de ketamina fabricada, lo que ha aumentado las ventas de versiones compuestas.
Algunos de los estados más estrictos en cuanto a la propiedad y gestión de clínicas de ketamina son California, Nueva York, Texas y Washington.
Efectos de la Ketamina
La ketamina es una droga que causa sedación, pérdida de memoria y alivio del dolor, por lo que usualmente es usada como anestésico. Generalmente es vendida en forma líquida, la ketamina generalmente viene en viales bajo la marca Ketalar. Sin embargo, cuando se usa recreativamente, también puede venir en un polvo blanco grueso.
La ketamina se conoce como un “alucinógeno anestésico disociativo”, porque hace que los pacientes se sientan desvinculados de su dolor y ambiente, según la Agencia de Control de Drogas de EE. UU. En general, se receta fuera de etiqueta para tratar el dolor crónico y la depresión.
NOTA DE CONSULTORSALUD
Esta es una nota informativa y científica. Frente a cualquier inquietud sobre el uso de la ketamina consulte a su médico.