En el marco del Día Mundial de la Lucha Contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica – ELA que se conmemora el 21 de junio, un grupo de científicos está utilizando una herramienta para observar un perfil de ondas cerebrales diferencial que podría resultar específico para detectar la enfermedad. Se trata de un método más económico, mínimamente invasivo y que puede emplearse en varias fases de la enfermedad.
La electroencefalografía (EEG) es una prueba diagnóstica ampliamente utilizada para obtener información sobre la actividad cerebral en diversos trastornos, como los del sueño, el coma, accidentes cerebrovasculares, encefalitis, epilepsia e incluso para confirmar la muerte cerebral. Ahora, un grupo de científicos ha descubierto una nueva aplicación prometedora para esta herramienta: el diagnóstico de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
Avances recientes en la ELA
Investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica francés (Inserm) han llevado a cabo un estudio que demuestra que la EEG podría convertirse en una herramienta para diagnosticar la ELA. Esta enfermedad neurodegenerativa incurable afecta a 5 de cada 100,000 personas en todo el mundo, causando el desgaste y la muerte de las neuronas motoras, lo que lleva a un progresivo deterioro muscular y finalmente a la muerte.
La detección precoz de la ELA ha sido siempre un desafío debido a la variabilidad de los síntomas entre los pacientes y la posibilidad de que estos sean enmascarados por otras dolencias. Esto puede retrasar el diagnóstico hasta en tres años. Tradicionalmente, el diagnóstico se realiza por descarte de otras enfermedades con síntomas similares, lo que puede tomar uno o dos años, retrasando así el inicio de tratamientos y la participación en ensayos clínicos.
Ondas cerebrales como herramienta de detección
El estudio, publicado en Science Translational Medicine y llevado a cabo por el Inserm y universidades como Estrasburgo, Ludwig Maximilian de Múnich, la Sorbona y el CNRS, ha descubierto un perfil de ondas cerebrales que podría ser específico para detectar la ELA. El examen realizado en pacientes con la enferemdad y en modelos animales mostró un desequilibrio entre dos tipos de ondas cerebrales: las asociadas con la actividad neuronal excitadora y las asociadas con la actividad neuronal inhibidora.
Este desequilibrio, a favor de una mayor actividad de las neuronas excitadoras, refleja la hiperexcitabilidad de la corteza cerebral, un fenómeno que ya se había descrito con otros métodos pero que eran difíciles de implementar y sólo funcionaban en fases muy tempranas de la enfermedad. En cambio, la EEG es mínimamente invasiva, económica y puede usarse en diferentes fases de la enfermedad, mostrando un perfil atípico de ondas cerebrales específico de la ELA.
Un nuevo horizonte en la investigación
El análisis de las pruebas EEG reveló varios tipos de ondas cerebrales de diferentes amplitudes y frecuencias. La onda theta refleja la actividad de las neuronas excitadoras que transmiten mensajes, mientras que la onda gamma exhibe la actividad de las neuronas inhibidoras que bloquean la transmisión de mensajes nerviosos. La interacción entre estos dos tipos de ondas es atípica en pacientes y animales con ELA, mostrando un desequilibrio entre las actividades excitadora e inhibidora.
Este patrón de onda atípico se detectó en animales incluso antes de la aparición de los primeros síntomas motores, lo que sugiere su potencial como herramienta diagnóstica temprana. Actualmente, los investigadores están confirmando estos resultados para usar la EEG como una herramienta para evaluar la respuesta a medicamentos y como método de diagnóstico.
Un nuevo camino en la lucha contra la ELA
La investigación también ha revelado que la hiperexcitabilidad de la corteza cerebral está asociada con una menor presencia de noradrenalina en pacientes y ratones con ELA. Este descubrimiento abre una nueva vía de investigación, con la posibilidad de que la hiperexcitabilidad cortical esté vinculada con la progresión de la enfermedad.
La electroencefalografía se perfila como una herramienta prometedora en la detección temprana de la ELA, ofreciendo una alternativa económica y mínimamente invasiva para diagnosticar esta devastadora enfermedad. A medida que los investigadores continúan validando estos hallazgos, la EEG podría convertirse en un pilar fundamental en la lucha contra la ELA, mejorando la vida de los pacientes a través de diagnósticos más tempranos y precisos.