Los retos para enfrentar la COVID-19 han puesto a prueba diversas estrategias de los gobiernos que ubican a la salud pública en lo más alto de sus prioridades, más aún cuando en medio de la lucha por contener la pandemia, prevalecen enfermedades tan complejas como el cáncer que, para el caso de Colombia, registró 101.893 nuevos casos en 2018 según datos de la Organización Mundial de la Salud.
El cáncer representa la segunda causa de muerte en el mundo y, de acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social, es una de las principales comorbilidades que incrementan el riesgo de muerte por Covid-19. De acuerdo con el Sistema Integrado de Información de la Protección Social – SISPRO, con corte a 13 de octubre de 2020, se identificaron 5.915 casos de pacientes con cáncer e infección por SARS-CoV-2 de los cuales 658 fallecieron.
A pesar de los esfuerzos que se han venido realizando, prevalecen dificultades que durante la pandemia han debido enfrentar los pacientes. Sobre el acceso a medicamentos y de acuerdo con la encuesta liderada por la Fundación Colombiana de Leucemia y Linfoma realizada a 761 pacientes con cáncer, de un total de 67.5% de pacientes que requirieron medicamentos o servicios ambulatorios durante la cuarentena decretada por el gobierno nacional, solo el 23,3% los recibió en su domicilio durante la cuarentena.
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Pandemia y cáncer
Precisamente, en época de pandemia, uno de los grandes retos de los gestores farmacéuticos ha sido la dispensación a domicilio de medicamentos y dispositivos médicos. Para hacerse una idea de esta magnitud, y aun bajo todas las adecuaciones logísticas que se han implementado, los gestores adscritos a Fenalco han venido aumentando desde marzo su capacidad, al punto que en mayo se registró un incremento en el volumen de entrega de medicamentos a domicilio en más del 300%, según datos de la nombrada entidad. En términos generales, de marzo a agosto se entregaron más de 7.7 millones de fórmulas a domicilio, de las cuales, casi 5 millones de fórmulas fueron entregadas a pacientes crónicos, de acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social.
Más allá de la pandemia, garantizar la continuidad y la atención oportuna es un reto permanente para los gobiernos. También lo es para los actores del sistema, sobre todo cuando existen barreras de acceso a las que los pacientes se enfrentan, buscando una atención oportuna que pueda contar con un tratamiento integral, efectivo y de calidad.
Acceso a medicamentos:
Es el caso del acceso a los medicamentos oncológicos; por cierto, cada vez más costosos. De acuerdo con Infosalus, y con base en los resultados de los estudios presentados en el congreso virtual de la sociedad europea de oncología médica ESMO 2020, existen grandes diferencias en el acceso a nuevos tratamientos dependiendo del lugar de residencia. Por ejemplo, en 2018, los países de Europa occidental gastaron en medicamentos oncológicos 10 veces más por habitante que los de Europa del Este, siguiendo un patrón similar al observado en el caso de los ensayos clínicos. De ahí que las desigualdades están relacionadas principalmente con la fortaleza económica de los países y no con la carga de morbilidad del cáncer.
Para el caso de Colombia, el acceso de las personas con cáncer a los servicios de salud no es igual para los distintos niveles socioeconómicos. Según cifras oficiales, el 6,3 % de los hogares colombianos tiene barreras de acceso a los servicios de salud, y este porcentaje varía por departamento.
En cuanto a los gastos en salud, el más reciente informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que los países miembros del grupo que más porcentaje del PIB invierten en salud son Estados Unidos (16.99%), Suiza (12.2%) y Alemania (11.2%). Colombia (7.2%) está por debajo del promedio de los países de la organización, que en promedio destinaron 8,8% de su Producto Interno Bruto para temas de salud en 2018.
El triángulo de coordinación:
Son muchos los esfuerzos que el sistema de salud realiza y a pesar de que cada día los costos son mayores, todos los actores deben seguir implementando estrategias para eliminar dificultades. Para el caso de los gestores farmacéuticos -de los que Cruz Verde hace parte-, deben velar por una adecuada gestión de riesgo que no se ciña exclusivamente a que los medicamentos se entreguen a domicilio, con mecanismos anticipados de agendamiento. Para ello, es importante que se fortalezca el triángulo de coordinación entre la institución prestadora del servicio de salud, el gestor farmacéutico como proveedor del medicamento y el asegurador, para anticipar riesgos, gestionarlos de forma adecuada y lograr resultados en salud que vayan más allá de la entrega oportuna y completa del medicamento, que debe darse por descontada y que, de por sí, ya implica un esfuerzo logístico importante.
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Fortalecimiento de programas:
Esto va de la mano del fortalecimiento de los programas de farmacovigilancia encaminados a la detección de reacciones adversas asociadas al uso de medicamentos y por supuesto, cuando se requiera, garantizar los tratamientos post hospitalarios. Adicionalmente, es necesario revisar el modelo actual de incentivos a la propiedad intelectual en aras de impulsar modelos alternativos de innovación más allá de las patentes. Y por supuesto, qué oportuno sería promover la competencia mediante el registro y comercialización de medicamentos biosimilares de calidad en el país.
Asimismo, se deben buscar mecanismos más expeditos para el registro de los vitales no disponibles y para medicamentos de control especial para que puedan ser importados, fabricados, transformados, distribuidos y dispensados, minimizando el riesgo de desabastecimiento, garantizando su disponibilidad y acceso seguro.
Todavía, el sistema de salud debe realizar muchos esfuerzos para elevar la atención y la capacitación permanente en las rutas de acceso para lograr intervenciones oportunas y coordinadas entre todos los actores para mejorar la calidad de vida de la población en Colombia.