La terapia celular T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T) ha mostrado resultados prometedores en el tratamiento del glioblastoma recurrente (GBM), un tipo de cáncer cerebral particularmente agresivo, según un ensayo clínico de Fase I en curso llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania y el Centro Oncológico Abramson de Penn Medicine.
Este enfoque innovador se centra en dirigirse simultáneamente a dos proteínas específicas asociadas a tumores cerebrales, lo cual representa una estrategia avanzada para combatir el crecimiento de tumores sólidos. Los primeros resultados, obtenidos de seis pacientes tratados en el marco del ensayo clínico, sugieren que esta técnica podría ofrecer una nueva vía de esperanza para los pacientes con GBM, destacando el potencial de las terapias dirigidas para mejorar el tratamiento de los cánceres cerebrales.
Los hallazgos que fueron publicado en Nature Medicine, indican que la estrategia de apuntar a dos proteínas asociadas a tumores cerebrales simultáneamente con la terapia de células T con CAR representa un avance significativo en la búsqueda de tratamientos eficaces y duraderos para los tumores sólidos, como el glioblastoma (GBM). Frente a ello, Stephen Bagley, MD, MSCE, profesor asistente de Hematología-Oncología y Neurocirugía e investigador principal. en el ensayo clínico detalló que “esta es la primera vez que se administra terapia de células T con CAR con dos objetivos, en lugar de solo uno, a pacientes con glioblastoma”.
Asimismo, mencionó que este avance, que implica la administración de la terapia de células T con CAR a través del líquido cefalorraquídeo de los pacientes, sugiere una dirección prometedora en el desarrollo de tratamientos capaces de superar las complejas barreras de defensa asociadas al glioblastoma (GBM), el cual es el tipo más común y más agresivo de tumor cerebral canceroso en adultos. Las personas con GBM generalmente esperan vivir entre 12 y 18 meses después de su diagnóstico.
Como tal, la terapia con células T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T) ha sido una revolución en el tratamiento de ciertos cánceres de la sangre, como la leucemia, recibiendo aprobación de la FDA gracias a su notable eficacia en estos contextos. Sin embargo, la aplicación de esta terapia a los tumores sólidos, que representan la mayoría de los tipos de cáncer, incluido el glioblastoma (GBM), ha presentado desafíos significativos, dado que los investigadores se han encontrado con obstáculos al intentar diseñar células CAR-T que puedan identificar y destruir eficazmente estos tumores sólidos.
“El desafío con el GBM y otros tumores sólidos es la heterogeneidad del tumor, lo que significa que no todas las células dentro de un tumor GBM son iguales o tienen el mismo antígeno que una célula CAR T está diseñada para atacar, y el GBM de cada persona es único para ellos, por lo que un “El tratamiento que funciona para un paciente puede no ser tan eficaz para otro. Es más, los tumores GBM pueden evadir el sistema inmunológico de un paciente y bloquear las células inmunes (tanto las células CAR T diseñadas como las propias células inmunes del paciente ) que de otro modo podrían combatir el tumor. Nuestro desafío es lograr que nuestro tratamiento evite las defensas del tumor para que podamos puede matarlo”, afirmó Bagley.
¿Cómo se desarrolló el ensayo clínico de la terapia celular de ‘doble objetivo’?
En el ensayo clínico innovador dirigido por el Dr. Donald M. O’Rourke y su equipo de la Universidad de Pensilvania, se ha empleado una técnica avanzada para combatir el glioblastoma (GBM) mediante el uso de células T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T) que se centra en dos proteínas específicas asociadas a tumores cerebrales: el receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) y el receptor alfa 2 de interleucina-13 (IL13Rα2), presentes en una alta proporción de GBM.
A diferencia de los tratamientos de CAR-T para cánceres de la sangre, que generalmente se administran por vía intravenosa, esta terapia se administra intratecalmente, inyectando las células CAR-T directamente en el líquido cefalorraquídeo para apuntar al tumor de manera más efectiva.
Los resultados preliminares del ensayo son prometedores, mostrando una reducción en el tamaño de los tumores en los seis pacientes tratados, con efectos duraderos en algunos casos hasta varios meses después de la terapia. Estas observaciones, realizadas mediante resonancia magnética, indican el potencial de la terapia de células T CAR de doble objetivo para ofrecer un nuevo camino en el tratamiento del GBM recurrente.
Por su parte, el Dr. O’Rourke expresó optimismo respecto al futuro del ensayo, el cual busca ampliar el conocimiento sobre esta terapia, determinar la dosis óptima, comprender mejor los posibles efectos secundarios como la neurotoxicidad y confirmar su eficacia en un grupo más amplio de pacientes con GBM.
Cabe mencionar que un aspecto crítico de esta terapia es el manejo de la neurotoxicidad, un efecto secundario potencial importante debido a la administración directa de las células CAR-T al cerebro. Aunque la neurotoxicidad fue significativa, los investigadores la consideran manejable basándose en la experiencia con los seis pacientes tratados en este ensayo. DE tal manera que este hallazgo es crucial, ya que indica la posibilidad de utilizar la terapia con células T CAR en el cerebro con un margen de seguridad aceptable, abriendo la puerta a futuras investigaciones y posiblemente a nuevas terapias para combatir el GBM y otros tumores cerebrales con un enfoque similar.